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Diego Barceló

Elecciones europeas: que sean la carta de despido de Von der Leyen

Estos comicios son claves para evitar que la Comisión Europea continúe promoviendo una agenda autodestructiva

Pocas semanas atrás se conoció el «Informe Letta», un encargo del Consejo de Europa a Enrico Letta, el ex primer ministro italiano. En el mismo, Letta sugiere formas de profundizar lo realizado por Úrsula von der Leyen. Mi conclusión es clara: la Unión Europea va mal, pero de ser reelegida Von der Leyen, podría ir a peor.

Letta parte de una observación correcta: la economía europea pierde competitividad e importancia en la economía global y debería reformarse para competir con Estados Unidos y China. A partir de allí, el diagnóstico que hace de por qué ocurre eso y las soluciones propuestas son equívocas.

Según este documento, el problema es que el mercado único no es todavía suficientemente profundo. La solución sugerida es una nueva ronda de centralización, «armonizando» el IVA, los impuestos especiales y el de Sociedades. Si la armonización se fuera a hacer al nivel de Hungría (el tipo de Sociedades es 9%), sería bienvenida. Pero no es lo que tienen en mente los burócratas que promovieron un impuesto mínimo global del 15%.

La «armonización» tributaria sería necesariamente al alza porque Letta ratifica los tres grandes objetivos fijados por Von der Leyen: una «transición justa, verde y digital», la ampliación de la UE con otros ocho países y la defensa. Tres objetivos innecesarios pero que demandarían ingentes cantidades de recursos.

Letta se lamenta de que no pueda viajarse entre las capitales europeas en trenes de alta velocidad

Letta se lamenta de que no pueda viajarse entre las capitales europeas en trenes de alta velocidad. Su ultraecologismo es tal, que el hecho de que las emisiones de CO2 de la aviación comercial europea sean menos del 4% del total le trae sin cuidado: son capaces de gastar lo que haga falta con tal de cumplir su capricho, coste al que habría que sumar las pérdidas de la aeronavegación comercial.

Ampliar la UE con otros ocho países sería un costosísimo error que ya expliqué en un artículo anterior, que puede leerse aquí.

En cuanto a la defensa, es indignante que la misma gente que no ha hecho nada para proteger las fronteras europeas de la inmigración ilegal, se preocupe tanto por las fronteras de Ucrania. En lugar de prolongar un conflicto con el vecino más importante, Rusia, ¿no sería más razonable buscar un acuerdo para poner fin a la guerra?

Todos esos gastos, más el repago de la «deuda europea» que inventó Von der Leyen para financiar los doblemente ineficientes «fondos europeos» («doblemente» porque promueven proyectos subóptimos a cambio de reformas contraproducentes), serán la excusa para imponer «impuestos europeos». Los euroburócratas eco-friendly quieren que paguemos aún más impuestos en el continente con mayor presión tributaria del mundo.

El 80 % de las normas nacionales ya surgen de decisiones de Bruselas

Letta aporta con satisfacción un dato escalofriante: el 80 % de las normas nacionales ya surgen de decisiones de Bruselas. ¿Se imagina el lector a dónde llegaríamos con una centralización mayor?

Lo peor del informe Letta es su trasfondo ideológico, que resume así: según él, la economía ahora «se basa en la propiedad, pero vamos a una economía basada en el acceso y el compartir». Repite con otras palabras el mantra globalista de que «en 2030 no tendrás nada y serás feliz».

No hay que dejarse engañar: para «acceder» a un servicio de datos, alguien tiene que ser el dueño de la red; para «acceder» a un coche eléctrico de alquiler por horas, alguien tiene que ser su dueño. Lo que dice Letta es que tú no vas a ser el dueño de nada, porque te van a empobrecer y no tendrás más alternativa que «acceder» a lo que puedas.

Está claro que el principal problema de España es su gobierno, liderado por un mentiroso sin escrúpulos y apoyado por el comunismo antisemita y el golpismo separatista. Mucho más tras la ignominiosa aprobación de la Ley de Amnistía. Pero no será en las elecciones al parlamento europeo donde esto pueda resolverse.

Estas elecciones son claves para evitar que la Comisión Europea continúe promoviendo una agenda autodestructiva

En cambio, estas elecciones sí son claves para evitar que la Comisión Europea continúe promoviendo una agenda autodestructiva: ultraecologista, contraria al mundo rural, inerte ante la inmigración ilegal, crecientemente intervencionista y, como si esto fuera poco, con un preocupante tono belicista.

Quienes defendemos la libertad individual debemos tener un objetivo claro: que el 9 de junio sea la carta de despido de Úrsula von der Leyen. Si votamos, y votamos bien, podemos conseguirlo.

  • Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)