La nueva subida de las pensiones engordará el agujero de la Seguridad Social hasta los 50.000 millones en 2025
Sin las transferencias corrientes y los préstamos del Estado, los ingresos por cotizaciones no son suficientes para hacer frente al gasto que suponen
La revalorización de las pensiones contributivas del 2,8 % para 2025 amenaza con disparar el déficit de la Seguridad Social. Ni los impuestos travestidos de cotizaciones adicionales –como el MEI o la cuota de solidaridad– ni la ingeniería contable del Gobierno son capaces de tapar un agujero que el próximo año ascenderá a los 50.000 millones de euros.
Tras la entrada en vigor de la Ley 20/2021, las pensiones se actualizan conforme a la subida de precios para garantizar el poder adquisitivo, de acuerdo con las recomendaciones del Pacto de Toledo. Ello supondrá un aumento de la nómina de las pensiones contributivas de 4.700 millones más y de 5.200 millones incluyendo las clases pasivas.
Además, el Gobierno todavía tiene que fijar el incremento de las pensiones mínimas y las no contributivas, que será mayor –el año pasado se fijó en el 6,9 %– para reducir la brecha existente con el umbral de pobreza.
Sin embargo, este cálculo solo incluye la revalorización, sin contar el aumento de pensiones y de cuantías. Para muestra un botón: el importe de la nómina del mes de noviembre fue un 6,94 % superior al mismo mes del año anterior a pesar de que la revalorización fue del 3,8 % tras un incremento del 1,59 % en el total de pensionistas. Es decir, cada vez hay más jubilados con pensiones más altas.
El economista y colaborador de El Debate, José Ramón Riera, calcula que la subida anualizada «se moverá entre el 5 y el 6 %, más cercana a esta última». Eso significa un aumento de gasto para 2025 de entre 8.400 y 10.000 millones de euros más en pensiones.
Con la negociación por los Presupuestos en punto muerto, la duda es cómo se gestionará el gasto. La Seguridad Social se financia a través de las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores, pero para cubrir el déficit del sistema el Gobierno aporta las llamadas transferencias corrientes para equilibrar el sistema y préstamos del Estado para partidas puntuales, como las pagas extraordinarias.
Sin embargo, muchos expertos llevan tiempo advirtiendo que es el supuesto equilibrio de ingresos y gastos que da la Seguridad Social no se corresponde con la realidad. Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie, lleva tiempo ofreciendo datos de lo que llama el «saldo contributivo», esto es, el saldo sin tener en cuenta las transferencias y las cotizaciones.
«Las transferencias que mandan a la Seguridad Social para cumplir con el Pacto de Toledo mejoran el saldo, pero son ficticias ya que la situación del sistema no está clara. Nosotros las descontamos y solo tenemos en cuenta las prestaciones contributivas, que nos da un déficit de 30.000 millones», explica.
A esta cantidad hay que añadir los préstamos del Estado, que el año pasado ascendieron a 10.000 millones para hacer frente a la extraordinaria de noviembre. El Ministerio de Seguridad Social ha confirmado a este diario que el Estado ha efectuado un nuevo ingreso de 10.000 millones de acuerdo con la Ley 31/2022, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 (prorrogado para el año 2024).
El asunto de la deuda de la Seguridad Social, precisamente, es sangrante. Según el organismo que ahora gobierna el principal impulsor de la reforma del sistema de pensiones, José Luis Escrivá, el pasivo en octubre fue de 126.173 millones de euros y ha registrado un crecimiento del 262 % desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa, si bien es cierto que fue durante el Gobierno de Mariano Rajoy cuando comenzó a dispararse este gasto.
Y el dato de deuda tampoco es realista, ya que no cuenta las transferencias corrientes que, en esencia, son a fondo perdido. Devesa explica que estas partidas parten de un fondo común, pero no está especificado. «Se adjudique a las Administraciones o a la Seguridad Social da igual, sigue siendo deuda que va destinada a pagar las pensiones», comenta.
De no aprobarse unos presupuestos para 2025, un incremento de hasta 10.000 millones por la revalorización de las pensiones se tendrá que añadir a los 30.000 millones que recibe el sistema en concepto de transferencias corrientes y los 10.000 de préstamos del Estado, dejando un agujero de 50.000 millones muy difícil de llenar.