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La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.EFE

Yolanda Díaz infló la subida del SMI a sabiendas de que pagaría IRPF

El informe de los expertos que ella misma convocó ya advertía que la subida del 4,4 % contaba con el umbral de tributación actual

El esperpento vivido este martes en el Consejo de Ministros, con reproches mutuos por la negativa de Hacienda a elevar el umbral mínimo de cotización para eximir de tributación a los trabajadores que cobren del salario mínimo interprofesional (SMI), ha provocado una profunda grieta en el Gobierno de coalición, en pleno bloqueo de la negociación de los Presupuestos. Pero lo cierto es que los expertos del Ministerio de Trabajo que propusieron la revalorización del 4,4 % ya advertían de que estaba incluida la tributación.

Yolanda Díaz no pudo esconder su disgusto ante la noticia, filtrada en pleno Consejo de Ministros, de que Hacienda no iba a eximir a los beneficiarios del SMI de pagar tributos por primera vez. «Me he sentado esta mañana al lado de María Jesús Montero en una comisión interministerial, pero me he enterado por la prensa», señaló mientras Pilar Alegría, a su lado, negaba con una sonrisa sardónica. Un día antes, la cúpula de Trabajo y los sindicatos bromearon durante la firma del acuerdo, dando por hecho que Hacienda pasaría por el aro dados los intereses electorales de Montero en Andalucía, comunidad con mayor número de perceptores del SMI.

Pero la negativa de Hacienda ha supuesto una sorpresa y ha conseguido algo inaudito, como es poner de acuerdo a Sumar, Partido Popular, sindicatos y patronal por igual en que el sueldo mínimo debe estar exento de pagar impuestos. Aunque el beneficio fiscal no va a ser tan alto como el estimado inicialmente –los expertos de TaxDown calculan que afectará a 540.000 trabajadores, principalmente solteros sin hijos–, fuentes socialistas aseguran que el Gobierno no piensa rectificar al respecto. El rédito de la decisión solo lo conoce Montero.

Otra cuestión es el motivo de Díaz para coger el berrinche, ya que sabía perfectamente que la revalorización del SMI incluía el pago de IRPF, como ya adelantó El Debate hace unas semanas. La ministra creó en enero de 2021 un comité de expertos encargado de sugerir un porcentaje de revalorización bajo dos premisas fundamentales: que mantenga el SMI al 60 % del sueldo medio neto, tal y como recomienda la manida Carta Social Europea, y que sea superior a la inflación. Y, a diferencia de otros años, la vicepresidenta prometió que «respetaría escrupulosamente» la propuesta de este comité.

Este grupo elaboró dos escenarios en función de las tasas de crecimiento de diferentes periodos para proponer un incremento del SMI bruto de entre el 3,44 % y el 4,41 %. No obstante, en el documento del comité se advierte que este sería el aumento necesario «en el caso de no actualizarse el umbral de tributación en el IRPF, manteniéndose, por tanto, el nivel actual de 15.876 euros». «Si se aumenta dicho nivel sería necesario recalcular la retención correspondiente al nuevo mínimo que, al ser mayor, se traduciría también en un menor crecimiento del SMI bruto, para un mismo SMI neto», añaden.

Es decir, en caso de aumentar el mínimo exento, el porcentaje de incremento del SMI bruto tendría que ser menor, ya que no tributaría tanto como en los escenarios propuestos por el comité. Esto es de vital importancia ya que, si bien los trabajadores no notarían la diferencia ya que ganarían lo mismo, a las empresas les resultaría un pequeño alivio. Según datos de la patronal, un incremento de 50 euros al mes, como finalmente se ha aprobado, supone un coste salarial para las empresas de entre 78 y 81 euros.

Aunque no todos los tributarán por igual –depende, por regla general, de la situación familiar y la comunidad en la que resida– una persona que cobre el nuevo SMI tendrá que pagar impuestos sobre la diferencia respecto al umbral mínimo, 700 euros en total. De estos, el trabajador pagará 300,83 euros de IRPF y 45,36 euros de coste laboral. Es decir, cobrará al año 16.230 euros, unos 1.159,3 euros al mes. De acuerdo a los expertos de Trabajo, ese sería el 60 % del sueldo medio neto real, que se situaría en los 1.932 euros mensuales en 2025. Viéndolo desde otra perspectiva, si el comité de expertos hubiera calculado el incremento del SMI contando con la consiguiente subida del umbral mínimo, la revalorización propuesta se habría limitado al 2,2 %, seis décimas por debajo de la inflación e incluso de la propuesta de la patronal.

Que el incremento se cerrara finalmente en el 4,4 %, dos puntos porcentuales por encima, da a entender que el Ministerio lleva inflando muy por encima de ese 60 % del salario medio neto al que se aferra para justificarlo, tal y como denuncia la patronal desde hace tiempo. Por comunidades, de hecho, el SMI es muy superior al salario medio en la mayor parte de regiones de España. Esto ha provocado una paradójica situación: entre 2016 y 2022 –últimos datos de la EPA–, el porcentaje de personas que ganaban entre 0 y 2 salarios mínimos ha pasado del 45,7 % al 65,3 %. Como un cohete.