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Carlos Hernández Quero, diputado de VoxJavier Ruiz

Carlos Hernández Quero (Vox): «Cuando hablan de subir impuestos a los del Lamborghini, que tiemblen los del Clio y el Megane»

  • Portavoz de Vivienda, aboga por impulsar la construcción de pisos sociales

  • Considera que el verdadero problema territorial de España es la brecha entre la ciudad y el campo: «Hay ciudadanos que pagan impuestos igual y reciben mucho menos»

  • ​Augura que «Sánchez va a alargar lo máximo la legislatura porque le espera un varapalo en las urnas»

Diputado por Málaga y doctor en Historia Contemporánea, Carlos Hernández Quero (Madrid, 1990) es portavoz de la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana, y también portavoz adjunto de la Comisión de Derechos Sociales y Consumo. Atiende a El Debate justo después de interpelar a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, en plena alza desenfrenada de los precios. Según los últimos datos del INE, la vivienda acumula un alza del 7,8 % y un 11,2 % en el caso de la vivienda nueva; mientras que en el caso de los alquileres estos superan ya los 1.100 euros de media con hasta 115 interesados por vivienda, de acuerdo con Alquiler Seguro. Como consecuencia, la formación ha presentado una moción por la que instará, la semana que viene, a derogar la Ley de Vivienda, eximir de IVA la adquisición de vivienda habitual o recuperar la deducción estatal por alquiler de vivienda habitual, entre otras medidas.

— Hemos pasado de «cómprate un piso» a «comparte un piso», le decía a la ministra en el Congreso. ¿Cómo se puede echar el freno a la escalada continua de los precios?

— Los datos son absolutamente desalentadores, catastróficos, y todos lo vemos en nuestro entorno, nuestra familia, nuestro vecindario, nuestros amigos. La situación es realmente dramática. Aquí no se ha llegado como consecuencia de la mala suerte, ni del azar, ni del destino. Se ha llegado porque durante mucho tiempo los partidos que han tenido el mango de la sartén han hecho políticas que han perjudicado el acceso a la vivienda, a las clases populares, a las clases medias y a los jóvenes.

La ministra le ha respondido que Vox podría haber optado por gestionar las políticas desde las comunidades autónomas, y, sin embargo, optaron por abandonar los gobiernos autonómicos

— El resultado de las elecciones fue lo que condicionó la fuerza que Vox tenía en los diferentes gobiernos autonómicos. Nos habría gustado, por supuesto, haber tenido las carteras de Urbanismo, de Vivienda, de Sanidad y Servicios Sociales, de Seguridad… Aquellas que son esenciales para nosotros porque son esenciales para el día a día de los españoles. La relación de fuerzas con el Partido Popular era la que era. Y pese a todo, los consejeros de Vox, por ejemplo, en Castilla y León, hicieron un formidable trabajo al frente de Industria, de Empleo, de Agricultura, que sin duda ha beneficiado a los trabajadores y a los pequeños empresarios. Usted ya sabe cuál es el el sendero que llevó a que el Partido Popular rompieran literalmente los acuerdos al introducir en sus políticas públicas cuestiones frontalmente opuestas a lo que Vox viene defendiendo, y frontalmente opuestas a lo que los ciudadanos vienen sufriendo, como es la cuestión de la inmigración ilegal y el fomento irresponsable del efecto llamada.

Le ha pedido a la ministra que le remita invitación cuando se inauguren alguna de las 184.000 viviendas para alquiler social prometidas. ¿Ha habido avances reales? ¿Es partidario Vox de construir vivienda pública?

