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El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell

El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell

El miedo a la recesión en EE.UU. agita los mercados internacionales: ¿está fundado este temor?

Los inversores temen que el debilitamiento de la economía estadounidense obligue a la Reserva Federal a responder con una política más agresiva

El índice Nikkei 225 cerraba este lunes con un desplome del 12,4 %, la peor caída del selectivo japonés desde 1987, mientras que el resto de mercados asiáticos también han registrado descensos importantes. Los inversores temen que el debilitamiento de la economía estadounidense provoque una recesión y obligue a la Reserva Federal a responder con una política más agresiva.

Los últimos datos de empleo de Estados Unidos mostraron un inesperado repunte del 4,3 %, su nivel más alto desde hace tres años, y la actividad manufacturera se contrajo. Por su parte, los resultados de los gigantes tecnológicos fueron desalentadores, provocando que el índice S&P 500 cerrara su tercera semana consecutiva en números rojos.

Esto ha provocado que los inversores hayan huido en masa hacia activos refugio, como los bonos del Tesoro, ante la más que probables bajadas de tipos. Durante cerca de un año, la Reserva Federal ha mantenido los costes de endeudamiento en el 5,25-5,50 % y los analistas temen que esta política monetaria empuje a la economía estadounidense había una recesión.

«La Reserva Federal está a punto de convertir una victoria en una derrota», señala Brian Jacobsen, economista jefe de Annex Wealth Management, que añade que «el impulso económico se ha desacelerado hasta el punto de que un recorte de tasas en septiembre podría ser insuficiente».

«Es posible que deban implementar una reducción más sustancial que el recorte típico de un cuarto de punto porcentual para evitar una recesión», añade en una nota enviada a los medios.

Sin embargo, esta medida podría contraproducente. La Reserva Federal considera que la desaceleración del mercado laboral es consecuencia de una menor contratación y no a un aumento de despidos, al tiempo que el crecimiento salarial –de entre 3 y 3,5 %– está alineado con el objetivo de la inflación. Además, una reunión de emergencia –como piden algunos– o un recorte de tipos demasiado brusco podría ser interpretado por los inversores como un reconocimiento de que la situación es muy grave.

«En la economía estadounidense no hay nada que no funcione, por lo que no hay justificación para que las autoridades monetarias intervengan y mitiguen las pérdidas de los accionistas. La legendaria venta de la Reserva Federal es una palanca de emergencia que sólo se puede utilizar en caso de una verdadera emergencia, y todavía no hemos llegado a ese punto», señala Marcus Ashwort, analista de Bloomberg.

Neil Shearing, economista jefe de Capital Economics cree que la respuesta de la Reserva Federal ante la agitación del mercado estará determinada por el grado en que se vayan materializando los riesgos a la baja para la economía real.

«Nuestra sensación es que la Fed ahora recortará 25 puntos básicos en cada una de sus tres reuniones restantes este año. El hecho de que el genio de la inflación parezca estar nuevamente dentro de la botella significa que la Fed tiene más margen de maniobra en este sentido», comenta al respecto.

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