El «refugio» que es la Fundación ”la Caixa”
Así es como la institución ayuda a mejorar la vida de las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza
Según Naciones Unidas, cada minuto, 24 personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror. Son desplazadas por la fuerza. Esto convierte a los refugiados en personas que viven en la vulnerabilidad y, por este motivo, en un colectivo que necesita, no sólo nuestra solidaridad, sino también soluciones a su difícil situación.
Con su labor, desde hace años, la Fundación ”la Caixa” lucha por conseguir muchos de estos objetivos. El compromiso de la Fundación ”la Caixa” con las personas refugiadas nació hace 22 años, convirtiéndola en el primer socio privado de ACNUR en España. Desde entonces, juntos han impulsado 14 proyectos, en su mayoría centrados en cubrir las necesidades más básicas en campos de refugiados y comunidades de acogida a través de la mejora de las condiciones nutricionales de niños menores de cinco años.
Junto a lo más pequeños
En el caso de Etiopía, el país, como todo el Cuerno de África, vive una emergencia por las consecuencias de una grave y larga sequía, a la que se suma el incremento acelerado de refugiados provenientes de la hambruna y la guerra de Sudán del Sur y Somalia. Esta población ha continuado creciendo en los últimos años, convirtiendo a Etiopía en uno de los países del mundo que más refugiados acoge, principalmente de Sudán, Sudán del Sur, Eritrea y Somalia.
Con el propósito de incrementar la supervivencia infantil en los campos de refugiados del país y en las comunidades de acogida, mediante la mejora de las condiciones nutricionales de los niños menores de 5 años, la Fundación ”la Caixa” puso en marcha en 2017 el proyecto MOM (Plan de Innovación para la Nutrición Infantil). Un total de 8 millones de euros han sido los destinados a financiar soluciones innovadoras que aborden una emergencia crónica como es la desnutrición infantil en los campos de refugiados. El resultado, un éxito: más de 1.555.000 personas apoyadas, de las cuales más de 920.000 son niños menores de 5 años. Otro de los hitos de la institución ha sido reducir la desnutrición aguda severa; en 2023, hasta en un 58 %. También ha conseguido disminuir en un 18 % la tasa de mortalidad infantil.
La educación, un recurso valioso
Que los niños puedan elegir el futuro que se merecen, independientemente de su lugar de nacimiento o sus condiciones socioeconómicas, es el objetivo de ProFuturo, que en el año 2023 benefició a 342.000 docentes y 1,2 millones de niños y niñas en más de 5.000 escuelas de 39 países del mundo.
Este programa, impulsado en colaboración con Fundación Telefónica, contribuye a mejorar las condiciones de las personas desplazadas o refugiadas o que se encuentran en situación de emergencia, muy especialmente, de los más pequeños. Para ello, proporciona innovación educativa con tecnología a docentes y una educación digital de calidad a los niños y niñas de entornos vulnerables de Latinoamérica, el Caribe, África y Asia.
En contextos humanitarios, ProFuturo benefició, solamente en 2023, a 27.611 niños y niñas desplazados de sus hogares, y tiene el objetivo de alcanzar los 39.470 niños y niñas beneficiados en 2024.
Según datos de UNICEF, la cifra de menores desplazados y refugiados supera los 50 millones. De estos, casi 15 millones se encuentra en edad escolar y, según ACNUR, la mitad (más de siete millones) no recibe educación.
ProFuturo lleva innovación educativa con tecnología a las personas desplazadas o refugiadas
Para todos ellos, la Fundación ”la Caixa” y Fundación Telefónica han desarrollado una propuesta educativa con competencias propias del siglo XXI. Juntas, han creado una plataforma con contenidos universales y recursos digitales personalizables que permiten la incorporación de recursos locales y de terceros para una mejor adaptación al contexto local del aprendizaje. Además, ProFuturo ha resuelto el problema de la falta de conectividad trabajando offline la mayor parte, permitiendo, de esta manera, un acceso a todos.
Es así como la Fundación ”la Caixa” convierte la educación en una herramienta fundamental para el desarrollo de las niñas y niños refugiados, en un recurso valioso con el que se les puede dotar para su futuro. En un camino para construir mejores sociedades. Porque la institución defiende que, sin educación, no hay progreso.