El declive financiero de Cataluña: de contar con quince entidades hace una década a solo dos

Cataluña, desde el siglo XIX ha contado con un sector financiero fuerte. En 1844 nació La Caixa y en 1881 el banco de Sabadell, entidades que han permanecido arraigadas a Cataluña mientras se globalizaban incluso fuera de nuestras fronteras. En 2012 Cataluña contaba con 12 cajas de ahorro y dos bancos. Doce años más tarde solo Caixa d’Enginyers y Caixa Guissona permanecen. Primero la crisis financiera y luego el procès han provocado la práctica extinción del sector financiero catalán. La posible entrada del Sabadell en el BBVA es un nuevo paso en la desertización del sector financiero catalán.

La intención del BBVA de hacerse con el Sabadell ha reabierto el debate sobre las sedes de los bancos «catalanes». Caixa Bank y el Sabadell salieron precipitadamente de Cataluña en octubre de 2017 para evitar quedarse fuera de la zona euro y frenar una fuga masiva de depósitos. Entre el 1 y el 15 de octubre de 2017 los dos principales bancos catalanes perdieron depósitos por valor de 9.000 millones y en pocas semanas más de 31.500 millones de euros se movieron a oficinas bancarias fuera de Cataluña para evitar un corralito con el que amenazó Eulalia Reguant, dirigente de la CUP y socia de Junts pel Si, coalición de Junts y ERC que por aquellos días impulsaba la declaración de independencia unilateral. Las sedes de ambas entidades se ubicaron en Valencia y Alicante respectivamente, aunque ambas mantienen hoy importantes sedes operativas en Barcelona y Sant Cugat.

Cuando en 2020 CaixaBank se hizo con Bankia la polémica de la sede de la entidad volvió al primer plano de la actualidad. Desde la Generalitat se reclamó, una vez más, el retorno, pero desde La Caixa se confirmo la sede social en Valencia y las sedes operativas en Madrid y Barcelona. CaixaBank centra gran parte de su capacidad operativa en sus instalaciones de la Diagonal y la Plaza Cerdá de Barcelona, aunque la integración con Bankia ha reforzado la plaza de Madrid.

Sin visos de regresar

La absorción de Bankia cerro cualquier posibilidad de un posible regreso de La Caixa a Cataluña. La sede de la Fundación La Caixa se mantiene desde finales de 2017 en Baleares. Además de La Caixa y el Sabadell, el banco Mediolanum también migró a Valencia en 2017. La hostilidad de Junts hacia las miles de empresas que cambiaron de sede desde 2017 en adelante no crea un clima favorable a ningún retorno a pesar de que dicho regreso es un objetivo del presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre. Hasta ahora las entidades financieras realojadas en la Comunidad Valenciana han mantenido su compromiso institucional y de apoyo financiero a las diversas organizaciones económicas catalanas, como Fomento, Pimec, Cercle d’Economia, etc.

Hasta ahora las entidades financieras realojadas en la Comunidad Valenciana han mantenido su compromiso con las organizaciones económicas catalanas

El Sabadell trasladó su sede a la de la desaparecida CAM, en Alicante, pero mantuvo su centro de operaciones en Sant Cugat. Ahora la posible fusión con el BBVA encendió las alarmas, nuevamente, en la Generalitat y la aún consejera de economía, Natalia Mas, solicitó que el banco resultante tuviera su sede en Cataluña. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana, y alicantino, gran conocedor del mundo económico de su ciudad natal –fue director general de la Cámara de Comercio alicantina–, ha solicitado lo mismo. Pero la realidad es que el BBVA mantiene su sede social en Bilbao de donde proceden dos de sus patas fundadoras, el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya y la sede operativa está en el edificio La Vela del norte de Madrid, con lo que parece prácticamente imposible que ni Mas ni Mazón hagan realidad su deseo.

Aunque la comunicación del BBVA a la CNMV garantiza el mantenimiento de la sede operativa en Sant Cugat se hace difícil el mantenimiento de una infraestructura tan potente y doblada durante mucho tiempo. En Valencia no ha sentado bien que el mensaje del BBVA al órgano regulador no incluyera ningún reconocimiento a su papel, aportando estabilidad y seguridad jurídica, desde 2017.

Interés por Cataluña

El sector financiero catalán ha ido debilitándose con el paso del tiempo y el BBVA siempre ha tenido un especial interés en implantarse en Cataluña. La crisis de Banca Catalana, el banco fundado por la familia Pujol, acabó en quiebra, en medio de un escándalo. Fue rescatada por el Banco de Vizcaya, que luego se fusionaría con el Banco de Bilbao dando paso al BBVA.

Banca Catalana, fundada por la familia Pujol, acabó en quiebra y rescatada por el Banco de Vizcaya

El foco del BBVA hacia el mundo bancario catalán no se detuvo ahí. En 2013 Catalunya Caixa, la segunda entidad financiera catalana –por aquel entonces, propiedad de la diputación provincial y que presidía el ex ministro de defensa, Narcís Serra– terminó también salvada por el BBVA. Con Catalunya Caixa el BBVA se hizo con activos históricos de alto valor, como la sede de la Plaza de Catedral o el edificio gaudiniano de la Pedrera en el Paseo de Gracia. Unos meses más tarde fue UNNIM, una entidad que había reunido a las Cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu la que se disolvía dentro del BBVA.

No solo el BBVA ha pescado en las cajas catalanas. Caixa Girona entró en el universo de Caixa Bank, Caixa Laietana fue la pata catalana del nacimiento de Bankia junto a Caja Madrid, Caja Canarias, Caja Segovia y Caja Ávila y el Sabadell se hizo con Caixa Penedés. Actualmente mantienen su sede en Cataluña la Caixa de Guissona, una entidad rural vinculada a la muy potente cooperativa de Guissona (Lleida) y la Caixa d’Enginyers, con sede en Barcelona.