Ajuste de cuentas en OHLA con estampida de José Elías mientras Illa paga los platos rotos de los Grifols
Mientras el mundo se da la vuelta, las empresas españolas siguen a lo suyo, a sus negocios y a sus guerras internas. Y es momento oportuno de ajustar cuentas ahora que el foco está en Trump, Sánchez, y la guerra comercial

José Elías, dueño de Audax y La Sirena
Parece que el mundo que hemos conocido se tambalea. La guerra comercial de Donald Trump supone un coste para Europa de más de 80.000 millones de los que a España le tocan de momento 4.000. Wall Street se hunde en dos días casi un 11 %, la mayor caída desde el Covid; los inversores pierden 6 billones de euros; y el fantasma de la recesión en Estados Unidos ya es un hecho. Y todo esto en una semana.
Pedro Sánchez, el más débil de los primeros ministros europeos, ha anunciado doce medidas, como los doce apóstoles: «Un plan que –en palabras del presidente del Gobierno– movilizará 14.100 millones». Pero 13.000 de los 14.100 millones ya estaban comprometidos anteriormente. Es decir, que el sedicente Plan de respuesta y relanzamiento comercial de Sánchez pretende ser una puesta en escena más del permanente relanzamiento del Gobierno cada vez que se topa con una dificultad en esta legislatura disparatada. La humorada se completa con los lemas que van a acompañar este lanzamiento: «Compra lo tuyo, defiende lo nuestro» o «Nuestros valores no están en venta, nuestros productos y servicios sí». Todo un hallazgo semántico que permitirá varias campañas de publicidad en medios afines ajenos a la fachosfera.
Y mientras el mundo se da la vuelta, las empresas españolas siguen a lo suyo, a sus negocios y a sus guerras internas. Y es momento oportuno de ajustar cuentas ahora que el foco está en Trump, Sánchez, y la guerra comercial. Y aunque los líos son muchos, como corresponde a los momentos de crisis, hay dos en los que merece la pena detenerse: OHLA y Grifols.
La semana pasada el vicepresidente primero de OHLA, José Elías y otros tres vocales afines abandonaron el consejo de administración de la constructora. El presidente, Luis Amodio no quiso hacer comentarios a esta dimisión en bloque, y se conformó con anunciar que ha encargado a una empresa la contratación de tres nuevos vocales de prestigio para mejorar el gobierno corporativo. Hay que recordar que tanto Elías como el resto de inversores que entraron en OHLA en diciembre pedían cambios profundos en la gobernanza de la empresa para poder acudir a una ampliación de capital de 50 millones que el grupo empresarial hará efectiva en junio.¿Y qué ha pasado? Pues la cosa viene un poco de atrás. Es verdad que el pasado 27 de marzo el consejo de OHLA estalló con la comentada salida de Elías, segundo inversor del grupo (10,1 %); Maricarmen Vicario (representante de José Eulalio Poza con el 3,4 %); Josep María Echarri (Inveready con el 2,3 %); y Antonio Almansa (Coenersol con el 1,01 %).
Diez días antes, entre el 13 y el 17 de marzo, Almansa había vendido 5 millones de acciones de la empresa a 0,51 euros por acción con buenas plusvalías pues las había comprado a 0,25 euros en la ampliación. Esta venta hizo estallar todo. Le acusaron otros miembros del consejo de haberlo hecho en periodo de blackout -antes de presentar las cuentas de 2024- y con la presunta –presunta insisto– información privilegiada al haberse levantado las medidas cautelares del laudo con Kuwait que decretó un tribunal de París el día 21 de marzo.
Luis y Mauricio Amodio, los hermanos propietarios de la mayoría de OHLA, encargaron una investigación interna sobre la venta de Almansa que se completará también con la que decida la CNMV. Así las cosas, el cese del consejero estaba cantado para el día 27. Pero el dueño de Coenersol se adelantó (con los otros tres consejeros) y dimitió antes. Es bueno señalar que, en contra de lo que se ha dicho, estos consejeros tampoco son un grupo monolítico. Elías y Vicario había apoyado –en la Comisión de Nombramientos y Retribuciones– la no ratificación de Almansa como consejero y Echarri –miembro de la Comisión Auditora y de Cumplimiento– también votó contra él.
Conclusión de toda esta movida es que los Amodio han ganado un puesto en el consejo con el aterrizaje de la mexicana Ximena Caraza. Y si nos fijamos en el órgano de gobierno del grupo, a los Amodio y Caraza hay que sumar a los mexicanos Andrés Holzer (dueño del 8,4 %), Tomás Ruiz, actual consejero delegado y a los independientes Francisco García y Reyes Calderón. Siete miembros frente a los 10 anteriores. Con ello los Amodio se hacen fuertes gracias a los independientes e incorporan a una mujer como les pidió hace una semana la asociación de accionistas minoritarios Aemec.
¿Y toda esta movida para qué? Pues para amarrar la Junta General de accionistas que tendrá lugar en junio. Los mexicanos de OHLA ya controlan el 40 % de la nueva ampliación –recuerden 50 millones de euros–. Los Amodio y Holzer pondrán cada uno 20 millones. Y los demás accionistas, aunque también acudirán a la ampliación, dejarán de controlar la empresa como hasta ahora pretendían. Un ajuste de cuentas con Almansa como argumento que permitirá a los hermanos y a los mexicanos el control total. Todo un Falcon Crest en versión ladrillo hispano.
Seguimos viviendo de sueños: unos con el independentista; otros con el de reindustrializar Cataluña y unos y otros con llegar al final de la legislatura
Y vamos con la farmacéutica catalana independentista Grifols. Recordarán el terremoto accionarial que provocó Gotham City Research, el fondo bajista que acusó a Grifols de manipular su contabilidad el año pasado. Pero la vida siguió y la Generalitat catalana está empeñada hoy en recuperar la empresa –la única importante que no abandonó Cataluña durante el procés– para el proyecto político-financiero de Salvador Illa.
Pero el mercado va por otro lado y tres sociedades vinculadas a la familia Grifols: Deria, Ponder Trade y Radellor, y una cuarta sociedad ajena a la familia, Scranton Enterprises, han confirmado que mantienen conversaciones con un grupo inversor. Y el grupo no es otro que Brookfield Capital Partners (UK) Limited.
El run run de los mercados ya apunta a que «Illa quiere pagar a los Grifols sus platos rotos durante del procés. Cuenta con ellos. Hay que salvar al soldado Grifols». La familia, además de controlar un 30 % de la farmacéutica, posee inversiones en sectores como la industria, el inmobiliario o la alimentación. El sueño feliz del president de reindustrializar Cataluña. Y es que seguimos viviendo de sueños: unos con el independentista; otros con el de reindustrializar Cataluña y unos y otros con llegar al final de la legislatura. Sueños. Y mientras tanto, el mundo se tambalea.