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Dos de cada cinco arrendadores tienen conflictos con sus arrendatarios, y viceversa

Vivienda

Estas son las cosas que no te puede prohibir tu casero si vives de alquiler

Al igual que un inquilino debe pagar a tiempo la renta pactada, el casero debe cumplir con sus obligaciones de mantenimiento de la vivienda

En un contrato de arrendamiento de vivienda suelen surgir ciertas discrepancias entre los propietarios y los inquilinos. De hecho, al buscar un alquiler, todo el mundo es consciente de que, al momento de firmar el acuerdo, existen una serie de derechos y obligaciones (contempladas en la Ley de Arrendamientos Urbanos) que deben cumplir ambas partes.

La brecha entre caseros e inquilinos en España cada vez es más grande y, según indica la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, el ratio de ingresos de los arrendadores es hasta 2,58 veces superior. Por todo ello, al igual que un inquilino debe pagar a tiempo la renta pactada, el casero también debe cumplir con sus obligaciones.

En este sentido, dos de cada cinco arrendadores tienen conflictos con sus arrendatarios, y viceversa. Normalmente, el motivo suele ser la falta de información sobre lo que se puede hacer y lo que no, ya que no se fijan adecuadamente todas las restricciones necesarias. Por ello, desde el portal inmobiliario Fotocasa han aconsejado leer con detenimiento tanto esas cláusulas como la LAU.

Cinco cosas que no te pueden prohibir

Respecto a la tenencia de mascotas en un piso alquilado, la LAU no lo prohíbe de manera concreta, por lo que es el casero o arrendatario el que debe decidir si desea o no permitir animales en su vivienda. En caso de optar por vetar esta posibilidad, la cláusula correspondiente debe aparecer en el contrato.

En segundo lugar, el inquilino puede recibir a todas personas que desee, ya que la Constitución refleja el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio. El casero no podrá oponerse salvo que las visitas duren varios meses y el inquilino cobre una parte del alquiler a esa persona.

Con relación a los fumadores, el propietario del inmueble en alquiler sí que puede prohibir fumar dentro de la propiedad mediante una cláusula específica en el contrato de arrendamiento. Al mismo tiempo, esta cláusula debe ser aceptada y firmada por ambas partes.

En penúltimo lugar encontramos una de las cláusulas más comunes incluidas por los propietarios, que se refiere a la realización de obras. La LAU permite realizar pequeñas obras en concepto de mantenimiento y mejora, pero para ello es necesario obtener el consentimiento por escrito del propietario.

Finalmente, los incrementos del alquiler en España solo se podrán actualizar anualmente y de acuerdo con lo establecido en el contrato, generalmente referenciado al Índice de Garantía de Competitividad. Es decir, tu casero no puede subirte el alquiler como él quiera.