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María Montserrat Conde, usuaria de la residencia CleceVitam Vía Ronda, durante la lectura de un cuento a los niños del Centro Infantil El Barco de Buba.

SOCIEDAD

Encuentros intergeneracionales para compartir experiencias de vida

Las relaciones sociales influyen positivamente en el envejecimiento activo. CleceVitam quiere contribuir a ellas y por eso la red de residencias organiza en sus diferentes centros durante todo el año una serie de encuentros en los que mayores y jóvenes comparten experiencias.

El envejecimiento progresivo de la población es una realidad y, ante este contexto social, tenemos la responsabilidad de promover una buena vejez para que todas las personas puedan continuar con su estilo de vida. La pirámide de población de España sigue su evolución y, según datos estadísticos del Padrón Continuo (INE), a 1 de enero de 2022, había 9.479.010 personas mayores de 65 años, un 19,97 % sobre el total de los habitantes inscritos en el padrón a esa fecha.

Si hablamos de futuro, según la proyección del INE (2022-2035), en 2035 podría haber más de 12,8 millones de personas mayores, el 26,5 % del total de una población que alcanzaría unos 48.284.478 habitantes. Y si avanzamos un poco más en el tiempo y hacemos un análisis más global, el informe «Perspectivas de la población mundial 2019» de la ONU apunta a que, en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16 %).

Envejecer con calidad

Estos datos reflejan una realidad en la que poner en valor el envejecimiento activo, lo que la OMS define como «el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen», resulta más necesario que nunca. Es más, promover la participación continua en todas las dimensiones sociales de las personas mayores, y no solo en la capacidad de estar físicamente activo, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, es deber de todos. Y Clece, mediante su red de residencias CleceVitam, ya está aportando su granito de arena.

Estos centros organizan entre sus usuarios diferentes encuentros intergeneracionales, con el fin de mantener e impulsar su participación social. «El objetivo principal es que mayores y jóvenes puedan compartir sus experiencias de vida. Es también una actividad de reminiscencia, para que se genere el recuerdo de etapas importantes y, por otro parte, una concienciación de lo que es la persona mayor, de eliminar etiquetas y prejuicios», describe Verónica Pérez, directora de CleceVitam Vía Ronda.

Residentes de CleceVitam Vía Ronda reciben a los alumnos del Centro Infantil El Barco de Buba.

Fuente de sabiduría

Esta residencia, situada en Santa Cruz de Tenerife, colabora periódicamente con diferentes centros educativos para la organización de estos encuentros. El pasado 12 de mayo, por ejemplo, recibió a 32 alumnos de 2 y 3 años del Centro Infantil El Barco de Buba. «La experiencia fue fantástica y muy gratificante. Lo que más nos impactó fue ver la cara de felicidad de los mayores. Ese día muchos nos dijeron que les habíamos regalado vida. Pudimos escuchar sus historias, son fuente de sabiduría. Los vimos reír, también llorar. Fue una experiencia maravillosa y necesaria para ambas generaciones. Para los mayores, un ‘chute’ de adrenalina, vitalidad y, por supuesto, el sentirse acompañados. También queridos y útiles, que a estas edades la soledad hace mella», asegura Isabel Montesino Cruz, directora de este centro infantil.

En el encuentro hubo desde juegos, tanto en el interior como en el exterior de la residencia, hasta un cuento leído por María Montserrat Conde, usuaria de esta residencia. «Los niños te enriquecen muchísimo y tú también les aportas a ellos. Hay que poner en valor a los mayores y el tema de que las guarderías estén cerca de las residencias es importante para este tipo de intercambios. De los niños aprendemos la iniciativa y ellos de nosotros la experiencia», celebra esta antigua profesora.

Adquirir valores

De esta manera, no sólo los mayores ganan con estos encuentros. «Para los más peques, vivir esta experiencia también fue gratificante, ya que aprenden habilidades sociales, a saludar, a despedirse, valores, mejoran el vocabulario... Algunos niños los llamaban abuelos, como si fueran los suyos, y en muy poco tiempo crearon vínculos. Se cogían de la mano, como si se conocieran de toda la vida», celebra la directora del centro infantil. «Los mayores no tienen por qué desconectarse del mundo, nos han dado mucho y son indispensables en nuestras vidas. Hay que fomentar este tipo de valor social, se lo debemos», añade.

En el mes de diciembre de 2022, CleceVitam Vía Ronda también llevó a cabo diferentes actividades intergeneracionales con el Colegio La Salle de La Laguna, basadas en un intercambio de christmas (escritos por las personas mayores y por los estudiantes) y en una visita por parte de 38 alumnos de 1.º de la ESO a la residencia.

Durante la jornada, ambas partes intercambiaron conocimientos y risas creando un vínculo intergeneracional muy especial. Los jóvenes realizaron una visita guiada por el centro de la mano de uno de los residentes y compartieron tiempo con los mayores a través de diferentes actividades, como juegos de mesa o manualidades. «No por ser mayor dejas de aportar ni de ser una persona útil a la sociedad», matiza Verónica Pérez, directora de CleceVitam Vía Ronda.