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William de GaleEl Debate

Entrevista | William de Gale (BlueBox)

El gestor que bate al mercado rehuyendo a Tesla o Google: «La tecnología se está comiendo vivos a los demás sectores»

El co-fundador de BlueBox, premiado en 2023 como mejor fondo por Expansión y Allfunds, anticipa que «con la IA habrá un período de transición doloroso para muchos»

«No compramos empresas disruptoras que son muy llamativas y están de moda pero que no dan beneficios». Con este lema, William de Gale, co-fundador y gestor de Bluebox Global Technology y referente en inversión tecnológica, traza las líneas fundamentales de su estrategia: invertir en las verdaderas empresas tecnológicas. Compañías que, resalta, se han revalorizado un 800 % desde 2007 «cuando las empresas no tecnológicas colectivamente (incluyendo Alphabet –matriz de Google– y Tesla) no han visto casi ningún incremento de beneficios desde 2007».

Sí, han leído bien. De Gale excluye ambas compañías del catálogo de empresas tecnológicas. «La gente intenta complicarlo, pero en nuestra opinión es muy sencillo: una empresa de tecnología es aquella que vende tecnología. La principal fuente de ingresos de Tesla son los coches, y la de Google es la publicación», detalla. «Si una empresa de tecnología fuera una empresa que utiliza tech, entonces casi todas las empresas del mundo serían empresas de tecnología, lo cual no es una definición útil».

Bajo sus mandos, BlueBox, distribuido en España en exclusiva por ACCI Partners, «ha obtenido mejores resultados que la inmensa mayoría de los fondos tecnológicos en los seis años transcurridos desde su nacimiento. Galardonado en 2023 como mejor fondo de inversión en España por Expansión y Allfunds, y con el mayor retorno a cinco años según CityWire, su línea maestra es centrarse en «empresas rentables que proporcionan las tecnologías facilitadoras clave».

Si no hay beneficio, no hay inversión

De Gale incide en la importancia del beneficio para que una compañía entre a figurar en su cartera: «No invertiremos en una empresa hasta que demuestre que puede obtener beneficios». El segundo punto fundamental es que sea una compañía facilitadora, no disruptora. «Las disruptoras son empresas que utilizan la tecnología de una forma nueva para transformar un sector. Son interesantes y pueden aumentar sus ingresos muy rápidamente, pero rara vez obtienen beneficios: gastan dinero, pero no lo ganan, y mientras tienen una vida emocionante pero breve. Como inversor, ¿para qué tenerlas en cartera?».

En lugar de ello, De Gale apuesta por las compañías que suministran la tecnología a estas empresas disruptivas. «Esas son las empresas que realmente ganan dinero. Y lo que es mejor, la misma tecnología clave es necesaria para una ronda de disrupción tras otra, por lo que los facilitadores pueden seguir aumentando sus generosos beneficios durante años, si no décadas».

Las empresas que realmente ganan dinero no son las disruptivas, sino las que les suministran la tecnología

Considera que uno de los problemas de Europa es que «está obsesionada con las empresas disruptivas porque son interesantes y generan ingresos rápidamente». Por este motivo, afirma, «apoyan a empresas emergentes como las fintech, en las que casi no hay posibilidades de obtener beneficios y cuyos negocios nunca podrán ser sostenibles sin inyecciones regulares de dinero. En última instancia, la gran mayoría fracasará, llevándose consigo el dinero y las esperanzas de inversores y gobiernos. En su lugar, Europa debería centrarse en fomentar empresas tecnológicas rentables, que hagan algo que siga siendo cada vez más útil durante décadas. Es menos glamuroso, pero generalmente mucho más rentable».

'Eliminar' al humano del bucle

Para De Gale un concepto clave es el de «conexión directa», que implica que el ordenador, a través de sensores, semiconductores e internet, ha empezado a interactuar con el mundo real sin la intermediación del ser humano. «Ya no somos dispositivos de entrada y salida del ordenador digital. Al eliminar al humano del bucle, los procesos se ejecutan millones de veces más rápido».

El impacto a nivel empresarial «es especialmente llamativo» y está llevando a que «las empresas ganadoras se parezcan cada vez más y actúen como empresas tecnológicas: tecnología financiera, biotech en el sector salud, automatización industrial... El resultado es que la tecnología ha 'robado' el crecimiento a todos los demás sectores, ya que las empresas que triunfan en cada industria son las que han gastado más y mejor en tech (...). En los últimos 17 años el sector tech parece haber obtenido casi todo el aumento de los ingresos de explotación de la economía estadounidense, y eso se ha reflejado en su rendimiento superior respecto al mercado. Y así seguirá al menos otra década, ya que la tecnología sigue comiéndose vivos a los demás sectores».

La exposición del fondo a España es, según detalla, «modesta», y está centrada en el proveedor de soluciones tecnológicas para viajes Amadeus. «No solemos tener empresas con una capitalización inferior a 10.000 millones de dólares, y no hay muchas empresas tecnológicas de ese tamaño en España», justifica.

Pese a todo, sí hay un aspecto de Alphabet que interesa a De Gale, y que hace que la compañía tenga una pequeña posición en una compañía que, por lo demás, «es extremadamente rentable (a diferencia de Tesla)»: su papel como proveedor de nube pública, «un negocio que para nosotros es facilitador», y su inversión en Inteligencia Artificial. A este último respecto, anticipa un gran impacto a varios niveles. «Tras un período de transición, que probablemente será doloroso para muchos, debería aumentar el empleo, ya que cada trabajador se vuelve más productivo y está más motivado, con lo que aumenta la rentabilidad del empleo», considera.

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