Entrevista
Carlos Hernández (Vox): «Nadie quiere alquilar a una familia con niños o jóvenes con ingresos bajos. La ley les ha expulsado»
Portavoz en la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana, asegura que la situación del mercado de vivienda en España es «absolutamente dramática» y aboga por un pacto de Estado
Doctor en Historia Contemporánea, Carlos Hernández Quero (Madrid, 1990) es portavoz de la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana y portavoz adjunto de la Comisión de Derechos Sociales y Consumo. Investigador de la Universidad Complutense durante cuatro años, es también diputado por Málaga, la ciudad española donde más sube el precio de la vivienda. «La situación es absolutamente dramática», afirma en una entrevista con El Debate, en la que aboga por eliminar el IVA a la compra de primeras viviendas y propone un pacto de Estado para buscar soluciones.
–Vox ha mantenido el diputado que ya tenía en las elecciones del pasado domingo en País Vasco. ¿Cómo valoran el resultado?
–El resultado general es claramente malo para España y para el País Vasco. Continúa la deriva de autodestrucción de la sociedad vasca en todos los ámbitos, el de la libertad y la seguridad, el de la industria, el de la empresa y el de las viviendas y ayudas sociales. Y significa el triunfo de aquellos que durante años expulsaron a cientos de miles de sus vecinos lejos de su hogar. Vox ha incrementado sus apoyos en 4.000 votos. Dadas las condiciones en las que se desarrollaba la campaña, en un clima en el que ha seguido habiendo violencia en carpas informativas, en mesas, en actos, pues hay que considerarlo un logro. El voto a Vox en el País Vasco ha sido el voto de la dignidad, del voto de la resistencia. Dentro de cuatro años, Vox podrá ser un actor bastante útil en las elecciones vascas que vengan, y en las siguientes.
–Es usted diputado por Málaga, la provincia donde más sube el precio en toda España
–La situación de la vivienda en España es realmente dramática. Y no solo para la población que peor lo pasa, sino para las clases populares y las clases medias. Tenemos la mitad de propietarios jóvenes que hace 20 años, y cada vez menos propietarios de rentas bajas. Los jóvenes tienen cada vez menos posibilidades de tener un espacio en el que formar su familia y desarrollar su proyecto vital con plenitud. En los alquileres la situación tampoco es halagüeña. Hay familias que tienen que destinar el 60 % de sus ingresos mensuales a afrontar el pago de la renta del alquiler, comparten piso con desconocidos… Hay escasa vivienda pública y escasa vivienda social. El panorama es de emergencia habitacional. Es preciso actuar con determinación y yendo a la raíz, no acometiendo pequeñas reformitas.
Ahora mismo hay un panorama de emergencia habitacional
– ¿Qué medidas proponen desde Vox?
– Lo que nos ha llevado hasta aquí son décadas de dejadez, de regulaciones fallidas, de especulación consentida, de falta de vivienda pública, de una burocracia que ha terminado encareciendo mucho el precio del suelo, de dificultades y secuestros de suelo público por parte de administraciones para que se pueda edificar. Hay que acometer vivienda pública y para ello hemos llevado a la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana una proposición no de ley. España está a la cola de Europa en lo relativo a vivienda pública. Aproximadamente el 10 % del parque es pública en los países europeos, y, sin embargo, en España tenemos un 2,5 %. Es uno de los países que menos invierte en relación con el PIB. No siempre ha sido así. En los años 70 y 80 hubo una gran inversión. Hay que convertir la vivienda, como dice a veces pomposa y retóricamente el gobierno, en uno de los pilares del Estado bienestar, pero hacerlo de forma realmente efectiva, con una dotación presupuestaria a la altura.
– Pero no es solo cuestión de presupuesto. La mitad se quedó el año pasado sin gastar…
– Hay pocos políticos a los que les guste comenzar la construcción de la vivienda, cuando luego puede ser otro de otro partido el que la acabe entregando. La vivienda pública tiene que ser una política de Estado, al margen de los vaivenes electorales, igual que la política de fronteras o la de soberanía energética. Y no solamente hay que construir vivienda pública, sino cuidarla, rehabilitar la ya existente para que no se convierta en un espacio de estigmatización en el que se cronifique la pobreza. No se puede convertir en un bien con el que especular, como ha sucedido en algunas comunidades autónomas, vendiéndose a fondos buitre.