— España ha tenido una inversión pública en vivienda bastante potente durante décadas. Hasta mediados de los 80 la vivienda protegida constituye una parte fundamental del parque y eso permitió a muchísimas familias humildes poder estar tranquilos sabiendo que lo más importante, el techo, el hogar, estaba cubierto. En la actualidad estamos yendo para atrás. El Gobierno tiene herramientas a su disposición para poder incrementar la oferta y terminar con el gran desajuste que existe entre el número de españoles que buscan casa y el número de viviendas totales disponibles. Por ejemplo, fomentando que la iniciativa privada pueda construir, sin que los continuos gravámenes en el proceso edificatorio lo conviertan en totalmente disuasorio. O la famosa colaboración público privada que también la ministra y Sánchez han mencionado, y de las cuales no tenemos ninguna noticia. Cuando uno no es capaz de generar las condiciones para que la actividad privada construya y tampoco es capaz de entenderse con la iniciativa privada en estas fórmulas mixtas, lo que le queda es echarse sobre los hombros la responsabilidad de cubrir y cumplir con el artículo 47 de la Constitución, que es el que le mandata al Gobierno y a la ministra, en este caso a proveer de vivienda y a facilitar que los españoles tengan un techo y cuatro paredes.

Vox considera que la vivienda social es fundamental, y más en un momento como el actual. Una de las fórmulas es destinar un porcentaje fijo anual

Vox considera que la vivienda social es fundamental y más en un momento como el actual. Una de las fórmulas es destinar un porcentaje fijo anual a vivienda. La vivienda es el último lugar en el que se invierte. Destinamos el 15 % a pensiones. Se habla mucho de la solidaridad intergeneracional. ¿Es bidireccional, también para familias con hijos? Se destina menos del 0,03 %. El dinero está, pero no están las ganas. Seguiremos instando al Gobierno a que invierta en alquiler social, que es un parche, porque la idea es que vivan en alquiler social cuando vienen mal dadas para que luego pueda prosperar. Y que el régimen sea en propiedad, porque la propiedad garantiza la estabilidad y fija lazos y vínculos.

¿Debe hacer el Estado una recuperación competencial en materia de vivienda?

— Es más que necesario. No puede ser que dependa de quien gobierne en cada uno de los sitios que en esos lugares haya o no iniciativa pública, ayudas al alquiler, avales a la compra de vivienda, bonos que ayuden a las familias con los gastos extras vinculados al hogar, como las facturas o vinculados a los niños. No puede ser que haya comunidades autónomas en las que hay menos impuestos para compra de vivienda y otras en las que no. En todo caso, este Gobierno no creo que vaya a tener demasiados problemas a la hora de pisotear las competencias autonómicas, Su Ley de Vivienda más que de largo vulneraba competencias autonómicas. Y ahí el Tribunal Constitucional, bien nombrado y agradecido, no dudó en validarla.

Carlos Hernández QueroJavier Ruiz

¿Es responsable de la situación la Ley de Vivienda?

— La connivencia con la okupación ha generado un mensaje muy peligroso: si usted no paga, el Estado no va a hacer nada y el propietario se queda sin conseguir su renta. La ley de vivienda no es el origen de todos los males, pero los ha acelerado y los ha llevado a una situación completamente traumática. Y no había nadie del sector que no hubiera avisado. Este Gobierno continuamente se dedica a insultar a los demás porque dicen que mueven bulos, ideas anticientíficas. Aquí teníamos un montón de literatura científica sobre el efecto de controlar los precios de los alquileres. Si la leyeron no la entendieron. Si la entendieron no hicieron su trabajo. Y si la leyeron y la entendieron, que probablemente es lo que ha pasado, lo que querían es que los españoles se plegaran a sus dogmatismos. La desaparición de vivienda en el mercado del alquiler se ha producido no ya por su aplicación, sino por el temor que genera en el pequeño propietario.

La connivencia con la okupación ha generado un mensaje muy peligroso: si usted no paga, el Estado no va a hacer nada

¿Más allá de la vivienda, cuáles son las prioridades económicas de Vox?

