Pedro Sánchez gasta mucho, pero no sabe gastar

Hacía tiempo que tenía pendiente demostrar que este gobierno, que preside Pedro Sánchez, lo único que hace es gastar y gastar y gastar, y la mayoría hasta ahora decíamos que gastaba mucho para hacer subir el PIB, que el PIB está dopado por el gasto público y eso es una verdad que ya no necesita demostración, porque lo han demostrado economistas como Daniel Lacalle y José María. Rotellar. Por ellos sabemos que si el gasto público no hubiese subido tanto, la economía española estaría parada y, por lo tanto, el cohete de Sánchez no sólo sería de papel, sino de papel mojado, como es realmente.

Pero hasta ahora creo que nos faltaba algo por hacer y es demostrar que además este gobierno gasta mal.

Los estados y los gobernantes que aman a Keynes y a sus teorías que dicen que el gasto público es lo mejor para desarrollar una economía, pueden hacer dos cosas: que ese gasto vaya a infraestructuras y, por lo tanto, genere mucha inversión, como es el caso de Estado Unidos que está creciendo gracias a la inversiones públicas que está acometiendo la Administración Biden, que ha hecho crecer su economía un 10,3% gracias a los 3 billones que lleva gastados/invertidos en obras públicas desde que llegó a la Presidencia de su país. Eso sí, la deuda desde que llegó a esa Administración se ha disparado en 7 billones de dólares y el déficit en 2023 ha sido de casi del 7%, lo cual coloca a Estados Unidos en el disparadero.

Este grupo de dirigentes que tenemos en la actualidad, no tienen ni idea de lo que se llevan entre manos

La otra forma de seguir las teorías de Keynes, son las que han seguido los socialistas españoles en este siglo. Primero Zapatero, que gastó en un Plan E una cantidad ingente de miles de millones de euros en hacer rotondas, parques públicos, polideportivos y demás bufonadas, y lo que está haciendo Pedro Sánchez que es utilizar el dinero público para comprar a medios de comunicación, paguitas para comprar votos y todo tipo de subvenciones que solo sirven para tener aliados, amigos y buenas críticas, en general, a su persona.

La primera es menos mala que la segunda porque al menos deja obras de infraestructura, puertos, aeropuertos y autopistas que han permitido generar valor, empleo y dinamizar la economía, eso sí, a costa de una deuda que empieza a ser insoportable incluso para Estados Unidos y un déficit, que antes o después, les va a costar un disgusto a los americanos.

Pero lo que yo quiero enseñarles hoy, es cómo desde el punto de vista macro, este grupo de dirigentes que tenemos en la actualidad, no tienen ni idea de lo que se llevan entre manos. Y el gasto ha sido completamente inútil.

Les he dicho que en tres años la economía de los Estados Unidos creció un 10,3 %, veamos lo que ha crecido la economía española y como se ha comportado el gasto público:

El Gasto Público, al cierre de 2019, el verdadero año de responsabilidad de Pedro Sánchez, cerró en 526.652 millones de euros, con un PIB Nominal de 1.245.513, lo que representó que España se gastaba el 42,3 % del PIB en mantener la estructura del Estado. Nuestro PIB real en aquellos momentos fue de 1,186 billones de euros, una vez corridos los efectos de los precios.

Cuatro años después y gracias a la gestión del equipo de Sánchez, con él a la cabeza, ha incrementado los gastos hasta los 678.820 millones, que supone haber hecho crecer el gasto en un 28,5 % y que este pase a suponer el 46,4 % del PIB nominal que quedó el año pasado en 1,461 billones. En solo 4 años el peso del gasto público ha subido 3,1 puntos porcentuales.

Este crecimiento del PIB Nominal es de un 17,4 %, pero descontados los efectos de la inflación se queda en un ridículo 2,5 % de crecimiento del PIB real.

Pero lo más importante: para generar un PIB nominal que crezca un 17,4 % se han tenido que gastar de más 152.168 millones que representa el 70,3 % del incremento del PIB.

Para generar un PIB nominal que crezca un 17,4 % se han tenido que gastar de más 152.168 millones

Es decir, que para crecer 100 euros nominales se han tenido que gastar 70 euros que producen realmente 2,5 euros.

Si esto no es carecer de todo fundamento en el gasto, dedicarlo a cosas que no sirven para nada, porque solo producen riqueza para el gobernante, pero no para los gobernados, es que yo me tengo que dedicar al «dolce far niente», cosa que no pienso hacer, al menos hasta que España no esté en manos de alguien que la quiera y la sepa hacer crecer.