Otro palo al consumidor: así diluirá el nuevo impuesto al plástico la rebaja del IVA

El 1 de enero entra en vigor el impuesto al plástico de un solo uso. Un nuevo tributo aplicable a los supermercados –que no superen los 400 metros cuadrados– y grandes superficies, que deberán destinar un 20 % de su espacio a la venta de productos sin balaje o a granel.

La intención del Ejecutivo, supuestamente, es impulsar la venta a granel. Pero una vez más, hecha la ley, hecha la trampa. Es lo que ocurrirá con este nuevo gravamen, al meter en el mismo saco a cualquier producto: bien sean patatas, manzanas, cacahuetes o pistachos. El gran perjudicado será el sector de la alimentación y por tanto, el consumo.

Incremento sobre los costes

El Ejecutivo ha anunciado la rebaja del IVA de algunos productos básicos, no sin polémica, ya que ha dejado fuera alimentos como la carne o el pescado.

Sin embargo, la entrada en vigor del impuesto al plástico puede diluir el ahorro que se busca con esta bajada impositiva de una cesta de la compra que contenga leche, pan o huevos.

De acuerdo con la Estrategia de Economía Circular impulsada por el Ejecutivo, este nuevo impuesto de tipo indirecto gravará la comercialización del plástico con 0,45 euros por kilogramo de envase, en el caso de que se trate de plásticos de un solo uso, es decir, no reutilizables.

Aunque no sea esa la intención del Gobierno, si los distribuidores y fabricantes deciden repercutir el valor del gravamen en los precios de estos productos, será el bolsillo del consumidor quien lo acabe pagando.

El sector de la alimentación recuerda que la llegada de cualquier nuevo impuesto tiene siempre una consecuencia que es la del incremento de los costes que, al final, repercute sobre el eslabón final.

Variedad de sectores

En el caso de que distribuidoras, fabricantes y grandes superficies decidan repercutir la entrada del gravamen en los precios de sus productos, será el bolsillo del consumidor el que haga frente a este nuevo aumento, dejando en nada la rebaja del IVA.

Aunque la OCU y otras organizaciones de consumidores han avisado de que estarán vigilantes para que este extremo no se produzca, resulta muy complejo vaticinar qué tipo de control conseguirán imponer las autoridades sobre este asunto en un contexto inflacionista y de alza continuada de los productos.

Está previsto que la medida afecte a multitud de sectores como alimentación, bebidas, perfumería y cosmética, droguería, hostelería, textil, ferretería, bricolaje y bienes tecnológicos de consumo.