SALUD Y BIENESTAR
Ayunar en épocas navideñas: ¿compensar o desintoxicar?
A pesar de sus beneficios, el ayuno intermitente es objeto de controversia entre los expertos en nutrición. Con la llegada de la navidad, donde comemos más, hay que piensa que el ayuno puede compensar y ser útil para dar un respiro al cuerpo.
Navidad y comer son prácticamente sinónimos en estas fechas que están a la vuelta de la esquina. ¿Quién se resiste a una buena cena el día de nochebuena o quien le dice que no a un trozo de tarta navideña? Al final, comer mucho en esta época es ya casi una tradición, por eso, si no quieres dejar de hacerlo, sería bueno plantearse ayunar los días de antes o de después, para dejar descansar a nuestro sistema digestivo.
De sobra sabemos que ayunar tal y como nos informa Carmen González Resines, nutricionista clínica del Centro Médico Quironsalud Tres Cantos, se entiende por todas aquellas acciones que implican dejar de comer en periodos de tiempo variables pero controlados.
Este puede ser diario con dos franjas horarias, una en la que no se ingiere nada y otra en la que está permitido comer, el ayuno semanal, en el que se ayuna un día completo cada siete y el ayuno de dos o tres días seguidos cada mes. En rasgos generales, el ayuno intermitente permite comer prácticamente lo que se desee durante los horarios establecidos, aunque lo óptimo es optar por alimentos saludables y no excederse en cantidad.
Ayuno intermitente y Navidad
A priori, este concepto tan saludable puede ser muy contradictorio con las fechas que vivimos, cenas tardías, comilonas para celebrar cualquier ocasión, de ahí que para muchos nutricionistas hacer ayuno antes y después de las comidas navideñas no es una buena opción sobre todo porque puede compensar el efecto contrario, es decir, descompensa nuestro sistema hormonal y, sobre todo, el mecanismo de hambre y saciedad.
Así nos lo corrobora Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba, cuando nos confirma uno de los riesgos del ayuno es que ralentiza el metabolismo, algo nada deseable cuando se pretende adelgazar; puede bajar el azúcar en sangre hasta niveles peligrosos, deshidratación, fatiga, antojos, provocar estados de mayor irritación o susceptibilidad y generar dolores de cabeza.
Hacer ayuno estas fechas tiene múltiples efectos secundarios y su posterior rebote o la recuperación rápida del peso perdido que conllevan las denominadas «dietas milagro»nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba
Sin embargo, no todos los entendidos en la materia piensan de la misma manera, para muchos el ayuno intermitente y la Navidad son una buena combinación para vivir los eventos disfrutando de cada comida y cuidándonos a la misma vez de los malestares de los excesos, ya que tu cuerpo va a necesitar desintoxicarse entre comida y comida y la opción del ayuno intermitente puede ser un buen plan.
Esto no significa que tengas un «atracón» y luego te castigues «compensando», el ayuno sí puede ser útil para dar un respiro a tu cuerpo de tantas comidas que se antojan durante estos días festivo, explica la nutricionista González.
Para Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba, entre los beneficios de esta práctica destaca el de la pérdida de peso conservando la masa muscular, reduce el estrés oxidativo y la inflamación, mejora la salud cardiovascular, cerebral e intestinal y mejora el control de la glucosa.
Por tanto, el Ayuno intermitente no debe pensarse solo como una práctica esporádica sino como un estilo de alimentación habitual, una nueva forma de comer que puedas adaptar a tu vida y cuya prioridad sea el cuidado de la salud.
La adopción del ayuno intermitente exige de un control estricto de profesionales de la salud para no comprometer el estado nutricional y el aporte de minerales, vitaminas y necesidades nutricionales de cada personanutricionista clínica del Centro Médico Quirónsalud Tres Cantos
Una vez que hemos conocido las dos versiones sobre el ayuno. ¿Crees que practicarlo puede ser realmente beneficioso? Nosotros hemos llegado a la conclusión de que el ayuno está planteado para ser una rutina o para realizarlo en ocasiones dónde sea necesario y no para una forma de compensar. Es decir, el ayuno es saludable si está en el patrón alimentario, pero en el caso de no estar programado ni valorado por un profesional, no es una práctica recomendable.