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José María Rotellar

La UE pone los puntos sobre las íes a la reforma Sánchez-Escrivá, que pone en peligro las pensiones

Las medidas que en ella aparecen socavan su sostenibilidad, aceleran su desequilibrio estructural e impulsan, por la vía de los hechos, una transformación del sistema de pensiones en asistencial en lugar de contributivo

La Comisión Europea, en su Informe anual sobre envejecimiento, ha confirmado lo que todos los analistas llevan diciendo desde que Sánchez y Escrivá impulsaron la reforma del sistema de pensiones: que elevará el gasto y, con ello, obliga a ajustes, porque empeora la viabilidad del sistema público de pensiones.

De esa forma, la Comisión estima que la repercusión en el gasto público español será muy fuerte, con 3,6 puntos sobre el PIB de incremento entre 2022 y 2070, el incremento más alto de las cuatro economías más grandes de la UE, ya que en Alemania crecerá 1,2 puntos, en Francia se reducirá en 0,9 puntos y en Italia bajará en 1,9 puntos en el mismo período. Portugal, por su parte, que sigue dando lecciones a España en materias como crecimiento equilibrado, tasa de desempleo o saldo presupuestario, también se comporta mejor en este indicador, donde el gasto en pensiones descenderá en ese período 1,8 puntos sobre el PIB.

La reforma de Sánchez y Escrivá desequilibran tanto el sistema de pensiones que pese a que la mayor presión de gasto en pensiones se da entre 2022 y 2045 (la jubilación de las cohortes del baby boom), no reduce apenas ese gasto hasta 2070, ya que el incremento calculado entre 2022 y 2045 es de 3,8 puntos del PIB y entre 2022 y 2070 es de 3,6 puntos, lo que muestra que la reforma incrementa gastos estructurales. Así, mientras que entre 2022 y 2045 en Italia se incrementa en 0.9 puntos, entre 2022 y 2070 baja 1,9 puntos, con lo que el ajuste en Italia entre 2045 y 2070 es 2,8 puntos del PIB a la baja, mientras que en España solo es de dos décimas esa reducción. En Portugal, entre 2045 y 2070 se reduce en 4,7 puntos de PIB, al pasar de un incremento de 2,9 puntos entre 2022 y 2045 a una reducción de 1,8 puntos entre 2022 y 2070. Una vez más, la reforma de Sánchez y Escrivá pone en riesgo las pensiones.

Esto hace que la población mayor dependiente económicamente en España crezca 31,2 puntos sobre la población entre 20 y 64 años, que muestra el empeoramiento de la sostenibilidad del sistema de pensiones. Si analizamos toda la población inactiva mayor de 65 años económicamente dependiente sobre la población activa entre 20 y 64 años, el incremento es de 31,5 puntos, que apunta en la misma dirección de viabilidad del sistema que el dato anterior. El hecho de que la Comisión Europea estime que la población española en 2070 va a ser la misma que en 2022 (47,7 millones de personas), hace insostenible el sistema, porque no habrá suficiente número de personas que se incorporen al sistema laboral para sostener el sistema público de pensiones, basado en un sistema de reparto.

Así, el gasto en pensiones escalará en España hasta el 16,7 % del PIB en 2070 (desde el 13,1 % de 2022 se añaden 3,6 puntos), que llegará a ser del 16,9 % en 2045.

De hecho, la reforma Sánchez-Escrivá tiene una gran responsabilidad en este desequilibrio, como muestra la comparación con el mismo informe de la Comisión Europea de 2021. Desde entonces, el gasto en pensiones se incrementa en 3,8 puntos en el período 2022-2045 y sube 6,6 puntos en el período 2022-2070, que muestra que, pese a ceder ya entonces la presión sobre las pensiones de muchas cohortes del baby boom, la reforma española intensifica el gasto, comprometiendo la sostenibilidad del sistema.

Y eso en el escenario base, porque si el crecimiento de la productividad fuese inferior al del escenario base, el aumento de gasto en pensiones sobre el PIB llegaría al 17,7 % en 2070, al crecer en el período 2022-2070 la cantidad de 4,6 puntos de PIB.

Los ingresos por cotizaciones, sin embargo, solo mejoran 1,1 puntos, pese a los incrementos propuestos en la reforma Sánchez-Escrivá, que deja a la vista que es una reforma que por mucho que suba las cotizaciones no garantiza la viabilidad del sistema.

Eso hace que el déficit del sistema empeore en 2,6 puntos de PIB, con un pico de 3,5 puntos de deterioro en 2055.

Los cotizantes van descendiendo, a su vez, desde los 236,7 cotizantes por cada 100 pensionistas en 2022 hasta 137,4 cotizantes por cada 100 pensionistas en 2070, fruto de no incrementar la población desde 2022 hasta 2070, mencionado anteriormente.

El informe también pone de manifiesto que si no hay retrasos en la edad de jubilación, el gasto en pensiones subirá con más fuerza: de 1,8 puntos sobre el PIB si la jubilación se liga al incremento de la esperanza de vida a 5,7 puntos si se mantiene la edad de jubilación sin variar, todo ello en el período 2022-2070.

La reforma de Sánchez-Escrivá es, por tanto, una barbaridad, porque no solo no avanza en la sostenibilidad del sistema, sino todo lo contrario: las medidas que en ella aparecen socavan su sostenibilidad; aceleran su desequilibrio estructural; impulsan, por la vía de los hechos, una transformación del sistema de pensiones en asistencial en lugar de contributivo; desincentivan el trabajo; aumentan los costes de las empresas; reducen su competitividad; merman la renta disponible de los trabajadores y perjudican al conjunto de la economía.