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Gustavo Pina

La mayoría de los trabajadores no quiere ya ni oír hablar de ir a la oficina

La flexibilidad laboral en las empresas es un elemento clave de su competitividad y una poderosa palanca para atraer y retener el mejor talento

Aunque han transcurrido sólo cinco años desde la pandemia, los cambios que esta provocó en nuestros hábitos laborales parecen permanentes, y la mayoría de los profesionales ya no quiere oír hablar de volver a esquemas pretéritos de plena presencialidad. En este contexto, la flexibilidad laboral en las empresas es un elemento clave de su competitividad y una poderosa palanca para atraer y retener el mejor talento, en un contexto en que nueve de cada diez compañías afirma tener problemas para captar y conservar perfiles cualificados.

Y es que, cada vez más, los profesionales valoran la flexibilidad en su entorno laboral, ya que el teletrabajo les brinda la oportunidad de organizarse de manera más efectiva, disfrutando así de una mayor autonomía y una mejor conciliación entre la vida laboral y personal. En concreto, en un escenario donde el trabajo a distancia está completamente arraigado entre los trabajadores, regresar a un modelo exclusivamente presencial resulta impensable para el 38 % de ellos, según los datos de nuestra Guía del Mercado Laboral de 2025.

Al 38 % de los empleados les resulta impensable volver a un modelo exclusivamente presencial

De hecho, ante la imposición de volver a una presencialidad completa, un buen número de empleados optaría por buscar un nuevo empleo que les permitiera continuar con un esquema más adaptable, aunque más de la mitad reconocen que considerarían el back to office ante la perspectiva de un salario más elevado. El panorama inflacionario, marcado por los reiterados aumentos del coste de la vida en los últimos años, tiene mucho que ver con esta tendencia.

El modelo híbrido, que combina días de trabajo en la oficina con jornadas de teletrabajo, sigue siendo el más favorecido tanto por empleados como por empleadores. Dentro del modelo híbrido, existen dos enfoques distintos. Por un lado, el trabajo híbrido con un esquema fijo, donde los días de trabajo remoto y presencial están establecidos de antemano. Esta es la opción preferida por cuatro de cada diez empresas. Por otro lado, el modelo híbrido con total flexibilidad, que permite a los empleados decidir cuándo y desde dónde trabajar, ha ganado popularidad y es el elegido por más de la mitad de los profesionales, un 56%.

El modelo híbrido con total flexibilidad, que permite a los empleados decidir cuándo y desde dónde trabajar, ha ganado popularidad

Cabe entonces preguntarse qué pasa con esas compañías que han comenzado a exigir el regreso de sus empleados a la oficina, volviendo al modelo de trabajo totalmente presencial. Un ejemplo de esto es Amazon, que ha implementado una política estricta que requiere presencia en la oficina cinco días a la semana, salvo en circunstancias excepcionales. Esta es una tendencia que sólo van a poder permitirse aquellas corporaciones con el appeal y los rangos salariales suficientes para desafiar con éxito la tendencia y el deseo de los profesionales. La plena presencialidad será el precio a pagar para poder formar parte del equipo de una compañía top.

Por eso mismo, prevemos que las compañías que puedan implementar con éxito el regreso de su personal a la oficina, sin que ello las penalice en términos de competitividad y rendimiento, serán la excepción. La tendencia mayoritaria la seguirán marcando organizaciones como Spotify, que ha adoptado un enfoque opuesto, manteniendo el trabajo remoto como un pilar fundamental de su cultura empresarial y permitiendo a los empleados trabajar desde cualquier lugar.

Desde luego, en lo que respecta a la situación en España, se prevén pocos cambios. Sólo el 8 % de las empresas considera adoptar un modelo que implique más presencialidad, mientras que el 86 % afirma que mantendrá su esquema actual, según los datos de nuestra Guía del Mercado Laboral.

Tres de cada cuatro empresas no perciben la reducción de jornada como un problema, ni creen que esta medida puede revertir en un descenso en su productividad

Estaremos atentos, por otro lado, al impacto que la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales también puede tener y que ha suscitado debate. Aun así, tres de cada cuatro empresas no lo perciben como un problema ni creen que esta medida puede revertir en un descenso en su productividad. Por supuesto, nueve de cada diez profesionales comparten esta visión. Los casos de éxito de países europeos que han implementado jornadas laborales más cortas, como Dinamarca, Países Bajos o Alemania, demuestran que es posible mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad simultáneamente.

En definitiva, trabajemos más o menos horas semanales, queremos hacerlo en condiciones de mayor flexibilidad para conciliar mejor y sentirnos más dueños de nuestro tiempo.

Gustavo Pina es director de Contracting y Technology Services en Hays España