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Javier Milei ha ido chocando con Pedro Sánchez, Lula da Silva y Xi Jinping, entre otros.

Javier Milei ha ido chocando con Pedro Sánchez, Lula da Silva y Xi Jinping, entre otrosLu Tolstova

La semana económica

Todos contra Milei

El presidente argentino se acerca a su primer año en el cargo entre la ilusión de sus seguidores, el colmillo expectante de sus enemigos y la expectativa de los ciudadanos de ver más señales de esperanza en la economía

Desde que fue elegido presidente de Argentina el pasado 10 de diciembre, no hay semana en la que no se hable de Javier Milei. Como hemos contado en este periódico, en los diez últimos días se ha comentado especialmente la espectacular rebaja de la inflación en el país, uno de sus principales objetivos, y las especulaciones en torno a su envío de oro fuera de sus fronteras, pero Milei siempre está de actualidad.

El mundo entero mira a este presidente distinto y revolucionario en estos tiempos por su perspectiva radicalmente liberal. Hay mucho interés en ver si funciona su modelo. Se mueve entre la ilusión de sus seguidores, el colmillo afilado de sus enemigos antiliberales (Sánchez, Lula, Xi Jinping, López Obrador, Petro...) y la expectativa de sus compatriotas, que esperan salir de la miseria en la que llevaban décadas instalados.

Los argentinos están sufriendo medidas muy duras, y su paciencia va a ser clave para que el plan de Milei funcione

Los ciudadanos están sufriendo medidas muy duras, como ya anticipó Milei, y su paciencia va a ser clave para que el nuevo presidente pueda mantener en el tiempo las iniciativas que va implantando y que tengan éxito. Ayudará a que aguanten el hecho de que vean señales positivas. De momento la más clara es el descenso de la inflación. Milei cogió el país con unos precios subiendo al 25 % mensual y ahora lo hacen al 4 %. Un alivio para los ciudadanos. La desinflación ya se está produciendo, pero mantener las medidas es crucial para que continúe la buena senda, y hay muchos obstáculos políticos (el debate en el Parlamento es muy crudo), sociales y mediáticos que buscan sabotear las reformas y tumbarlas.

La otra gran señal es el superávit de las cuentas públicas. Milei lo ha logrado desde sus primeras semanas merced al espectacular recorte del gasto público. Es un gran mensaje para los inversores y los ciudadanos a los que se está pidiendo sacrificios. El superávit es una cuestión clave. Si se mantiene, estabilizará la macroeconomía.

La buena marcha de las medidas hace que algunos teman que Milei levante el pie del acelerador, pero no parece que vaya a hacerlo

La buena marcha de estos indicadores hace temer a algunos que Milei pudiera levantar el pie del acelerador con las medidas, y que ello produzca un repunte de la inflación. Si lo hiciese, los sacrificios anteriores no habrían servido para nada. No parece que vaya a hacerlo.

El nuevo presidente argentino no lo tiene nada fácil. Quiere hacer muchas cosas y no tiene mayoría en el Cámara de Diputados. Mientras consigue o no una mayor presencia en las próximas elecciones del 10 de diciembre, su margen de acción es limitado. Pese a ello ha lanzado medidas que irán dando resultados antes o después.

El Decreto de necesidad y urgencia que puso en marcha nada más llegar al poder deroga multitud de regulaciones de la economía argentina, y abre la puerta a liberalizar sectores o empresas públicas. Es el primer paso para abrir una economía que lleva décadas encorsetada, y el objetivo es liberalizarla a la mayor velocidad posible. La justicia paralizó la parte relativa a la legislación laboral, pero las demás iniciativas están vigentes y dando sus frutos, como ilustran por ejemplo la desregulación aérea y la llegada de Starlink, el sistema de Internet de banda ancha a bajo coste ideado por SpaceX, empresa de Elon Musk.

Por otra parte ya se aprobó el 28 de junio definitivamente la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. Tanto esta como la anterior forman parte de un paquete de desregulaciones que Milei ha dicho que es solo el 25 % de las que quiere hacer.

Ha desatado ilusión en sus seguidores y pánico en los antiliberales

Especialistas como el catedrático Carlos Rodríguez Braun resaltan la ilusión que ha generado Milei y el pánico que ha producido en los antiliberales. Reconoce que los primeros pasos están siendo costosos para los argentinos y que lo están pasando muy mal por las medidas necesarias para corregir la mala herencia de la economía actual, pero incide en la necesidad de la paciencia y en que esta se alimente con más señales positivas como las que ya se están viendo. Otra de las que él destaca es la liberalización que se ha llevado a cabo en los alquileres, y cómo inmediatamente ha aumentado la oferta y han mejorado los precios, algo que sería muy bueno que ocurriera también en España. El catedrático resalta que la economía argentina viene de una situación tan mala y está tan encorsetada que no va a ser difícil que los argentinos vayan viendo más efectos positivos de las medidas liberalizadoras de Milei.

Por su parte, José María Rotellar estima que Milei está siendo valiente, pero la situación heredada de décadas de peronismo es pésima y no se resuelve de un día para otro: «No debe dejar de dar pasos en la buena dirección, aunque por no contar con mayoría parlamentaria no pueda ir tan deprisa como desearía, y no debe dar ningún paso en la mala dirección. Debe seguir siendo riguroso, no caer en frivolidades y perseverar en el empeño. Es cierto que las medidas están provocando dolor, pero es la única manera de enderezar la situación. Como dijo Margaret Thatcher cuando saneó la economía británica, la medicina es amarga, pero el enfermo la necesita».

Economistas como Daniel Lacalle piensan que Milei tendrá que acabar con la inflación o la inflación acabará con él. De momento va por el buen camino para terminar con ella. También resalta que el nuevo presidente argentino debería recuperar su mensaje de apuesta firme por la dolarización de la economía si quiere que los argentinos puedan ahorrar y las empresas vean atractivo invertir, pues con la devaluación del peso el coste de capital para las compañías sigue siendo muy elevado. El peso es una moneda fallida, y no puede estabilizarse a medio plazo, pero se empeñan en mantenerla. Con Milei no hay peligro de que vuelvan a imprimirse billetes, pero el valor del peso se degrada porque no hay demanda, y si la paciencia se agota y viene otro a sustituir al actual presidente, quizá opte por la solución adoptada hasta ahora de imprimir billetes, y entonces los problemas volverán.

Sobre la cuestión de la dolarización, el economista Diego Barceló apunta que uno de los puntos que pasó inadvertido del Decreto de necesidad y urgencia es que se permite contratar, facturar y poner los precios en cualquier moneda: «Muchos aún no lo saben o no lo creen. Hasta ahora había supermercados que aceptaban dólares al tipo de cambio oficial (era para aprovecharse de los turistas despistados). La novedad es que, desde hace un par de semanas, dos supermercados aceptan dólares al tipo de cambio de mercado. Una app ya está trabajando para lanzar los pagos en dólares con tu tarjeta de débito, hay empresas que empiezan a facturar en dólares, etc.».

Barceló afirma que «no va a haber un día que se anuncie la dolarización; simplemente, ocurrirá. Lo hacen así, entre otras cosas, para evitar darle argumentos a la oposición. Además, hay un debate constitucional sobre si es posible eliminar el peso».

Para este economista, la clave del programa económico de Milei «es el superávit fiscal, algo innegociable y que se va a mantener a toda costa. Todo lo demás es secundario».

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