La industria paga la energía un 174 % más cara en España que en Francia

La Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE) ha dado a conocer la nueva comparativa del precio final de la factura eléctrica pagada por los consumidores industriales en distintos países europeos, y España no sale bien parada.

Según las conclusiones de su Barómetro energético, la factura por el consumo de energía eléctrica para una industria electrointensiva en España es 2,7 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el de Alemania; o lo que es lo mismo, un 174 % más cara que en Francia y un 82 % más onerosa que en Alemania.

Las industrias electrointensivas son aquellas en las que la electricidad es un factor primordial en su proceso. Generalmente estas actividades pertenecen a la industria básica, que es aquella dedicada a la transformación de las materias primas. Requiere una mayor cantidad de mano de obra y de energías que otros sectores industriales. En este contexto se engloban los sectores metalúrgico, químico, siderúrgico, y gases industriales.

Como explica AEGE en su informe, la industria electrointensiva está sometida a una competencia internacional fuerte, y por eso los precios de la energía son vitales. Representan hasta un 50 % de sus costes de producción, y en algunos procesos incluso más.

La factura eléctrica de los clientes industriales está formada por los costes de adquisición de la energía, que incluye la energía en el mercado mayorista y costes añadidos al precio del mercado, y por los peajes de acceso a las redes eléctricas, cargos e impuestos. Además, el consumidor electrointensivo europeo obtiene distintas compensaciones por su contribución al sistema eléctrico y por la compensación de las emisiones indirectas de CO2.

Como contexto al menor precio de la energía obtenido por los rivales europeos, AEGE apunta que la gran industria de Francia adquiere un 62 % de su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos a través de la tarifa denominada ARENH (acceso regulado a la energía nuclear histórica), a 42 euros/MWh (megavatio/hora). Esta tarifa permite a las comercializadoras alternativas (o no históricas) de energía tener acceso a la cuarta parte de la producción eléctrica nuclear de EDF a un precio fijo acordado para todos.

Señalan además que los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 13 euros/MWh.

Además, indican que las compensaciones por CO2 indirecto que obtienen las industrias electrointensivas en Francia o Alemania son sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional, que están limitadas por la indisponibilidad presupuestaria. «Concretamente, en Francia acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 10 euros/MWh, mientras que en Alemania son 33 euros/MWh superiores», afirman.

Como se puede comprobar, a Teresa Ribera (ministra de quien depende el mercado energético) le queda mucho por hacer si quiere conseguir que las empresas españolas de este sector sean realmente competitivas.