Clece, comprometida con la reducción de huella de carbono

Los impactos del cambio climático se muestran en todas las regiones del planeta: incremento de las temperaturas, del número de días de ola de calor y de noches tórridas; alargamiento de los veranos, disminución de las precipitaciones y de los caudales medios de los ríos; desaparición de los glaciares...

Ya en España, los escenarios elaborados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) vaticinan una disminución de la precipitación total sobre la península ibérica de un 15 % para el año 2100. Esta previsión está en línea con los cálculos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que prevén un aumento de un 5 % de la duración de los periodos secos y un 15 % menos de días de lluvia.

El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad. Para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento mundial a 1,5 °C que nos llevaría a cumplir con lo establecido en el Acuerdo de París, las emisiones globales de CO2 deberán reducirse de manera sustancial en las próximas décadas. Muy concretamente, a la mitad para 2030.

Minimizar el impacto

Empresas, ciudadanos e instituciones están llamados a reducir su huella de carbono con pequeñas, medianas o grandes estrategias de sostenibilidad. Cada uno, según su capacidad. En el caso de Clece, la empresa de servicios ha desarrollado e impulsado diferentes iniciativas con este objetivo. «En los últimos años, hemos hecho un gran esfuerzo por implementar diferentes medidas de reducción de emisiones, con el objetivo de minimizar el impacto negativo que nuestra actividad pudiese tener en el medio ambiente», explican desde la compañía.

Entre las principales acciones que Clece ha llevado a cabo destacan la renovación de la flota de vehículos de la empresa por unos más sostenibles como híbridos o eléctricos (a diciembre de 2022 contaban ya con un 30 % del total); la implantación de diferentes medidas de eficiencia energética, como la sustitución de calderas de gas por biomasa o el gasóleo por gas natural en algunas de las residencias, escuelas infantiles o polideportivos que gestionan; y el consumo de energía 100 % renovable. Además, en muchos de estos servicios, Clece ha instalado energía solar fotovoltaica y, a 31 de junio de 2023, ya ha incorporado más de 1MW. La compañía también está implementando la gestión de compras bajo criterios de sostenibilidad medioambiental, así como potenciando la valorización de los residuos.

La base del futuro

«Tenemos un gran compromiso con la sostenibilidad medioambiental de nuestro planeta. Somos conscientes de la responsabilidad que las empresas debemos asumir en este sentido, y de que las acciones que desarrollemos hoy son la base de nuestro futuro», apuntan desde Clece.

Los resultados no se han hecho esperar y, de 2019 a 2021, la compañía ha reducido su huella de carbono en un 42 %. Y es que, en su firme compromiso con la preservación del medio ambiente, Clece ha hecho un gran esfuerzo por cuantificar sus emisiones de CO2, calculando y realizando un seguimiento detallado de este indicador como mejor opción para mitigar y combatir los impactos ambientales resultantes de su actividad. Desde 2015, calcula su huella de carbono. Para ello, ha seguido, desde 2014, la metodología indicada en la norma internacional UNE EN ISO 14064, bajo auditoria de verificación de AENOR.

Clece además forma parte, de manera voluntaria, del Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono creado, en su día, por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, según el Real Decreto 163/2014, de 14 de marzo, el cual recoge los esfuerzos de las organizaciones españolas en el cálculo y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su actividad.