Fundado en 1910
La crónica económicaFernando Rayón

De la «economía va como un tiro» de Sánchez a la dura realidad

Se vanagloria el presidente de que cada vez se recorta más la brecha entre los más ricos y los más pobres. Pues sí, pero por el procedimiento de que cada vez somos más pobres en España

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su reciente balance del curso.EFE/ Mariscal

No es frecuente que Pedro Sánchez ofrezca una rueda de prensa. Y menos hablando de economía. Aunque en este caso fuera la coartada para no hablar de otras cuestiones más personales y que tanto le afectan a él y a su entorno. Pero la cosa económica tenía dos aspectos de actualidad importantes: los recientes datos económicos y el nuevo cupo catalán que pide ERC para votar a favor de la investidura de Salvador Illa. De una cosa y de la otra dio pocas explicaciones. Quizá porque no podía, o porque era mucho más fácil utilizar eufemismos como que «la economía española va como un tiro» -antes iba como un cohete- o detenerse en la letra pequeña sobre la independencia fiscal de Cataluña que obliga necesariamente a cambiar el modelo de financiación en España. Vamos por partes.

El crecimiento de España –el famoso PIB– es el argumento que siempre utiliza Sánchez para explicarnos lo bien que va nuestra economía. Ese y una selección de datos que incluyen ocultar los malos, aunque estos últimos -los datos de paro de julio- Sánchez ya los sabía, y nosotros los conoceríamos unas horas después. Al PIB ya nos hemos referido varias veces: España es la economía de Europa que más cayó con el Covid y la que más lentamente se va recuperando. Su crecimiento es, por tanto, proporcional a su caída. Poco más hay que decir. Pero vamos con otros datos.

Cuando llegó Pedro Sánchez al poder en 2018, la inversión extranjera directa (IED) se situaba en 55.000 millones en España. Desde entonces, el promedio de todos estos años se sitúa en torno a los 28.000 millones. Este derrumbe del dinero que llega a nuestro país obedece a dos razones: la falta de seguridad jurídica, que en el caso de los inversores extranjeros es flagrante, y la poca credibilidad de un gobierno en minoría que se puede comprobar cada día.

España, según la oficina de estadística comunitaria Eurostat, cerró 2023 a la cabeza del paro europeo, mientras que el desempleo en la eurozona y la UE registra su nivel más bajo

Cuando se refirió a los datos de paro, se le olvidó decir que la reforma del mercado de trabajo tampoco ha estabilizado el empleo en nuestro país. España, según la oficina de estadística comunitaria Eurostat, cerró 2023 a la cabeza del paro europeo, mientras que el desempleo en la eurozona y la UE registra su nivel más bajo. La tasa de paro de la eurozona fue del 6,4 % en el mes de enero y la de la Unión Europea fue del 6 %, frente al 11,6 % de España. Somos el país de la Unión Europea con la mayor tasa de paro general y juvenil. Y si exceptuamos enero de 2022, cuando Grecia nos adelantó momentáneamente (13,6 % frente al 13,2 %), España suma casi tres años con el mayor paro de la UE. Menos milongas.

A estos datos podemos añadir que este año España ha sido incluida en la lista negra de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) por incumplir el diálogo con empresarios y sindicatos en más de treinta ocasiones. Quizá la más llamativa fue la que pactó el Gobierno con el PNV por la que prevalecían los convenios autonómicos sobre el nacional. Cacicada que el Gobierno no consiguió colar en la reforma laboral de Yolanda Díaz.

Nuestra renta per cápita en el primer trimestre de 2024 es apenas un punto porcentual superior a la que teníamos en 2007, mientras que en los países de la OCDE la media supera los 22 puntos

Se vanaglorió también Sánchez de que cada vez se recorta más la brecha entre los más ricos y los más pobres. Pues sí, pero por el procedimiento de que cada vez somos más pobres en España. Nuestra renta per cápita en el primer trimestre de 2024 es apenas un punto porcentual superior a la que teníamos en 2007, mientras que en los países de la OCDE la media supera los 22 puntos. Y todo esto mientras Hacienda recaudó en 2023 por IRPF la mayor cantidad de su historia: más de 120.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 10 % respecto al ejercicio anterior. Cada contribuyente pagó de media 4.050 euros, algo que ahora se va a poner en solfa gracias al pacto del Gobierno con ERC para investir a Illa. Ya sabemos dónde irá nuestro dinero.

De nada han servido los análisis técnicos de los expertos, ni tampoco los avisos al Gobierno desde su propio partido y desde la izquierda. El concierto fiscal con Cataluña podría incluso romper la mayoría parlamentaria del Ejecutivo, pues Podemos, Izquierda Unida, Compromís y la Chunta han rechazado apoyarlo. Pero, como ya sabemos, todo está justificado con tal de mantenerse en el poder.

Le faltó también a Sánchez mirar los periódicos de esta semana para conocer los motivos del derrumbe de la inversión extranjera en nuestro país. Es verdad que nunca estuvo más barato comprar en España, pero tampoco nunca se vio una intervención del Gobierno más clara en nuestras empresas. De nada sirve al Ejecutivo que el consejo de administración de Talgo rechace la propuesta del grupo checo Skoda en contra del grupo húngaro Magyar Wagon. El Gobierno aplaza tres meses la autorización y se pone a buscar otro socio para la empresa española. Pues que busque mejor esta vez. Me soplan que los buenos ingresos de Indra en el primer semestre del año comunicados a la CNMV, con un beneficio de 2.304 millones, les obligan a pensar en nuevas inversiones. Pues verde y en botella. Ahí tiene Óscar Puente un socio industrial para el fabricante de trenes, y a un presidente de Indra, Marc Murtra, que es buen amigo del gobierno. Aunque también me dicen que quieren meterlo en el lío del nuevo canal de televisión. ¿Qué canal? Pues uno que cuente las cosas de otra manera. Sobre todo como quieran en Moncloa.

Y quien dice Talgo dice Air Europa, que ya no la quiere ni Iberia; o el BBVA, que empieza a cansarse –por culpa del Gobierno– en su OPA sobre el Sabadell. Demasiadas injerencias del poder. Mejor mirar fuera. Que se lo digan a Iberdrola que acaba de comprar ENWL por 5.000 millones. Y el gobierno británico tan contento. Igualito que aquí.