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El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 establece como meta que todos los ciudadanos tengan agua y saneamiento gestionados de forma segura para el año 2030.

SALUD

Agua de calidad para todos antes del 2030: ¿mito o realidad?

Coincidiendo con el Día Mundial del Agua, Aqualia recuerda la necesidad de acelerar en la hoja de ruta hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, donde todos los ciudadanos tengan agua y saneamientos gestionados de forma segura.

Sin agua no podemos vivir. Así de claro y así de simple. Es uno de los recursos más importantes y vitales para el desarrollo y crecimiento en la vida del ser humano y solo puede convertirse en un recurso renovable y sostenible si está bien gestionado. Hoy, más de 700 millones de personas viven en cuencas fluviales sobreexplotadas y se estima que en 2025 dos tercios de la población mundial podrían vivir en países con escasez de agua. Ante esta situación no es de extrañar que en el año 2015, como parte de la Agenda 2030, el mundo se comprometiera con 17 objetivos globales para erradicar la pobreza y proteger el planeta.

Se estima que en 2025 dos tercios de la población mundial podrían vivir en países con escasez de agua.

Uno de ellos, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, establecía como meta que todos los ciudadanos tuvieran agua y saneamiento gestionados de forma segura para el año 2030. Sin embargo, Naciones Unidas ya ha advertido que, a juzgar por los últimos datos, los gobiernos deben trabajar cuatro veces más rápido que hasta ahora para llegar a cumplir con el ODS 6 a tiempo. Por ello, en el Día Mundial del Agua de este año, la ONU hace un llamamiento global para «Acelerar el cambio», en el que personas, organizaciones, empresas y gobiernos tomen las medidas a su alcance para cambiar la forma en que gestionan el ciclo integral del agua y consumen estos servicios.

Servicios de Aqualia de tratamientos de agua de Salamanca - Foto: González-CebriánGonzalez-Cebrian

Es necesario acelerar el proceso

Aunque es cierto que en los últimos años se han alcanzado importantes logros, el 2030 está a la vuelta de la esquina y a este paso no llegamos a los objetivos marcados. De hecho, Naciones Unidas afirma que todavía hay 2.000 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. Por ello, es preciso tomar medidas para revertir este panorama.

La gestión eficiente del agua gana cada vez más importancia en la agenda internacional. En este escenario, las empresas especializadas en la gestión del ciclo integral del agua juegan un papel clave, al desarrollar iniciativas de innovación para poner los recursos hídricos en la vanguardia de la sostenibilidad y el cuidado de la salud humana.

Transformación digital y eficiencia, el reto en España

Si hablamos de nuestro país la situación es bastante dramática. El 70% de nuestro territorio esta en peligro de desertificación. Cada vez sufrimos más episodios de falta de agua en determinados territorios, incluso en algunos hasta ahora considerados «húmedos», una situación que no se puede atajar únicamente con actuaciones puntuales. «Vivimos en un país donde las tres cuartas partes del territorio están sometidas a estrés hídrico y donde, por lo tanto, debemos disponer de una planificación sostenida», apuntan desde Aqualia, una de las compañías con mayor implantación en nuestro país.

centro de planificación de agua

Se estima que 27 millones de españoles podrían sufrir escasez de agua en 2050

Por lo tanto, nuestro gran reto es el cambio climático y su impacto sobre el ciclo integral del agua. Y para ello resulta imprescindible el desarrollo y mejora de las tecnologías hídricas.

Aqualia, empresa especializada en la gestión del ciclo integral del agua en España, está implantando una red de nueve centros tecnológicos en el país, en los que centraliza la gestión de redes, la cartografía, el lanzamiento de órdenes de trabajo y el control de almacenes, entre otros. La principal herramienta en este proceso tecnológico es Aqualia Live, una plataforma modular e integrada en torno a la que se concentran todos los servicios digitales de la compañía y que tiene como objetivo la interconexión de los millones de datos que la empresa gestiona cada día para la toma de decisiones más eficientes.

Aqualia

Es importante recalcar que en este tipo de procesos la colaboración público-privada en el sector del agua es una herramienta muy valiosa para abordar los proyectos en el marco de ayudas europeas. Es necesario seguir avanzando hacia la transformación digital del sector para mejorar la gobernanza del agua y alcanzar un uso más racional y eficiente del recurso, tal y como pretende la primera convocatoria de ayudas del PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

Lleida, Almería y Baleares casos de éxito

Aqualia ha implementado en la depuradora de Lleida diferentes actuaciones para potenciar la eficiencia del tratamiento de fangos, lo que permitirá aumentar la producción de biogás, tanto para su uso en cogeneración como para su empleo como biocombustible vehicular. Con ello, y la instalación de 705 placas fotovoltaicas, la depuradora ya ha alcanzado el 50% de autosuficiencia energética, convirtiéndose en una de las más sostenibles en nuestro país. Un claro ejemplo de cómo la tecnología impacta positivamente en el medioambiente.

depuradora Lleida

En Almería, Aqualia ha reducido a la mitad el agua que consume, de 30 hectómetros cúbicos anuales en el año 1993 a 16 hectómetros cúbicos en la actualidad, gracias a la sectorización de la red de agua, a la implantación de sistemas de detección de fugas y el desarrollo de campañas de concienciación ciudadana.

Por último, en Baleares, la implantación durante los dos últimos años de nuevas tecnologías para la búsqueda de fugas, junto a la sectorización de la red municipal de agua, han permitido alcanzar en el último año rendimientos muy elevados, por encima del objetivo definido en el Plan Hidrológico de las Islas Baleares para el 2027 y por encima de la media nacional. En Sant Joan, por ejemplo, se ha alcanzado el 91,36%; y en Formentera, se supera el 92%. En Santa Eulària se ha reducido un 20% el agua no registrada respecto al año anterior, lo que supone un ahorro de 300.000 m3. El uso de agua desalada ha permitido también dejar de extraer 1,3 millones de metros cúbicos de los acuíferos.