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Crónica económicaFernando Rayón

El Gobierno cuela en el diálogo social a Conpymes, la patronal que amadrinó Begoña Gómez

En CEOE y Cepyme ya lo tienen claro: hemos pasado de colocar a los amigos del presidente a colocar a los de su mujer

Ilustración del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña GómezÁngel Ruiz

Lo siento mucho, pero no lo puedo dejar pasar. Cuando advertí en varias ocasiones que el desembarco público en empresas españolas era para colocar en sus consejos a los amiguetes, me pusieron verde en los comentarios a estas líneas. Que si era un malpensado y algunas cosas más. Como tampoco soy adivino, tiraba de hemeroteca y me fijaba en los más de 1.200 millones de euros -los sindicatos CCOO y UGT la elevaban a casi 1.500- que Correos acumuló en pérdidas durante los cinco años en que fue presidida por Juan Manuel Serrano, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE. Solo por poner un ejemplo. Pero no se preocupen por él.

Serrano fue inmediatamente colocado en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible –bendito ministerio el de Óscar Puente– como nuevo director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt), responsable de las nueve autopistas de peaje quebradas que fueron rescatadas por el Estado. Y no me extraña, con la eficacia demostrada en Correos, yo le hubiera nombrado incluso ministro.

Tampoco quiero insistir mucho en el nombramiento de Carlos Ocaña como representante de la SEPI en Telefónica. Otro amiguete –esta vez también colaborador de Sánchez en el plagio de su tesis– que aterriza en la mamandurria de la teleco en cuanto el Estado ha llegado al porcentaje requerido del accionariado. Un chollo ser amigo del Presi: ¡a Telefónica!

Pero ahora me van a permitir que me detenga en otro aspecto de plena actualidad. Ya Yolanda Díaz dejó fuera a los empresarios en la negociación del salario mínimo; y hoy la vice dos ha vuelto a repetir la jugada con la reforma del subsidio de desempleo sin el apoyo de la CEOE. Y aunque la ministra de Trabajo se empeñó en decir que les había consultado, la CEOE ha sacado una dura nota, no solo criticando que se haga a cuatro días de las elecciones catalanas, sino mostrando su distanciamiento de cara a pactar a futuras reformas.

¿Y qué les pasa a los empresarios? Pues que empiezan a caerse del guindo. El martes, en sus referencias a los acuerdos del Consejo de Ministros tras las vacaciones reflexivas de Pedro Sánchez, Pilar Alegría no dijo ni Pamplona sobre el real decreto que modificaba la composición del Consejo Estatal de la Pyme. Pero al día siguiente el Boletín Oficial del Estado publicaba el decreto que rompía en el organismo estatal de las pequeñas y medianas empresas el monopolio de CEOE y Cepyme para incorporar a Conpymes, la asociación que ha amadrinado en varias ocasiones Begoña Gómez, y también a la catalana Pimec, que colaboró en la cátedra de la esposa de Pedro Sánchez.

Efectivamente, Begoña Gómez amadrinó, el 14 de abril, la presentación de Conpymes meses después de recibir un patrocinio de su presidente, José María Torres, en la cátedra de su máster en la Universidad Complutense. Torres admitió aquel pago. Otro tanto había ocurrido con Pimec, que patrocinó en 2020 el primer congreso de Transformación Social Competitiva en la Universidad Complutense, coordinado por ellos mismos, la Fundación la Caixa y Reale Seguros.

En CEOE y Cepyme ya lo tienen claro. Y es que hemos pasado de colocar a los amigos del presidente a colocar a los de Begoña Gómez.