Así es como la Fundación ”la Caixa” mejora el bienestar y el estado de ánimo de las personas con enfermedades avanzadas
Con su Programa, la entidad quiere contribuir a que el acompañamiento psicosocial y espiritual en final de vida sea un derecho para todas las personas.
EN COLABORACIÓN CON FUNDACIÓN ”la Caixa”
Nadie nos prepara para morir y, por eso, no resulta nada fácil gestionar ni psicológica ni física ni emocionalmente que la vida se acaba. El miedo, cuando no hay cura, se vuelve poderoso. «Las personas en situación final tienen miedo al dolor físico, pero luego está la parte del sufrimiento emocional. Los psicólogos, los trabajadores sociales y los médicos tenemos que intentar acompañarlas para que no tengan dolor. A la vez, esto va a dar calma a la familia. Que un ser querido haya sido acompañado hasta el final sin dolor físico es importantísimo», explica Ana María Almansa –psicóloga y directora del equipo psicosocial de La Cruz Roja de Almería– a la periodista Gemma Nierga en una entrevista sobre el acompañamiento a quienes se encuentran en situación de final de vida.
La especialista también tiene palabras para el sufrimiento emocional. «Hay que intentar que la persona nos muestre qué necesita contar o resolver para poder cerrar una etapa importante, la etapa de su vida. Esas conversaciones finales son maravillosas», asegura.
Este encuentro entre ambas profesionales ha tenido lugar en el marco del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” con el que esta última acompaña a quienes se encuentran en la última etapa de sus vidas. Con la colaboración del Ministerio de Sanidad, desde 2008, la iniciativa ha atendido a más de 650.000 personas: 290.181 pacientes y 372.630 familiares. Es así como Fundación ”la Caixa” señala la importancia de la atención psicosocial y espiritual para mejorar el bienestar y el estado de ánimo de las personas con enfermedades avanzadas.
Los datos hablan
Esta necesidad de acompañamiento la confirman los resultados de la última evaluación de efectividad del Programa, presentada con motivo de la celebración del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, el pasado 14 de octubre, e impulsada por Fundación ”la Caixa” y realizada por la Cátedra de cuidados paliativos de la Universidad de Vic-Central de Cataluña (UVIC/UCC), junto con el Institut de Recerca Germans Trias i Pujol (IGTP). Para ello ha sido necesario evaluar la efectividad de las intervenciones de los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) en hospitales, residencias y domicilios de toda España con datos recogidos durante 2021 y 2022.
Utilizando una muestra de 6.471 pacientes en situación de enfermedad avanzada, una de las principales conclusiones que arroja la evaluación es la mejora del ánimo: mientras que, en la primera visita, el 78% se sentía regular o mal, después de la intervención, este porcentaje se reduce a menos de la mitad. Otro aspecto relevante es que, tras recibir atención psicológica, social y espiritual, un 66% considera que sus creencias y valores les ayudan a enfrentarse a la situación, ya que se refuerzan las fortalezas y recursos que tienen las personas en situación de final de vida. Además, la sensación de tristeza también mejora tras la intervención psicosocial: en la primera visita, cerca del 50% de las personas se sienten bastante o muy tristes y, después de recibir atención, el porcentaje se reduce al 17%.
«Los pacientes en situación de final de vida tienen necesidades psicológicas, principalmente, y también emocionales. Además, siempre vamos a tener que revisar sus necesidades sociales y espirituales. Pero, como no tenemos esa buena costumbre de hablar del final de la vida y de la muerte, las familias suelen tener dificultades para expresar sus emociones, sus miedos, la situación que van a tener en ese momento y, posteriormente, cuando se enfrentan a un proceso en el cual te dicen que no hay solución, que te van a acompañar en cuidarte hasta el último instante, pero que no va a haber cura. Se te remueve toda la vida», señala la directora del equipo psicosocial de La Cruz Roja de Almería.
Mejorar todas las dimensiones
Por todas estas razones, desde hace 14 años, el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” contribuye a mejorar las dimensiones psicológicas (síntomas como ansiedad, depresión, malestar, sufrimiento e insomnio), las sociales (capacidad de relación y de comunicación con la familia y con el entorno) y las consideradas como esenciales (espiritualidad, dignidad, sensación de paz y de perdón, y grado de aceptación de la enfermedad). Lo hace ofreciendo una atención de calidad a las personas que se encuentran en situación de final de vida, así como trabajando por la humanización de los cuidados en situaciones de cronicidad avanzada y vulnerabilidad social.
De la mano del Ministerio de Sanidad y las distintas consejerías de salud, el Programa ya se está desarrollando en todas las provincias de España y en las dos ciudades autónomas a través de un total de 65 Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios.
Enmarcado en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” consolida su misión de complementar el modelo actual de atención a las personas que se encuentran al final de su vida para lograr cubrir tanto la esfera emocional, social y espiritual del paciente y su familia como la atención al duelo y el apoyo a los profesionales de cuidados paliativos. Con su labor de atención, sensibilización, investigación y formación, la entidad desea hacer de este acompañamiento en final de vida un derecho para todas las personas.
Aprender a cuidar
Para poder acompañar a las personas que se encuentran en situación de final de vida como ellas necesitan, la entidad ha desarrollado una «Escuela de cuidadores». Se trata de un ciclo monográfico de talleres en formato presencial o virtual gratuitos, dirigidos a personas cuidadoras no profesionales y voluntarios, que tienen el objetivo de trasladar conocimientos, técnicas y habilidades para acompañar con calidad a las personas que se encuentran en situación de enfermedad avanzada o final de vida. Más de 5.000 personas ya se han beneficiado de más de 1.300 talleres. El primer paso es rellenar el formulario de inscripción.