El diálogo social en horas más bajas: Yolanda sólo pacta con Yolanda y la patronal amiga de Begoña
Si te sientas en una mesa donde ya está decidido el resultado de la supuesta negociación de antemano, ¿dónde está el diálogo?
Si te sientas en una mesa donde ya está decidido el resultado de la supuesta negociación de antemano, ¿dónde está el diálogo? En la CEOE tienen esa sensación desde hace tiempo, sólo que no fue siempre así con el sanchismo. Entre 2020 y 2021, Gobierno, empresarios y sindicatos firmaron un total de 14 pactos sociales coronados por una reforma laboral que contó con el consenso de todas las partes por primera vez en cuatro décadas. La situación excepcional generada por la pandemia, y la necesidad de actuar de manera urgente para evitar males económicos mayores, hicieron que los agentes sociales debatieran y cerraran acuerdos a un ritmo frenético. Tres años después nada queda de aquello, ya que Yolanda Díaz sólo pacta con los sindicatos, que es algo bastante parecido a decir que sólo pacta con ella misma. Por sus vinculaciones históricas con CC.OO. (su padre fue secretario general de la central en Galicia entre 1989 y 2000), por su entusiasta presencia en las manifestaciones del Primero de Mayo y sobre todo, por un sinfín de ocurrencias que la sitúan cada día más cerca de los postulados de Unai Sordo y Pepe Álvarez.
La coartada de la vicepresidenta segunda del Gobierno es que los empresarios no se avienen a razones, cuando la realidad es que no tiene intención de atender a sus demandas ni de escuchar siquiera su punto de vista. Lo demostró con las últimas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y ha vuelto a hacerlo ahora con la reforma del subsidio de desempleo, cuando presentó a la CEOE el texto final el lunes al mediodía exigiéndoles que lo firmaran el martes. Y encima sin adjuntar una memoria económica que concretara cuánto va a costar la fiesta y si la va a pagar la Seguridad Social vía cotizaciones o se va a buscar otra solución.
Los empresarios calculan que la jornada efectiva en España se sitúa ya bastante por debajo del objetivo del Gobierno
En todo caso, el asunto nuclear de esta legislatura para el Ministerio de Trabajo pasa por la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media en 2025. Uno de los eslóganes más cacareados del acuerdo de Gobierno suscrito por el PSOE y Sumar el pasado mes de octubre. Los empresarios calculan que la jornada efectiva en España se sitúa ya bastante por debajo de ese objetivo, en torno a las 34 y media o 35 horas semanales por culpa del aumento del absentismo laboral, pero todo apunta a que la decisión ya está tomada. «Es como si vas a un partido de fútbol y te dicen que vas a perder 5-0 porque el resultado viene marcado de antemano y está incluido el árbitro», explicaba gráficamente Antonio Garamendi.
Ahora, que si no quieres caldo toma dos tazas y, ya puestos a romper puentes con la CEOE, el Gobierno acaba de incluir en el Consejo Estatal de la Pyme a Conpymes. Y si nada lo remedia, pronto la meterá con calzador en la Mesa del Diálogo Social. Se da la circunstancia de que Conpymes patrocinó la cátedra de Begoña Gómez en la Complutense y, favor con favor se paga, la mujer del presidente del Gobierno les amadrinó pocos meses después durante su presentación en sociedad. Al evento, celebrado en la primavera de 2021, también asistió Yolanda Díaz, por si acaso no quedaba suficientemente claro de qué pie cojea esta entidad de nuevo cuño. Desde que nació, su ambición siempre fue romper el monopolio de CEOE-Cepyme a la hora de representar los intereses de los empresarios. Y aunque eso no resulte factible porque es un transatlántico que integra a más de 4.500 organizaciones, ya se sabe que el sanchismo todo lo puede. Dicho sea con ironía e indignación.
La productividad lleva estancada más de dos décadas en España
Clausuraba la semana pasada el presidente del Gobierno la Asamblea anual del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y allí aprovechó para defender «el diálogo social entre empresarios y trabajadores porque el acuerdo es fundamental para que haya paz social». Hay que tener cuajo. Pero no le quitaremos razón en que son muchos los retos que tiene por delante nuestro mercado laboral. Por citar uno de los principales, la productividad lleva estancada más de dos décadas en España. Eso se traduce en elevadas tasas de paro, precariedad, dificultad para financiar las pensiones, niveles de inversión bajos, caída de la renta per cápita y prácticamente toda la lista de males que aquejan a nuestra economía.
La resolución de tantos problemas sólo puede venir de la mano de un diálogo honesto entre Gobierno, patronal y sindicatos. Así sucedió en los últimos 45 años y así debería seguir sucediendo. Boicotearlo con malas formas intentando acallar la voz de la CEOE o eligiendo interlocutores no válidos pero afines a Sánchez y Díaz implica no creer en el valor de la concertación social en democracia. Implica no creer en la democracia misma.