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Sede del banco BBVA en Madrid

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El Gobierno teme que la fusión de BBVA y Sabadell agrave la famélica remuneración del ahorro a los hogares

Economía afirma que no ha habido «ninguna información nueva que cambie la preocupación del Gobierno», pese al acercamiento de Cuerpo y Torres

La operación conllevaría una reducción del crédito disponible de 54.393 millones de euros y casi 900 oficinas en toda España

El Gobierno se mantiene con las espadas en alto ante la hipotética fusión de BBVA y Sabadell. En el seno del Ejecutivo preocupa especialmente el impacto sobre la competencia en el sector, lo que podría suponer un freno añadido a la lentitud con la que la remuneración de los depósitos se está trasladando a los hogares.

Según el Ejecutivo, que esgrime un informe al respecto del Banco de España, las sucesivas operaciones de concentración bancaria han provocado que la transmisión de la política monetaria «está siendo más lenta en España que en otros países del entorno, y también menor de lo que ha sido históricamente».

De consumarse la operación supondría sacar del mercado a otra entidad, toda vez que desde la crisis financiera el número de bancos operando en España se ha reducido un 80 %. Según un reciente informe de Moody's, la fusión de ambos grupos bancarios dejaría el 70 % del mercado en manos de solo tres bancos: CaixaBank, BBVA y Santander.

«Mi preocupación por la concentración en el mercado siempre ha estado bastante clara», repuso el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el pasado lunes durante un desayuno informativo de Ep. «No ha habido ninguna información nueva que cambie la preocupación del Gobierno», insistió el ministro, pese a las recientes imágenes junto al presidente de BBVA, Carlos Torres.

Los bancos españoles están remunerando actualmente, de media, con un 2,5 %, muy por debajo del 3,75 % que obtienen del Banco Central Europeo (BCE), según datos del comparador financiero HelpMyCash. Por el contrario, las entidades europeas ofrecen hasta un 3,60 %.

Alta concentración en Cataluña

La operación es vista con especial recelo desde Cataluña, donde preocupa el corte del crédito al tejido empresarial pese a las promesas de Torres y el compromiso de mantener la sede operativa de San Cugat. En la región la fusión dejaría casi el 74 % de las sucursales de Cataluña y el 72 % del crédito en manos de la entidad resultante. Cabe recordar que el banco de origen vasco ha integrado, en la última década, a Unnim –el fruto de la unión de las cajas de Manlleu, Sabadell y Terrassa– y a CatalunyaCaixa.

La fusión podría conllevar además una reducción del crédito disponible de hasta 54.393 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones de la patronal catalana de pequeñas y medianas empresas. La cifra supone el 30 % del activo disponible por parte del Sabadell y el 1,3 % del total del sistema bancario español.

La fusión sería perjudicial para la inversión y el crecimiento del tejido empresarialPimec

«Sería perjudicial para la inversión y el crecimiento del tejido empresarial», aseguran desde Pimec, que recuerda que la fusión entre el Santander y el Popular provocó una reducción del 19 % del crédito; la de Unicaja y Liberbank del 2 %, y la de CaixaBank y Bankia un 4 %.

Además, y de nuevo según las estimaciones de la patronal catalana, la operación podría conllevar el cierre del 50 % de las oficinas de Sabadell, con la pérdida de 174 sucursales en Cataluña y 415 en el resto de España en el escenario más optimista; y de 261 en Cataluña y 622 en el resto del país, en el más pesimista. El impacto, añade Pimec, sería además mayor en zonas rurales y poco pobladas.

En cuanto al efecto sobre la plantilla, Pimec estima una pérdida de hasta el 45,5 % de la ocupación en el Sabadell y del 17,25 % en la entidad fusionada, según recoge Efe, lo que se traduciría en entre 7.685 y 10.567 despidos y prejubilaciones. Del mismo modo Corporance, el asesor de voto español más relevante, si bien ha respaldado la operación, anticipó recientemente una potencial destrucción de empleos además de alertar sobre la reducción de la variedad entre las ofertas para los clientes y la disminución de la competencia.

Al respecto, Carlos Torres reiteró la semana pasada, durante la junta de accionistas extraordinaria de BBVA, el compromiso de que a la hora de decidirse las salidas «se respetaría en todo caso los principios de competencia profesional y mérito, sin la adopción de medidas traumáticas o que afecten singularmente a los empleados con origen en una de las dos entidades», como trasladó en mayo BBVA a la CNMV.

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