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Tren de Talgo.

El futuro de Talgo no acaba de arrancar.Europa Press

Se tuerce el plan de Puente con Talgo: Sidenor no lo ve claro

El culebrón de la venta de Talgo pareció terminarse el pasado 14 de febrero con la oferta de la siderúrgica vasca Sidenor por el 29,7 % del fondo Trilantic en la compañía, pero la operación redonda de Óscar Puente parece estar torciéndose.

El ministro de Transportes, uno de los más críticos cuando se planteó que Talgo fuera comprada por la húngara Magyar Wagon, se las prometía muy felices con la posibilidad de que la histórica ferroviaria siguiera siendo española, y además gracias a una empresa vasca. Pero Sidenor está planteándose seriamente no seguir adelante con la operación, según ha podido saber El Debate de fuentes del sector.

Al parecer, la siderúrgica vasca, según las mismas fuentes, se ha encontrado con un panorama peor de lo que esperaba en Talgo, y además se ha visto afectada por los aranceles de Trump, que apuntan directamente al negocio al que se dedican: el del acero.

Sidenor, además, no conoce el sector al que se dedica Talgo, y no dejaba de ser extraño que una empresa más pequeña como la suya comprara a otra más grande. Aun así, habrá que esperar a ver qué empuje pone el Gobierno Vasco, parte del consorcio que compraría la participación de Trilantic y en principio muy interesado en adquirir la compañía.

Como hemos venido contando en este periódico, el Gobierno vetó en agosto la oferta de los húngaros de Magyar Wagon por el 100 % de la compañía. Más recientemente, el Ejecutivo de Sánchez desanimó a la polaca Pesa y a la india Jupiter Wagons en su posible presentación de oferta por Talgo. En otras ocasiones se ha especulado con una posible fusión de Talgo con CAF en la que esta empresa vasca no tiene ningún interés, o en un posible acuerdo con la suiza Stadler, dueña desde 2015 de la histórica ferroviaria valenciana Macosa, que tampoco ve atractivo en la operación.

Con este escenario de incertidumbre tendrá que lidiar Talgo en los próximos meses, unido al no menos incierto que tiene en su propia situación financiera. La multa de 116 millones de euros que se le ha impuesto por los retrasos en las entregas de sus trenes Avril a Renfe es, sin duda, uno de sus principales escollos.

A ello hay que añadir que la compañía cerró 2024 con un endeudamiento mayor del previsto (deuda financiera/ebitda de 5 veces frente a las 3 veces apuntadas en febrero o las 4-5 de noviembre) y unos márgenes inferiores a lo esperado (10,5 % frente al 11,5 % anunciado).

Entre los valores de Talgo para un potencial comprador, Renta 4 destaca que su tecnología es «única y altamente eficiente, reconocida internacionalmente y está presente en las estructuras de transporte ferroviario de 44 países en cuatro continentes». Entre los catalizadores de su negocio resaltan su elevada cartera de proyectos en Alemania, España, Francia y Arabia Saudí. Entre sus riesgos está que tiene una contratación con dientes de sierra, algo que favorece la probabilidad de incumplimiento de estimaciones; sus pocos contratos en cartera y su elevado grado de concentración de los principales contratos en Alemania, Dinamarca y España, y que la gestión del circulante en el contrato con Alemania puede llevarle a aumentos adicionales de deuda. No es el mejor panorama para una empresa emblemática española, y habrá que ver cómo de bien o de mal sale parada.

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