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Íñigo Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo.

Íñigo Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo.IEE

La incertidumbre política amenaza a la economía española

El crecimiento del PIB para 2025 será más moderado, del orden del 2,1 %, debido a la pérdida de intensidad de los factores tractores de la actividad

El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado el informe semestral de Coyuntura Económica del Instituto de Estudios Económicos titulado Los riesgos geopolíticos como nuevo elemento de incertidumbre. El informe recoge que las tensiones geopolíticas, las interrupciones comerciales y los posibles recortes de tipos de interés en grandes economías están influyendo en el comportamiento del mercado.

La economía española ha continuado sorprendiendo al alza durante 2024, y se puede afirmar que el crecimiento se situará en torno al 3 % este año, a pesar del impacto de la DANA que restará unas décimas al avance trimestral del PIB del cuarto trimestre. Para 2025 se anticipa un crecimiento del PIB más moderado, en el orden del 2,1 %, debido a la pérdida de intensidad de los factores tractores de la actividad y del empleo de 2024, a lo que se suma el impacto en las políticas de la nueva legislatura de Donald Trump en nuestros socios europeos y en algunos sectores exportadores de la economía española hacia el mercado americano. La incertidumbre seguirá siendo un factor que reste empuje a la inversión.

Esto viene a confirmar la resiliencia de la economía en un contexto económico tan complicado, viéndose favorecido este crecimiento por las exportaciones de servicios, el consumo privado y el consumo público. Sin embargo, frente a esta favorable evolución de las exportaciones de servicios, y del consumo, la inversión continúa registrando un avance muy limitado, lo que no le ha permitido recuperar sus niveles previos, sobre todo en lo que respecta a inversión en bienes de equipo y otros. Aunque la inversión pública, gracias a la implementación de los fondos NGEU, está siendo algo más dinámica, no puede compensar la caída de la inversión privada.

Entre los factores que pueden estar condicionando las decisiones de inversión de las empresas se encuentran la escasa rentabilidad de la inversión, la elevada incertidumbre nacional e internacional, la inseguridad jurídica y regulatoria, y las elevadas y cambiantes cargas fiscales. De cara al futuro, y de continuar esta tendencia, podría suponer una pérdida de competitividad y de potencial de crecimiento para la economía española, ya que, como se analizará más adelante, la economía está y estará condicionada por importantes riesgos en el corto plazo y por profundos cambios estructurales en el futuro que requieren un impulso decidido de la inversión.

El mercado laboral continúa mostrando una evolución favorable en 2024, con una creación de empleo todavía notable, aunque con tendencia a la desaceleración, según la EPA. La evolución más reciente del empleo apunta a un renovado impulso del mercado laboral en el último trimestre del año, según la afiliación a la Seguridad Social, que aceleró su ritmo de crecimiento interanual en octubre, aunque lo moderó levemente en noviembre. Según estimaciones del Instituto de Estudios Económicos, los afiliados a la Seguridad Social desestacionalizados efectivos (excluyendo trabajadores en ERTE) mostrarán un crecimiento alrededor del 0,5 % en el cuarto trimestre de este año, dos décimas más que en el tercer trimestre, aunque por debajo de los registros del primer semestre.

De este modo, el mayor dinamismo de la actividad económica en comparación con la creación de empleo está derivando en que la productividad por ocupado se esté recuperando. Al mismo tiempo, los costes laborales continúan creciendo a buen ritmo en 2024, aunque de forma algo menos intensa que en 2023. Además, el coste laboral unitario en los tres primeros trimestres de 2024 se sitúa un 22,2 % por encima de los niveles de 2019. Todo ello denota los elevados costes laborales que está soportando el tejido empresarial en los últimos años, lo que, junto con unos menores niveles de productividad, perjudica la competitividad de las empresas españolas frente a nuestros competidores.

Inflación

La inflación se espera que registre un avance del 2,8 % para el promedio del año, frente al 3,5 % de 2023. Durante todo el ejercicio la inflación subyacente ha mostrado una tendencia a la baja muy gradual, continuando la senda iniciada en 2023. En 2024 continuó la senda de moderación de la inflación iniciada a mediados de 2022. En tasa media, la inflación de 2024 se situará en el 2,8 % y, si no hay shocks externos en los precios energéticos, podría situarse en el 2,1 % en 2025.

Se espera que la inflación continúe su senda de moderación a lo largo de 2025. No obstante, siguen existiendo elementos de riesgo sobre la inflación, tanto por parte de los precios energéticos como por los efectos de segunda ronda debidos a incrementos salariales y su traslación a precios finales.

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