No es oro todo lo que reluce: los datos que no aparecen en el ranking de 'The Economist'
Las familias españolas realmente no han visto mejorar sus rentas reales ni su poder adquisitivo
El 11 de diciembre el famoso seminario The Economist publicó un artículo donde señalaba que la economía española fue la mejor entre los países ricos del 2024. Sin embargo, esta noticia que a priori insufló enorme orgullo en el Gobierno liderado por el presidente Sánchez olvida el fondo y sostenibilidad de este crecimiento. Además, cabe recordar que, tan sólo dos meses atrás, el propio The Economist criticó a Sánchez por su famosa frase: «Avanzaremos con o sin poder legislativo», una afirmación que, según esta gaceta británica, sonaba más bien a una pura declaración de dictadura por parte del líder del ejecutivo español.
El tiempo todo lo cura y parece ser que Sánchez no guarda rencor al The Economist, pues se sintió exultante en la sesión parlamentaria de control al Gobierno el mismo miércoles de diciembre citándolo. De esta forma, el presidente usaba los datos de la publicación inglesa para constatar el dulce momento que vive España gracias a la actual Administración. No obstante, los datos esconden luces y sombras de este triunfalismo, puesto que, tal y como señaló Cuca Gamarra, secretaria general del PP, la Fundación Save the Children señala a España como el país europeo con la segunda pobreza infantil más elevada sólo después de Rumanía.
Es más que sabido que en la actualidad la concepción del dato mata al relato no siempre se aplica y en varias ocasiones se desvía la atención. Por ello, en un intento de destapar la verdad, este artículo busca analizar la fragilidad del crecimiento económico español.
El paro, la asignatura pendiente de España, una cifra que a día de hoy se sitúa en 11,2 %, es decir, en más de 2,8 millones de españoles, es el más alto de toda la OCDE, el club de los países más ricos del mundo. Actualmente, el paro español se sitúa en 6,3 puntos por encima de la media de la OCDE que es del 4,9 %. Unos datos no muy reconfortantes para el único país europeo que tiene un paro con doble dígito y por encima que el de Colombia, que presenta un 10,1 %.
El PIB español se estima que crezca del 2023 al 2024 en 3,1 %, por tanto, al estar incrementándose el empleo, la teoría económica indica que los recursos disponibles de la población mejorarían, puesto que aumentarían sus ingresos reales. Sin embargo, el PIB puede crecer por aumentos en la productividad o simplemente por el aumento de la población. En el caso español, quien posee una productividad inversa al crecimiento del PIB, se basa en el aumento de los flujos de inmigrantes.
Durante el año 2022 y el año 2023 respectivamente, España ganó más de medio millón de inmigrantes, logrando que a día de hoy el país supere los 48 millones de habitantes. Además, esta inmigración es principalmente iberoamericana, lo cual ayuda a una integración más rápida y fácil. No obstante, la mayor parte de los inmigrantes están sobrecualificados para los puestos que ocupan, al igual que tienen unas condiciones laborales menos favorables.
A pesar de estas circunstancias, en el año 2023, los inmigrantes supusieron más del 70 % del empleo generado en España frente al 30 % de los españoles. De este modo, las familias españolas realmente no han visto mejorar sus rentas reales ni su poder adquisitivo. Según el anterior artículo, España pierde poder adquisitivo y abandona la convergencia europea. ¿España posee un mayor PIB que en el 2019? Sí, más de 1,5 billones de euros frente a los 1,3 del 2019, pero a costa de ser más habitantes y generar menos riqueza, la tarta hay que repartirla entre más personas.
Al añadir la inmigración a la contratación de medio millón de empleados públicos desde el 2018 hasta la actualidad, se puede observar que el consumo público es otra de las derivadas que explica el crecimiento del PIB. Los salarios públicos ayudan a incrementar el consumo de la economía. De este modo, son las AA.PP. quienes justifican el crecimiento del PIB. En este año, el Estado y todas sus administraciones representan más del 56 % del crecimiento. La única buena noticia es que la demanda exterior es la otra palanca en la que se basa el crecimiento de la economía.
En los últimos 10 años, las exportaciones de servicios no turísticos se han duplicado llegando al 7 % del PIB, es decir, más de 97 mil millones superando así a las exportaciones de servicios turísticos. Según el informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), España ha logrado posicionarse como un actor clave en la venta de servicios de asesoría financiera, consultoría e informática entre, principalmente en el mercado europeo. De este modo, las exportaciones de bienes y servicios han logrado que España presente un superávit por cuenta corriente de más del 2,5 % del PIB en el 2023. Gracias a ello, España logra exportar el 39 % de su PIB por encima de Francia e Italia, cercanas al 33 % y acercándose a Alemania, cuyas exportaciones son el 43 % del PIB.
El aumento de la competitividad de las empresas exportadoras españolas han logrado un milagro, reducir nuestra deuda externa neta (posición inversora internacional) de casi el 100 % del PIB en 2010 al 54 % actualmente. Todo un éxito sabiendo que la deuda del Estado no ha dejado de crecer en términos absolutos desde los 1,2 billones de euros hasta los más 1,6 billones.
España crece sí, pero dopada por un sector público que empobrece y endeuda a las futuras generaciones. Está claro, tarde o temprano alguien tendrá que pagar, ya sean los pensionistas, los funcionarios públicos, la sanidad, la educación o todos ellos a la vez. La España exportadora no siempre podrá compensar el endeudamiento público y cuando eso pase, ¿volverá The Economist ha decir que somos la mejor economía del 2024? Sólo el tiempo lo dirá.
- Gonzalo Gómez de la Calle es consultor de NTTData y profesor de Economía y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE