El Banco de España afirma que hace falta incrementar un 150 % la producción de vivienda para cumplir la promesa de Sánchez sobre alquileres asequibles
El regulador advierte del efecto negativo sobre las rentas bajas de los límites al precio del alquiler
El Banco de España pone en relieve las dificultades para que el Gobierno pueda cumplir su promesa estrella en materia de vivienda asequible. En su informe anual, publicado este martes, el regulador constata que nuestro país está muy alejado de nuestros vecinos en materia de vivienda de alquiler social, con apenas un 1,5 % del total, cuando la media europea ronda el 10 %.
Equipararnos, como ha comprometido el Ejecutivo, supondría incrementar en más de un 150 % la producción anual media de viviendas en España registrada en los últimos años asegura el regulador. «Las administraciones públicas españolas han anunciado objetivos y medidas para incrementar dicho stock. Si bien, con carácter general, estas medidas son bienvenidas, es importante tener en cuenta la magnitud cuantitativa de este desafío», afirma el Banco de España.
El organismo que preside Pablo Hernández de Cos se refiere así a la promesa de habilitar 184.000 pisos de alquiler, realizada por Pedro Sánchez durante la campaña de las elecciones municipales celebradas el pasado mes de mayo.
A este respecto, según pone en relieve, las cifras públicas disponibles a julio de 2023 apuntan a unas 47.000 viviendas para alquiler social disponibles o en desarrollo por parte del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, además de 14.000 de la Sareb y unas 10.000 del Fondo Social de Viviendas en alquiler. Es decir, a mediados del año pasado apenas estaban en marcha o comprometidas poco más de la mitad de las prometidas por Sánchez.
En su informe el regulador también se refiere a las limitaciones al precio de los alquileres, introducidos por la ley de Vivienda y puestos en marcha únicamente en Cataluña, la única comunidad que ha solicitado su aplicación. «su anuncio y aplicación sostenida en el tiempo pueden generar nuevos problemas de accesibilidad a la vivienda», advierte, categórico, el regulador.
El Banco de España considera que pueden provocar una contracción de la oferta de vivienda de alquiler en las áreas reguladas, el desplazamiento del uso de las viviendas a otros mercados alternativos (por ejemplo, al alquiler de temporada o a la vivienda turística) y un descenso de la calidad de la vivienda por un menor mantenimiento.
«La fijación de precios máximos en el mercado del alquiler podría, además, generar efectos distributivos regresivos y aumentos en el sobresfuerzo entre el segmento de hogares con menor renta. En particular, la fijación de un precio máximo podría reducir los alquileres de los inquilinos que se sitúan por encima del máximo regulatorio, pero incrementar los precios situados por debajo del nivel de referencia, segmento este último en el que se encuentran los hogares con menores ingresos», añade el Banco de España.