TRANSPORTE
Enagás impulsa la descarbonización del transporte marítimo
El uso del gas natural licuado como combustible para barcos evita ya la emisión de casi 34.000 toneladas de CO2 al año en la Península Ibérica
Uno de los pasos necesarios para alcanzar la neutralidad climática es reducir el consumo de combustibles fósiles en el transporte. Este sector es uno de los que más energía final consume y, por tanto, también genera un gran volumen de emisiones de gases de efecto invernadero.
El Pacto Verde Europeo ha fijado unos ambiciosos objetivos que pasan por una reducción del 90 % de sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. Actualmente ya se está avanzando en distintas soluciones para conseguir su paulatina descarbonización, incluyendo la movilidad terrestre, aérea y marítima.
De entre todos los tipos de transporte, el marítimo es el más difícil de descarbonizar y conseguirlo dependerá de distintos factores, entre los que se encuentra la necesidad de financiación pública que permita avanzar en tecnologías innovadoras; el desarrollo de un marco regulatorio; y apostar por la diversificación de usos y energías para acelerar el cambio.
Iniciativas a la altura de un gran reto
Para la descarbonización del transporte marítimo en la Península Ibérica nació en 2016 CORE LNGas hive y su estrategia de despliegue LNGhive2, que ha promovido durante estos años el papel de los puertos como hubs energéticos y el uso del gas natural licuado (GNL) como un combustible más limpio para los barcos.
Esta iniciativa, liderada por Puertos del Estado y coordinada por Enagás, ha permitido adaptar las plantas de regasificación españolas para que puedan facilitar el suministro de gas natural licuado como combustible.
En seis años, CORE LNGas hive y LNGhive2 han movilizado una inversión total de 242 millones de euros, de los cuales 54 millones de euros proceden de fondos europeos. También han ayudado a la creación de más de 2.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos.
Actualmente están en marcha algunos proyectos de la estrategia LNGhive2 como la construcción de dos barcos de bunkering de GNL —barcos que permiten el suministro de GNL como combustible—, uno de ellos en Gijón, que se incorporará a finales de 2022 al Puerto de Barcelona.
Ventajas del GNL
«El uso de GNL en el transporte marítimo permite reducir 34.000 toneladas de CO2 al año en España y Portugal - equivalentes a las emisiones de 61.818 coches al año- y de 1.865 toneladas de óxidos de azufre. Algo a lo que ha contribuido la puesta en marcha del proyecto CORE LNGas hive –ya concluido- y sus posteriores desarrollos», apuntan desde Enagás.
El GNL para la movilidad reduce al mínimo las emisiones contaminantes, elimina el 100 % las emisiones de óxidos de azufre (SOX), reduce un 80-90 % las de óxidos de nitrógeno (NOX) y un 20-30 % las de CO2.
De hecho, según datos recientes de la consultora Clarksons, el 63 % de las solicitudes de construcción de nuevos barcos en 2022 han sido para buques propulsados por combustibles alternativos, siendo el GNL la opción preferida en un 59 %.
Gases renovables para un futuro net zero
La evolución de estas iniciativas es Net Zero hive, que acaba de dar comienzo y que también impulsa Enagás. Plantea incorporar los gases renovables, especialmente hidrógeno y biógas –así como otras fuentes energéticas que puedan surgir– a las infraestructuras portuarias actuales.
Tanto Net Zero hive como sus antecesoras, CORE LNGas hive y su estrategia de despliegue LNGhive2, se encuentran alineadas con la directiva europea 2014/94 relativa a la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos, con el Acuerdo de París y con el resto de los compromisos de descarbonización del transporte a nivel europeo como Green Deal, Fit for 55 y REPowerEU.
Teniendo en cuenta la situación del sector marítimo y los retos que están por llegar, resulta evidente que la investigación y la innovación van a seguir siendo necesarias. Solo así se podrá fomentar el desarrollo de combustibles alternativos sostenibles de baja o nula emisión de carbono, como los gases renovables, que ayuden a conseguir los objetivos de neutralidad climática para 2050.