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Agora de Protos, se trata de un restaurante, enoteca, y wine bar que acaba de abrir en Peñafiel (Valladolid) esta histórica bodega

VINO

Protos presenta su nuevo espacio gastronómico Ágora de Protos en el corazón de la Ribera del Duero

Enclavado en el edificio histórico de la bodega vallisoletana en Peñafiel, Protos ha pintado un cuadro culinario único, dando un gran protagonismo al mundo del vino, a la tradición y la vanguardia.

EN COLABORACIÓN CON PROTOS

Desde que abrió sus puertas, Ágora de Protos está en búsqueda constante de ofrecer nuevas experiencias al visitante con el objetivo de disfrutar de una gastronomía basada en productos de temporada y cercanía, así como de los vinos elaborados por la bodega, sin duda, seña identificativa del terruño de la Ribera del Duero.

Ágora de Protos está enclavado en el edificio histórico de 1927, la primera bodega de Protos en la localidad vallisoletana de Peñafiel. Está compuesto por el restaurante, enoteca y wine bar.

La antigua bodega del 27, hoy convertida en el Ágora de Protos, no solo la conforman estos espacios, sino que cuenta con una amplia terraza (acristalada y al aire libre) donde se encontraba la antigua báscula de uva utilizada en época de vendimia.

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Ágora de Protos cuenta con una amplia terraza (acristalada y al aire libre)

El encargado de dar la bienvenida al comensal es el gran rótulo de «Ágora de Protos», fabricado en madera de roble tallada y acabado en mate. Está adherido a una piedra del lagar, que extiende un muro con el mismo acabado en piedra del edificio antiguo de Protos.

Con una arquitectura e interiorismo puramente castellano, en el que destacan el color blanco y el rojo tinto, los materiales rústicos en puertas, mesas y sillas, pero, con una fusión cosmopolita fruto de esa mezcla entre tradición y vanguardia, pasado, presente y futuro.

El espacio conserva el espíritu de la bodega antigua con sus tinos originales, hojas de vid que caen desde los propios depósitos, así como una decoración que representa un auténtico mesón castellano, pero con algunas diferencias…

Ya que el restaurante se encuentra bajo un techo de arcos con una iluminación LED, que representa los arcos de la nueva bodega diseñada por el arquitecto Richard Rogers, de nuevo, creando esa comunión entre la tradición y la innovación.

Una carta diseñada para los más foodies

Ágora de Protos cuenta con una oferta gastronómica basada en los productos de proximidad y de temporada. La carta ha sido orquestada por Rafa Miquel, encargado de la gestión del Ágora, al cual va cambiando según las estaciones del año. Platos donde lo tradicional y lo más vanguardista se fusionan en cada bocado.

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Protos verdejo cuvee con sardinas ahumadas

Este otoño- invierno, Ágora quiere sorprender a todos sus comensales con una propuesta en la que están presentes productos como las setas o las alcachofas y los productos de proximidad como el sarmiento (rama de la cepa de vid), la caza o el famoso lechazo.

Así, encontramos delicias como Vieras al humo de sarmiento, ponzu castellano y coco cítrico; Lasaña de venado con pasta wonton y bechamel con cardamomo, Alcachofas fritas sobre jugo untuoso de ibérico, huevo a baja temperatura y papada ibérica o setas de temporada, parmentier de coliflor y huevo a baja temperatura.

El restaurante cuenta con una sección especial para aquellos productos de siempre como la morcilla de la Ribera, los pimientos rojos asados en horno de leña, el chorizo casero cocido al vino con patata panadera, la cecina o el jamón ibérico.

Los pescados como el bacalao, el rodaballo o la lubina también tienen un espacio destacado en la carta

rodaballo a la brasa maridado con protos verdejo

Rodaballo a la brasa maridado con Protos verdejo

No podíamos dejar de lado, el saber hacer del maestro asador parrillero preparando el mejor lechazo de la tierra, así como pescado entero según temporada y mercado; solomillo de vaca, chuletón de vaca, chuletillas de lechazo, etc.

Para terminar, el restaurante propone dos clases de postres. Unos dirigidos a los más tradicionales como el hojaldre con crema pastelera o la tarta de queso horneada y para los muy muy golosos, un chocolate en texturas, el mousse de limón, lemond curl y mimético de limón o las fresas, cremoso de dulce de leche, granizado de vino tinto y pimienta de szechuan.

El precio medio es de 55 euros por persona.

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