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Fernando Rayón
Fernando Rayón

Oughourlian pide 300 millones para irse de Prisa

La participación del francolibanés en la editora tiene un valor de mercado de 102,79 millones, lo que le supone una minusvalía de 171,71 millones o, lo que es lo mismo, una pérdida de más del 62,5 % del valor desde que se convirtió en su primer accionista

Joseph Oughourlian

Joseph OughourlianEuropa Press

El 12 de febrero se reunieron en París el ministro de para la Transformación Digital y de la Función Pública Óscar López y el presidente de Telefónica Marc Murtra —vaya papelón el del nuevo presidente de Telefónica—, con el director ejecutivo del grupo francés Vivendi, Arnaud de Puyfontaine, en la cumbre europea sobre Inteligencia Artificial en París. La reunión, publicada por la revista francesa Le Point tenía como objeto, según el semanario, que el número dos de Vivendi dejara de apoyar a Joseph Oughourlian (29,7 % del capital) en el consejo de Prisa (Vivendi tiene un 12 %) y se pasara al grupo minoritario, al que Moncloa quiere encargar su nuevo canal de televisión terrestre.

Tanto el gabinete de comunicación del ministerio de Óscar López como él mismo negaron la reunión hasta que este fin de semana en la Sexta no tuvo más remedio que reconocer «un brevísimo encuentro de dos minutos» y que lo demás eran todo «bulos». Bulos en España y ahora también en Francia. Pero la historia es otra.

Óscar López está empeñado en echar a Joseph Oughourlian desde que este calificó de disparate la idea de presentarse a un concurso para poner en marcha un nuevo canal de televisión en el siglo XXI: TelePedro. Y sobre todo desde que echó de la empresa a Carlos Núñez, presidente ejecutivo de Prisa Media, y a José Miguel Contreras, director de Contenidos del grupo, y hombres de Moncloa en la operación.

Desde entonces está maniobrando con el resto de accionistas de cara a la Junta general que tendrá lugar en junio. Pero sumar el 51 % no le debe estar resultando tan fácil si ha tenido que acudir a Vivendi, porque esa película no se la han contado. Y no se la han contado porque fue precisamente Oughourlian el que metió a Vivendi en Prisa con la promesa de que el grupo francés pudiera crecer hasta un 29,9 % del capital. Pero Pedro Sánchez cambió de opinión —últimamente le ocurre mucho— y el inversor franco armenio libanés y Vivendi se quedaron en el 42 % del capital.

Naturalmente le faltó tiempo a Puyfontaine para contarle a Oughourlian la conversación con el ministro. Tampoco debe saber López que Ámber Capital, el fondo capital riesgo de Oughourlian fue salvado por Vivendi de la ruina tras su pésima inversión en Prisa.

Por eso Oughourlian está dando la batalla, ayer con artículo a página en su periódico: «Sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento». Franco y Pedro Sánchez en el mismo párrafo: tela marinera.

Pero Oughourlian conoce al Gobierno y a su «empresa estatal como instrumento». ¿Qué alternativa le queda? Pues que le den 300 millones que se ha ventilado en la operación Prisa y salir a la carrera. Hoy su participación en la editora tiene un valor de mercado de 102,79 millones, lo que le supone una minusvalía de 171,71 millones o, lo que es lo mismo, una pérdida de más del 62,5 % del valor desde que se convirtió en su primer accionista. Por eso quiere recuperar su dinero y, de paso, dar vía libre a los 11 de los 15 consejeros que le apoyan. Y que Prisa ponga en marcha la TelePedro o lo que le brote. Mientras tanto, Óscar López repetirá seis veces más que «nunca, nunca, nunca, nunca, nunca hemos intervenido en una empresa privada». Y Murtra aplaudirá emocionado.