La falta de mano de obra en la construcción pone en un brete los compromisos de los fondos europeos
El sector calcula que hacen falta 700.000 trabajadores para hacer frente a las demandas de infraestructura y vivienda
El parque inmobiliario es insuficiente para satisfacer la creciente demanda y es necesario obra nueva que permita equilibrar el mercado. Pero las constructoras se enfrentan a un nuevo inconveniente: la escasez de mano de obra cualificada. Falta personal y las nuevas generaciones no están interesadas en este sector.
Después de un periodo de calma precipitado por la pandemia y el incremento de los costes de producción y del precio de los materiales, el mercado inmobiliario se ha reactivado y, con él, el problema de la escasez de talento. Según un estudio de Hays, el 80 % de las inmobiliarias y las constructoras están teniendo dificultades para encontrar perfiles cualificados.
«Apenas hay perfiles especialistas en obra dispuestos a trabajar y que se sitúen entre los 25 y los 40 años», señala Miguel de la Fuente, tema manager de Hays España. «Tanto para retener y atraer el talento existente como para posicionarse como un sector atractivo para las futuras generaciones, es necesario ofrecer mejores condiciones retributivas que compensen el sacrificio de trabajar día a día en el terreno de la obra», añade.
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) calcula que en España hacen falta más de 700.000 trabajadores cualificados para cumplir con las demandas de viviendas e infraestructuras asociadas a la llegada de los fondos europeos. Y eso, sin contar con el envejecimiento de las plantillas, cuya media de edad se sitúa en los 50 años.
Los jóvenes, por su parte, no muestran tampoco interés en el sector. Según datos del Observatorio Industrial de la Construcción, solo 1.678 personas terminaron estudios de Formación Profesional en el año 2022 relacionados con Edificación y Obra Civil a pesar de que las previsiones de empleo en construcción para este tipo de alumnado superan las 160.000 vacantes hasta 2030. Así, apenas el 9,2 % de los trabajadores del sector tienen menos de 29 años, porcentaje que ascendía al 25,2 % en el 2008, el año del estallido de la crisis financiera.
«Hace falta mejorar la imagen del sector. Tenemos buenas condiciones laborales, buenos horarios y buenos sueldos», señalaba recientemente el presidente de la CNC, Pedro Fernández Alén, en una entrevista para El Debate.
«El que menos cobra gana un 30 % más del salario mínimo interprofesional. Eso no lo pueden decir en todos los sectores. Subir en las categorías profesionales además es relativamente fácil, con lo que el incremento de sueldo es bastante sensible», añadía.
No es un asunto baladí. El sector calcula que la construcción canalizará el 70 % de los fondos Next Generation y, con este panorama, la escasez de mano de obra amenaza con obstaculizar su cumplimiento. Por ello, las empresas han puesto sus ojos en la inmigración irregular y fuera de nuestras fronteras.
El SEPE, de hecho, ha autorizado por primera vez la contratación en el extranjero de electricistas, gruistas y expertos en carpintería metálica. Además, ha agilizado las contrataciones colectivas en origen con 21 países, principalmente africanos e hispanoamericanos, una medida aplaudida por la patronal que exige soluciones a medio y largo plazo.