Perfil
Pepe Álvarez, el asturiano que llevó el secesionismo a UGT, alcanzará los 12 años al frente del sindicato
El secretario general se presenta a la reelección en el Congreso Confederal que se celebra esta semana en Barcelona
Pepe Álvarez será reelegido por tercera vez como secretario general de UGT en el 44º Congreso Confederal que se celebra entre el lunes y el miércoles en Barcelona. A sus 68 años, el asturiano se ve con «fuerzas y ganas» para seguir al frente cuatro años más, en un momento clave en materia sindical, con la reducción de jornada y el blindaje del despido como principales prioridades.
No es casualidad la elección de la capital condal para la celebración de este congreso. Nacido en la localidad asturiana de Belmonte en 1956, Álvarez se trasladó a Barcelona en 1975, con apenas 19 años para trabajar en la Maquinista Terrestre y Marítima —actual Alstom—, donde sería elegido secretario de Acción Sindical en 1978. Por esas mismas fechas, fue nombrado secretario de Organización de la Federación del Metal de UGT en Cataluña hasta 1990, cuando alcanzó la Secretaría General del sindicato en esta comunidad.
Durante su etapa al frente del UGT en Cataluña, Álvarez —entonces conocido como Josep Maria y con un catalán casi impecable— colocó a la UGT catalana en el llamado Pacto Nacional por el Referéndum y firmó acuerdos con Òmnium para impulsar el proceso de autodeterminación en 2014. Aunque en los últimos años ha moderado sus opiniones al respecto, siempre se ha mostrado partidario al «derecho a decidir». También formó parte del Consejo Asesor de Endesa, donde se embolsaba 11.000 euros anuales por acudir a una reunión al mes. «Dejaré de estar allí cuando abandone formalmente la Secretaría General de UGT en Cataluña», dijo en su momento.
Pero su gran oportunidad llegaría en 2016, aprovechando la celebración del 42º Congreso de UGT que determinaría un nuevo secretario general para sustituir al histórico Cándido Méndez, asediado por los escándalos de fraude de los cursos en Andalucía y por el preocupante descenso de la afiliación. Ya como Pepe, Álvarez se alió con la importante federación del metal para hacer frente a la candidatura de Miguel Ángel Cilleros, a la que venció por solo 17 votos.
El asturiano ha sido capaz de revertir la sangría de afiliados, aunque los 985.730 que tenía en 2022 están muy lejos de los casi 1,21 millones que registró en 2010. A nivel interno, eso sí, ha sabido liderar la necesaria reestructuración del sindicato y fue reelegido en 2021 con el 85,83 % de los votos. Además, desde 2019 es vicepresidente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
En 2022 sufrió un intento de motín por parte de Pedro Hojas, uno de sus más cercanos, entonces secretario general de UTG-FICA, federación que agrupa a los trabajadores afiliados de la industria, la construcción y el sector agrario. Hojas cuestionó el liderazgo del asturiano antes de dar el salto a la secretaría general del sindicato, pero Álvarez atajó la crisis, cortando la cabeza del disidente para poner al frente de la sección a su hombre de confianza, Mariano Hoya.
SMI, reducción de jornada...
Conocido por su pragmatismo y exigencia —y por sus camisas estridentes y sus fulares de colores—, Álvarez ha sabido cambiar su imagen, su nombre y hasta su acento para transformar un sindicato al borde del colapso en una voz autorizada en la negociación. Buena parte de esto se debe a la llegada de Yolanda Díaz al Ministerio de Trabajo, con quien ha caminado de la mano en prácticamente todos los grandes acuerdos.
Tanto UGT como CC. OO. se han beneficiado de un trato preferencial con la gallega, que no ha puesto ninguna traba a las exigencias de los sindicatos en los distintos frentes abiertos por el Ministerio desde la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa. La subida del salario mínimo interprofesional, el Estatuto del Becario o el protocolo LGTBI para empresas han sido algunos ejemplos.
Estas últimas semanas han sido especialmente movidas para Álvarez, que ha mantenido una ronda de contactos con diferentes formaciones para garantizar su apoyo a la reducción de jornada y trabaja en el blindaje del despido para 2025, una medida que cuenta con la total connivencia de Díaz.