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José Manuel Cansino

Elon Musk: nunca una persona con tanto poder económico llegó tan alto en política

El interés que despierta una persona como Musk tan cerca del poder va mucho más allá de su patrimonio personal

Elon Musk se ha convertido en la primera persona en superar un patrimonio neto de 400.000 millones de dólares; exactamente, 447.000 millones.

El inminente responsable del nuevo Ministerio de Eficiencia de la Administración del gabinete de Donald Trump saca notable ventaja en riqueza a los dos siguientes en la lista; el presidente de Amazon, Jeff Bezos (249.000 millones) y el de Meta, Mark Zuckerberg (223.000 millones). Nunca antes una persona con tanto poder económico tuvo una responsabilidad tan directa en el gobierno de la primera potencia económica y militar del mundo. Efectivamente, Estados Unidos sigue siendo la gran potencia mundial a pesar de que llevamos más de una década pronosticando el sorpaso por la economía china.

Económicamente, sin embargo, muy poco ha sido, de momento, el impacto de la victoria de Trump. Me refiero al impacto en los principales índices de referencia. Probablemente, la única excepción sea la caída en el precio del bono norteamericano a 10 años, considerado el principal activo del mundo libre de riesgo, que la semana pasada hacía subir su rentabilidad al 4,6 % coincidiendo con una nueva bajada de su precio. El resto de los índices económicos de referencia no parecen concernidos.

Prueba de lo anterior es el muy moderado valor del indicador VIX, que mide la volatilidad implícita del principal índice de la bolsa de Nueva York, el S&P 500. El VIX es considerado un termómetro del nerviosismo en los mercados financieros y su valor está en el entorno de los 14 puntos, esto es, considerablemente por debajo, vista su tendencia, de los más de 22 puntos que marcó fugazmente el pasado 4 de septiembre. La lectura que permite hacer este «índice del miedo», cuyo valor crítico es 30, es que anuncios que suenan a siglos anteriores como la compra de un país (Groenlandia) o la recuperación del Canal de Panamá por la vía militar, dejan bastante fríos a los inversores financieros.

¿Qué puede hacer una mente esencialmente disruptiva en un entorno refractario a todo cambio como es la Administración pública?

En la misma línea del VIX se puede alinear el comportamiento del precio del petróleo. Si tomamos como referencia del precio del barril de Brent, se sitúa alrededor de los 76 dólares. Sin duda, un comportamiento que no apunta a ninguna escalada bélica a nivel mundial que tradicionalmente empuja al alza a este precio.

El interés que despierta una persona como Musk tan cerca del poder va mucho más allá de su patrimonio personal. En mi opinión, el perfil más interesante es qué puede hacer una mente esencialmente disruptiva en un entorno refractario a todo cambio como es la Administración pública. En definitiva, ¿qué puede trasladar al funcionamiento de la Administración pública una persona cuya fortuna y saber hacer proceden del sector de la nueva energía (a través de su empresa Tesla), del sector aeroespacial (SpaceX), de las telecomunicaciones (Starlink), de las grandes infraestructuras (Boring), la neurociencia (Neuralink), la Inteligencia artificial (xAI) y de las redes sociales (X)?

Naturalmente, todo puede acabar en un suspiro, pues no en vano la política está llena de fichajes estrella que han pasado fugazmente por ella tras el primer desencuentro con el presidente de turno. Musk no está libre del riesgo de sumarse a la lista.

Lo que sí es cierto es que se ha producido una quiebra en la extendida tendencia de implantar un verificacionismo de la información que basculaba marcadamente, hasta ahora, del lado de la ideología woke. Musk ha sido actor principal en esa quiebra. En ese mundo de verificadores, parte de la estrategia era primero señalar algo como «bulo», luego validarlo con el respaldo del verificador y, finalmente, anatemizar al adversario con los descalificativos al uso de «ultra», «integrista» o «negacionista».

No es que la cancelación de los excesos verificadores —que ya no son lo que han sido en la red X, sino también en la influyente Meta— garanticen la veracidad de la información, solo que ahora es más probable que se diversifiquen los sesgos de los guardianes del rigor en favor de un menú más rico donde buscar la mayor credibilidad.

El FMI advierte de que la narrativa del tamaño del sector público moderno se sostiene en las opiniones de unos ciudadanos que responden a la vez afirmativamente a tener mayores servicios públicos y menor presión fiscal. Esa narrativa se construye sobre evidencias muy matizables que sobredimensionan las bondades del asistencialismo, los fallos de funcionamiento de los mercados y las evasiones fiscales de los más acaudalados.

Los casi 336 millones de habitantes de los Estados Unidos no han escapado a esa narrativa. Su déficit público está en el 6,2 % del PIB y la deuda acumulada rebasa el 122 % de la misma cifra. Si las tecnologías disruptivas podrán o no cambiar esto, ya veremos.

  • José Manuel Cansino es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, profesor de San Telmo Business School y académico de la Universidad Autónoma de Chile / @jmcansino.