– ¿Les ha trasladado el Gobierno algún avance sobre la promesa de construir 184.000 viviendas de alquiler asequible?
– De vez en cuando se van haciendo avisos, se van haciendo fotos muy chulas en pueblos de provincias en los que se viste uno con el mono de obrero y anuncia ‘aquí vamos a hacer 2000 viviendas’. En España nuestro diagnóstico es que el modelo social está ahora mismo desmoronándose. Hay que pasar de las palabras a la acción y empezar a construir, en este caso, vivienda pública.
– La edad de emancipación en España está en récord y ha superado los 30 años. Es de las más altas de Europa.
– Los jóvenes no pueden emanciparse ni para comprar ni para alquilar. Es el drama del modelo de desarrollo del país, que se ha ido concentrando cada vez más en unas cuantas ciudades. En muchas regiones han desaparecido las oportunidades, por la desindustrialización, por el fin de los servicios, por el declive del campo. Cada vez hay más jóvenes de toda España llamando a las puertas de cuatro, cinco o seis ciudades. Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia, Sevilla, Bilbao. Y esto, claro, genera un cuello de botella extraordinario. Son las ciudades que tienen un mercado del suelo más tensionado.
– ¿Qué proponen para los jóvenes?
–Un aval a la compra de vivienda por parte de la Administración Pública para jóvenes, bonificaciones fiscales para propietarios que pongan su vivienda en alquiler en zonas tensionadas, especialmente por debajo del valor de mercado o en valor de mercado, y que además alquilen a jóvenes o a familias vulnerables. Y la eliminación del IVA para la compra de primera vivienda. Si ya de por sí el proceso edificatorio está lastrado con trámites y burocracia, el IVA es un peaje final que cobra la administración.
– Algunas de estas propuestas son similares a las que también ha planteado el Partido Popular. ¿Se abrirían a acordar un gran pacto en materia de vivienda?
– Vivienda, fronteras, seguridad y despoblación deberían ser materia de un pacto de Estado. Entre las medidas que el PP ha difundido están las relativas a la lucha contra la ocupación, que Vox comparte. Vox además está de enhorabuena al respecto porque, cuanto más insistimos con algún tema, conseguimos que los partidos políticos que negaban su existencia acaben subiéndose al carro. No sabemos qué discurso tuvo durante años el Partido Popular sobre la ocupación. Fue bastante pasivo. Vox ha estado combatiendo la ocupación ilegal desde hace tiempo con propuestas de expulsión a los okupas en 24 horas, patada en el culo al okupa, con una llamada a reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal y el Código Penal para poder facilitar esta expulsión, con la creación de registros que te permitan saber quienes son los ocupas y que imposibiliten que estos puedan acceder a ayudas sociales, la exención del IBI de pago de suministros para los propietarios, que era un auténtico latrocinio en el cual el Estado estaba colaborando. Defendiendo, en definitiva, al pequeño propietario y a los vecinos, porque afecta a toda la comunidad.
En materia de ocupación podremos entendernos con el PP sin ningún género de dudas
En materia de ocupación podremos entendernos con el PP sin ningún género de dudas. También si apuestan por agilizar burocracia, por terminar con trámites, por ampliar la superficie construible. Desde luego sería un cambio de rumbo. Sería una suerte de reconocimiento implícito de no haber hecho durante años lo que tocaba hacer. El bipartidismo ha dejado el mercado de la vivienda hecho unos zorros en los últimos 20 años. Cualquier intento de cambiar el rumbo es más que necesario.
– ¿Era necesaria la retirada de la Golden Visa?
