Los aumentos del SMI desnudan la realidad del tejido laboral español: cada vez ganamos menos
El sueldo medio subió en 2022 un 4,1 % respecto al año anterior, insuficiente para cubrir los incrementos del IPC
Las sucesivas subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa están provocando una paradójica situación: cada vez más personas ganan menos en relación con el sueldo mínimo y los incrementos son insuficientes para cubrir los aumentos del IPC.
El INE acaba de publicar el avance de la Encuesta de Estructura Salarial correspondiente a 2022, que muestra un incremento del 4,1 % del salario medio en España, situándose en los 26.948,87 euros. Por lo general, se trata de un informe que no deja grandes titulares: País Vasco sigue siendo la comunidad con mejores sueldos medios (32.313,73 euros) por delante de Madrid (31.230,73) y Navarra (29.189,52) frente a Extremadura (21.922,73 euros), Canarias (23.096,92) y Castilla-La Mancha (23.751,71), con los más bajos; mientras que los salarios más altos se pagan el sector del suministro de energía y, los menores, en la hostelería.
Pero lo más interesante de la estadística tiene que ver con el porcentaje de trabajadores en función de su ganancia respecto al salario mínimo interprofesional, situado en los 14.000 euros en 2022. Así, encontramos que el 17,1 % de los ocupados cobraba de 0 a 1 SMI; el 48,16 % de 1 a 2 SMI; el 20 % de 2 a 3 SMI; el 8,29 % de 3 a 4 SMI; el 3,4 % de 4 a5 SMI; el 1,68 % de 5 a 6 SMI; el 0,84 % de 6 a 7 SMI; el 0,4 % de 7 a 8 SMI; y apenas un 0,14 % más de 8 SMI. Esto supone que casi dos tercios (65,23 %) de los trabajadores ganaba en 2022 menos de 28.000 euros brutos al año en nuestro país, si sumamos el porcentaje de ambos grupos.
Desde hace años, España se ha caracterizado por tener un tejido empresarial especialmente improductivo, con pocas empresas por encima de 50 empleados, lo que supone un lastre para la competitividad. Por ello no es de extrañar que la mayor parte de la fuerza laboral tenga sueldos bajos. El problema es que la llegada del sanchismo al Gobierno ha empeorado la situación.
Si se compara esta división salarial de los trabajadores con años anteriores, las diferencias son importantes. Por ejemplo, el porcentaje de trabajadores que cobraban de 0 a 1 SMI pasó de suponer el 13,06 % en 2017 al 17,1 % en 2022, mientras que en el grupo de 1 a 2 SMI el cambio fue del 36,9 % al 48,16 %, más de 11 puntos porcentuales de diferencia. El resto de grupos, sin excepción, ha recogido cifras negativas.
En estas diferencias tiene mucho que ver las subidas del SMI aplicadas por el Gobierno desde su llegada, pero no lo explica todo. Estos incrementos aumentan los límites mínimos y máximos de cada grupo de trabajadores, por lo que dos SMI en 2022 eran tres en 2016, por ejemplo.
Sin embargo, este dato no incluye los incrementos anuales del IPC, que en 2021 y 2022 llegaron a acumular un 12,2 %, muy superior a los incrementos del salario medio en esos años, que apenas llegaron al 2,9 % y 4,1 % respectivamente, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo.
Las políticas del Gobierno han situado el SMI por encima del 60 % de la mediana laboral, pero apenas ha aumentado la riqueza de los españoles al tiempo que ha comprometido la competitividad de las empresas y aumentado los costes laborales.