— La vivienda no es una isla: está en el centro de todo. Por ejemplo: cuando hablamos de que los jóvenes no pueden emanciparse es por un problema con la oferta, por la connivencia con la ocupación, por los impuestos, por las regulaciones fallidas, pero también porque somos campeones europeos en paro juvenil. O porque la fiscalidad se lleva el 40 % de lo que produce. Dicho esto: además de garantizar un techo y un suelo para los españoles, las prioridades de Vox pasan por la reindustrialización, que también tiene una relación estrecha con la vivienda. Falta oferta en las grandes ciudades, porque hemos decidido que el desarrollo territorial del país sea que las familias abandonen sus lugares de nacimiento y se agolpen en las grandes ciudades. En las capitales de comarca se construyó muchísima vivienda moderna, que ahora mismo está vacía porque no tiene quién la ocupe. En lugar de llevar a la gente de sus lugares de origen a Madrid o a Málaga para que malvivan, hay que llevar el trabajo allí dónde hay casas.

Los que tienen un Lamborghini saben muy bien cómo esquivar la presión fiscal del Gobierno

Otra prioridad para Vox es luchar para terminar con la situación de expolio fiscal de las clases medias y populares. La ministra Montero parece obsesionada con los Lamborghinis, pero los que tienen un Lamborghini saben muy bien cómo esquivar la presión fiscal del Gobierno. Quienes no saben son los del Renault Clio y los del Renault Megane, que encima no pueden entrar al centro de las ciudades después de expulsarles del centro. Cuando uno oye hablar de subidas de impuestos a los del Lamborghini, tiene que echarse a temblar porque al final son subidas de impuestos para los que ellos consideran que son clase media. Porque ya dijeron que clase media son los que cobran el salario mínimo interprofesional, el ingreso mínimo vital. Estamos redefiniendo lo que es clase media: ahora es ir en patinete eléctrico, esquivar machetazos cada día y cobrar lo menos de lo menos.

El debate sobre la financiación autonómica está abierto a cuenta del cupo para Cataluña, que desde el PSOE (según Esther Peña, su portavoz) se ha llegado a comparar con la financiación de Soria y Teruel.

— Desde tiempos inmemoriales tenemos el debate territorial secuestrado por aquellos que dicen que el problema de cohesión territorial que existe en España lo sufren en la zona alta de Barcelona o en los barrios bien de Bilbao. El problema territorial en España no tiene nada que ver con el nacionalismo o con la infrafinanciación de algunos territorios ricos. Tiene que ver con la profunda brecha entre las oportunidades y los servicios que viven en las ciudades y los que viven en el campo o en las capitales comarcales. Son los que de verdad merecen la atención, merecen una fiscalidad especial, porque ellos no tienen, como sí tiene el habitante de una gran ciudad, un centro de salud al caerse de la cama, o la oficina de un banco cerca. Ellos tienen lo fundamental muchas veces a 60 o 70 kilómetros de casa. Esa gente paga impuestos igual que el ciudadano de la gran ciudad y, sin embargo, recibe mucho menos. Y son las verdaderas víctimas de las políticas económicas del bipartidismo. Ni cupos para regiones ricas ni haciendas propias: tren para Extremadura, todos los servicios para el interior de Castilla y León y defensa para los agricultores, ganaderos y pescadores.

La senda de déficit vuelve por cuarta vez al Congreso. ¿Tiene sentido la legislatura si se vuelven a prorrogar los Presupuestos?

— Lamentablemente, no nos corresponde a la oposición valorar si tiene o no sentido, pero el propio Sánchez ha dicho que va a gobernar tenga o no el apoyo del parlamento. El último año ha sido para Sánchez una carrera de obstáculos, sudando para sacar cada una de las escasísimas iniciativas que han conseguido, como la ley de amnistía, con una contestación social masiva, tasas bajísimas de apoyo de su gobierno. Van a buscar alargar lo máximo posible la cita con las urnas, porque esperan, no sin razón, llevarse un buen varapalo.