– Este gobierno nos tiene acostumbrados a continuas medidas de maquillaje y juegos de imagen para ganar tiempo y no tener que dar explicaciones. La demanda extranjera cada vez es mayor y eso, en cierto modo, está alterando este mercado de vivienda. Seis de cada diez compras son a tocateja, sin hipoteca, y la demanda extranjera, con mayor dinero en el bolsillo, está dificultando al potencial propietario nacional la adquisición de vivienda. Este, al no poder comprar, acaba en el mercado de alquiler. Los gobiernos tienen que plantearse medidas como lo están haciendo otros países del mundo y ver si de verdad son eficaces para contrarrestar la, llamémosla así, competencia desleal y el efecto perjudicial que puede tener para el comprador y para el inquilino nacional. La izquierda, que tanto habla de los fondos buitre, tiene que hacer un poco de autocrítica. En España está llegando cada vez más inversión extranjera dispuesta a comprar bloques enteros de viviendas y convertirlos a lo mejor en pisos turísticos, en residencias de estudiantes, etcétera. No es casualidad. Es porque ven un mercado de vivienda que rapiñar, porque el nuestro está absolutamente muerto o desfalleciente. Algunos han visto la oportunidad de poder jugar al Monopoly con nuestras ciudades y propiedades. Mientras se contrae la compra nacional aumenta la compra de extranjeros. Pero no nos dejemos engañar. Nada de esto habría sucedido si no hubieran destruido el mercado de la vivienda, con la retención de suelo por parte de la administración, con la especulación, la falta de vivienda pública, con una regulación casi absolutamente catastrófica.
– Se refiere a la Ley de Vivienda.
– La regulación ha sido catastrófica. Las intenciones pueden ser maravillosas, pero han sido advertidos repetidas veces de cuáles eran las consecuencias. Ya se habían aplicado medidas en otros lugares de Europa y ya habíamos visto los resultados nefastos. Se les tiene que poner la cara de vergüenza a quienes dicen defender a las populares y a las clases medias viendo los efectos de su regulación, el desplome de la oferta de larga duración y una fuga de pisos del mercado convencional al mercado de los pisos turísticos. La aparición de condiciones y requisitos leoninos. Y, al final, la subida de precios, que es justamente lo que se buscaba contener. No estamos para trucos de magia.
– La izquierda apunta a las viviendas vacías como una de las causas del problema. ¿Lo comparte?
– Lo sacan con cierta frecuencia en las tertulias, que hay tres, cuatro millones de viviendas vacías. Lo que no nos cuentan es donde están. Un porcentaje significativo se encuentra en esa España que han ido vaciando a golpe de desindustrialización y de zancadillas al mundo del campo. Esa gente que ha ido dejando sus viviendas para irse a vivir a la gran ciudad hace 20, 30 o 40 años ha dejado atrás viviendas que no creo que podamos considerar ahora mismo con condiciones de habitabilidad y salubridad y buen estado como para que podamos tenerlas en cuenta.
Las distintas regulaciones autonómicas y del Gobierno han conseguido que el pequeño propietario tenga miedo a la hora de sacar su vivienda al mercado de alquiler
Las distintas regulaciones autonómicas y del Gobierno han conseguido que el pequeño propietario, que es el más común, tenga miedo a la hora de sacar su vivienda al mercado de alquiler. Prohibir, por ejemplo, los desahucios de familias vulnerables, flaco favor les ha hecho. Simplemente, les ha expulsado del mercado. Ahora mismo nadie quiere alquilar a una familia con niños o jóvenes con ingresos muy bajos. Incluso aunque tenga el aval de su familia, se tiene que conseguir que los propietarios pierdan el miedo a poder alquilar su vivienda, con bonificaciones para que se saque al mercado de alquiler viviendas que han estado durante mucho tiempo vacías. La falta de seguridad jurídica hace que muchas personas prefieran tener su vivienda vacía a afrontar los quebraderos de cabeza que conlleva un caso de ocupación en caso de impago.
– ¿Habría con Vox en el Gobierno un ministerio de Vivienda?
– Esto es un futurible absoluto. Yo creo que ahora mismo lo que tenemos que tener claro es que con Vox en la oposición se va a hablar de vivienda continuamente.