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El presidente de Correos, Pedro Saura.

El presidente de Correos, Pedro Saura.Eduardo Parra / Europa Press

El presidente de Correos reúne a 200 directivos y les dice que la situación es de extrema gravedad

El presidente de Correos, Pedro Saura, mantuvo hace unos días un encuentro con 200 directivos de la compañía en la Casa de la Moneda de Madrid, y el panorama que les dibujó no fue como para quedarse tranquilo.

Saura, que lleva algo más de un año en el cargo (desde diciembre de 2023), señaló que hay que reorientar la empresa y queda poco tiempo. Indicó que Correos está en un momento crítico y comentó a los directivos que han de transmitir bien los mensajes a los empleados para que el plan funcione.

Recalcó que Correos es el operador europeo con mayor absentismo, mayor descenso en el negocio postal y menos internacionalizado. Puso como ejemplo que el operador postal de Dinamarca ha dejado de repartir cartas teniendo una media de 18 envíos postales por empleado, y Correos tiene 22. Su cifra se acerca.

Saura comentó también los grandes objetivos de Correos para el año 2025, que pasan por un reforzamiento de lo postal, el impulso de la paquetería, el de los ingresos por medio de la diversificación, la reorganización del trabajo, el contrato con AXA para distribuir sus seguros, la implantación y desarrollo de los servicios de interés económico general (SIEG) y la reducción de costes mediante la optimización (mejora de la eficiencia y reorganización de la empresa).

Saura cifró en 428 millones de euros la cantidad disponible para el plan de salidas de la compañía, acentuó que incrementar la productividad es clave y que es el momento de poner en marcha medidas concretas, no inventos, también en el plan de personas. Afirmó que hará una ronda de visitas para explicar los planes a los empleados.

Revisión a fondo del modelo

Las declaraciones de Saura hacen ver que tiene intención de abordar un impulso organizativo a fondo y modificar derivas que se han demostrado equivocadas. Una vez conseguidos los recursos economicos para desarrollar el nuevo modelo (tras haberse comprometido el Gobierno a dar 3.000 millones a la compañía en cuatro años), no parece conveniente mantener el dejar hacer actual ni que los inventos y ocurrencias (según las propias palabras del presidente de Correos) marquen el devenir de los próximos meses. Esto se interpretó entre los asistentes al encuentro con los directivos como un aviso al director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, y sus cómplices sindicales (CCOO), que llevan presionando a Saura desde septiembre del año pasado para ejecutar los planes que han ido diseñando desde que en 2022 Ramírez dejó Navantia para entrar en Correos como colaborador de Juan Manuel Serrano.

En el plano laboral, el presidente prefiere, al parecer, hacer las cosas más sobre seguro y trabajar incluso personalmente corrigiendo los errores de Ramírez para alcanzar un consenso con todos los sindicatos sin exclusiones.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones en este periódico, según el Sindicato Libre, la mayoría sindical lamenta la relación bilateral que desde hace alrededor de un año han mantenido Ramírez y CCOO en torno al futuro de los empleados de la compañía. «Ramírez se ha arrojado en los brazos de CCOO. Querían cerrar el nuevo convenio el 31 de diciembre. Desde entonces no ha habido conversaciones fluidas», lamenta Miguel Ángel Mora, secretario general del Sindicato Libre.

Mora llegó a pensar que los 500 millones que estaba previsto que se invirtieran este trimestre en la compañía por el acuerdo alcanzado con el Gobierno podrían haberse volatilizado por el requerimiento a España de nuevas inversiones en defensa. Las declaraciones de Saura a los directivos hacen ver que el dinero está, pero lo invertirá según vaya poniendo en marcha sus medidas.

De momento no hay nuevas reuniones previstas con los sindicatos. Las novedades más recientes tienen que ver con la reasignación de los 800 empleados que trabajaban en los centros nodales que se van a cerrar y el plan de excedencias voluntarias incentivadas de los 2.200 funcionarios que quedan en la compañía, al que se espera que se acojan alrededor de 1.000 —aunque en el anterior programa, de 2023, lo solicitaron 500—. También se ha reactivado el concurso de traslados, que llevaba tiempo parado y tiene a muchos empleados interesados. Optarán a las vacantes antes que los reasignados por el cierre de los centros nodales.

Como ya contábamos en este artículo, la idea es que pueden salir de la empresa 7.000 de sus 47.000 empleados, pero no se hará en forma de despidos (ERE), como ocurre en otras empresas postales europeas, sino de salidas voluntarias. Ha sido una de las exigencias de Sindicato Libre, UGT y CSIF que Correos y SEPI han aceptado.

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