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El presidente del Gobierno se muestra satisfecho con la evolución de los precios.Lu Tolstova

La semana económica

Sánchez se pone una medalla por la inflación, aunque con él los precios han subido un 20 %

El dato del IPC aparecido estos días ha llevado al líder del Ejecutivo a decir que «vamos en la buena dirección», aunque nuestro país lidera el índice de miseria en la eurozona

Los Juegos Olímpicos de París terminaron el domingo pasado, pero Pedro Sánchez no ha dejado pasar la oportunidad de colgarse una medalla. Al presidente le faltó tiempo el martes para enorgullecerse de que el IPC solo hubiera subido un 2,8 %, como si él hubiera tenido algo que ver con ese menor crecimiento, y para felicitarse porque los precios de los alimentos registraran su menor tasa de incremento desde 2021. «El descenso de la inflación y la buena evolución de la economía están contribuyendo a mejorar el poder adquisitivo de las familias. Vamos en la buena dirección», aseguraba en la red social X.

Desde luego es una buena noticia que la inflación en España no crezca ya por encima del 10 %, como lo hacía en el año 2022, pero hay que recordar que los precios han subido más de un 20 % desde que Pedro Sánchez lidera el Gobierno. Puede comprobarse fácilmente en este enlace del Instituto Nacional de Estadística (INE), y lo notamos todos en la cesta de la compra. No parece un dato para ponerse una medalla.

El índice de miseria español está por encima del de Grecia, Portugal y la media de la Unión Europea

Es muy dudoso que vayamos «en la buena dirección», como dice Sánchez. España encabeza en la eurozona el índice de miseria, que suma la tasa de desempleo y de inflación de cada país. Alcanzamos el 15,1 %, muy por encima de Grecia (12,9 %), Portugal (9,3 %), Italia (7,6 %) y la media de la Unión Europea (8,7 %). Parece que todo el mundo espabila, menos nosotros.

Somos campeones de paro en Europa y en la OCDE, tenemos la inflación más alta que la media de la eurozona y los salarios reales (salario nominal descontando la inflación, el que marca la capacidad de compra) caen desde el año 2019.

Es discutible que estemos mejorando en poder adquisitivo, como dice el presidente (quizá algunos sí). El PIB per cápita ajustado por poder adquisitivo en España se ha situado a doce puntos de la media de la Unión Europea, cuando estábamos a nueve puntos, y se ubica por debajo de los niveles de 2013. Puede verse claramente en este gráfico de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea.

Como reflejaba recientemente un informe de la OCDE, España es el séptimo país entre los 36 que analiza esta organización en donde más poder de compra se ha perdido respecto a antes de la pandemia. Los sueldos de los asalariados españoles han crecido 2,5 puntos menos que los precios.

Estados Unidos ha disparado el gasto, el déficit y la deuda como España, y su economía lo está notando

Los indicadores no son para ser muy optimistas; menos aún si se ve la evolución de países como Estados Unidos. La primera potencia del mundo lleva años impulsando un modelo de aumento del gasto público, el déficit y la deuda que está disparando su índice de miseria, que como decíamos antes suma la tasa de desempleo e inflación. En el último año ha subido considerablemente, y ya está en el 7,4 % (la mitad que España), dos puntos más de donde estaba antes de la pandemia.

El modelo de gasto sin cabeza no funciona, como se está viendo en Estados Unidos, y lo que hace es empobrecer a los ciudadanos provocando una inflación persistente, que al menos allí se va a traducir en que los tipos de interés van a permanecer altos durante más tiempo del esperado, como ya ha reconocido la Reserva Federal.

Y si el modelo no funciona en Estados Unidos, imagínense en España. Pese al maquillaje de los datos de empleo con los fijos discontinuos y el pluriempleo, seguimos encabezando los rankings de desempleo a nivel general y juvenil, la inflación sigue creciendo, y la deuda también. Como señalaba recientemente en este periódico el catedrático Santiago Niño Becerra, es lógico que nuestra deuda crezca viendo que la de Estados Unidos también lo hace, pero algún día el mercado puede dejar de creer en el dólar y de comprar la deuda de Estados Unidos, y después lo hará con otros países como el nuestro. Entonces, sálvese quien pueda.