ESPAÑA
El SAF, la solución real e inmediata para descarbonizar la aviación
IAG, el grupo de aerolíneas al que pertenece Iberia, es el primero que se ha comprometido a reducir sus emisiones un 20% en 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050
La aviación es fundamental para la economía mundial y para mantener a las personas conectadas. Si además el país se basa en el sector turístico, como es el caso de España, la importancia es aún mayor. De cada diez turistas que llegan a nuestro país, ocho lo hacen en avión y el turismo aporta al PIB español más del 12%. Una cantidad que aumenta exponencialmente si sumamos la generación de puestos de trabajo, la exportación de mercancías, el desarrollo de proveedores locales y los viajes de negocios.
Volar se ha convertido en una necesidad en un mundo globalizado e interconectado como el actual. Necesitamos seguir viajando en avión, pero a la vez poder hacerlo de manera más sostenible. Las aerolíneas se han puesto como reto alcanzar la neutralidad climática en 2050 (IAG, el grupo al que pertenece Iberia, fue el primero del mundo en hacerlo) y, para conseguirlo, han comenzado una profunda transformación que afecta a todas las áreas de su actividad.
En el caso de Iberia, su apuesta por la sostenibilidad se basa en tres pilares: la renovación de la flota, mejorar la eficiencia de sus operaciones y el uso de combustibles sostenibles de aviación. La aerolínea española está incorporando aeronaves de última generación (entre ellos, los A350-900 y los A320neo), que son entre un 15 y un 35% más eficientes que los aviones a los que sustituyen. Esta renovación, junto con la reducción del peso del avión, la digitalización y la eficiencia de las operaciones, provoca que Iberia haya conseguido reducir la huella de carbono un 9% en 2022 con respecto a 2019.
El impacto positivo de todas estas medidas es evidente, pero es necesario ir más allá: una alternativa más sostenible para propulsar los aviones. El queroseno convencional necesita un sustituto y la solución pasa necesariamente por los combustibles sostenibles de aviación. Los SAF, conocidos así por sus siglas en inglés -sustainable aviation fuels-, son la respuesta real e inmediatamente disponible al reto de descarbonizar el sector aeronáutico.
El SAF puede ser orgánico (producido a partir de aceites vegetales, grasas animales, biomasa u otros residuos como los agrícolas) o sintético (generado a partir de captura de CO2 mediante el empleo de hidrógeno verde).
«El SAF reduce entre un 60 y un 100% las emisiones de CO2 del combustible en términos de ciclo de vida, desde su producción hasta su consumo»
Otra gran ventaja de este tipo de combustible es que es una tecnología «drop in», es decir, que no requiere cambios ni en las infraestructuras de los aeropuertos ni en los aviones actuales. Las aeronaves ya están certificadas para para operar con hasta un 50% de estos combustibles de origen sostenible, que reducen las emisiones de CO2 entre un 60 y un 100% en términos de ciclo de vida.
Oportunidades para España
El SAF ya está disponible, pero su producción es escasa en comparación con la demanda. Países como Estados Unidos, Inglaterra o incluso Francia ya están trabajando en planes de incentivos para su producción y poder liderar el futuro de esta industria.
En España, que ya es líder en otras energías renovables, poner en marcha una industria de producción de SAF supondría una oportunidad histórica para generar riqueza y crear nuevos empleos. Y, es que nuestro país tiene todo lo necesario para producir el combustible sostenible de aviación. Por un lado, el SAF biológico por nuestra riqueza en residuos forestales, agrícolas y ganaderos; y, por otro, el sintético, porque nos estamos posicionando como líderes de la producción de hidrógeno verde que, entre otras cosas, servirá para producir SAF.
La descarbonización de la aviación en nuestro país necesitará cinco millones de toneladas de SAF al año en 2050. Según un estudio realizado por PwC para Iberia y Vueling, la puesta en marcha de entre 30 y 40 plantas de producción de SAF, supondría un impacto en el PIB de 56.000 millones de euros y 270.000 puestos de trabajo hasta 2050. De esta forma España sería capaz de cubrir toda la demandad nacional e incluso podríamos hablar de exportarla.
«España tiene la oportunidad de impulsar una nueva industria de este tipo de combustibles y aprovechar que somos líderes en energías renovables para descarbonizar el transporte aéreo de manera inmediata y con proyección futura»
Para conseguir implantarla es necesario que las administraciones públicas, tanto nacionales como europeas ayuden con incentivos para que se acelere la producción de los combustibles sostenibles.
«La sostenibilidad no se puede hacer de manera individual o aislada, pero no solamente en el ámbito privado. Dada la envergadura y ambición del proyecto son necesarias alianzas público-privadas, en particular, de las empresas productoras con el Gobierno y con las Administraciones locales y autonómicas».
Ayudar a la España vaciada
Muchos de los empleos que se crearían con las de plantas de producción de SAF corresponderían a zonas rurales, ya que es ahí donde se ubican los residuos necesarios para producir el SAF biológico.
El impulso a esta nueva industria es también muy importante para la economía circular, ya supone también una solución al creciente problema de la gestión de residuos que pasan a ser una nueva oportunidad de negocio.
Los combustibles sostenibles de aviación son, quizá, el mejor ejemplo de la profunda transformación que está llevando a cabo un sector tan complejo como el de la aviación. Cambios necesarios para alcanzar la ansiada neutralidad de carbono a mitad de siglo y mantener la necesaria interconexión de los territorios.