Educación
La FP, de 'patito feo' del sistema educativo a salvavidas de la economía española
Los empresarios cada vez demandan más los perfiles profesionales de FP en un país con una tasa de paro juvenil de las más altas de Europa
España sufre desde hace años un desajuste entre la oferta educativa y las necesidades del mercado. Con un tercio de los menores de 25 años en paro, estamos a la cola de los países de la Unión Europea. Ahora el Gobierno pretende dar un lavado de cara a la FP, una formación tradicionalmente denostada pero que ya es la que mayor demanda genera, por encima incluso de los titulados universitarios.
El 28,9 % de los jóvenes españoles se encuentra en situación de desempleo, según datos del Eurostat, solo por detrás de Grecia (36,8 %) y por delante de Italia (23,8 %). Muchos de estos parados son graduados universitarios, a pesar de que los reclutadores destacan las dificultades para encontrar perfiles que se ajusten a sus necesidades.
Un estudio de Adecco revelaba la escasez de perfiles cualificados y bien formados en ciertos ámbitos. «La Formación Profesional tiene una alta demanda, muy por encima de la oferta existente, por ejemplo y ya es más solicitada en las ofertas de empleo que las titulaciones universitarias, o de los perfiles tecnológicos, en continuo cambio y sin suficientes titulados para cubrir la demanda del mercado», señalaba el informe.
Así, la tasa de empleabilidad de la FP en España ha crecido en los últimos años situándose como el nivel de estudios que más demanda genera (42,2 %) por delante de los titulados de grado universitario (38,5 %), según datos del SEPE.
«Tenemos un exceso de sobrecualificación y no siempre estamos cubriendo la demanda real de las empresas», explica Guadalupe Bragado, directora de FP de CCC y ex directora general de FP en la Comunidad de Madrid. «Sería necesario hacer una revisión continua del catálogo de títulos de educación superior».
«Es cierto que la ventaja de la FP es su duración, con ciclos de dos años, y el contacto con la empresa gracias al modo dual. Les permite formarse y actualizarse en contenidos constantemente, algo que no sucede en la universidad», añade.
La nueva Ley de FP incluye una importante inyección económica para impulsar este sistema en España ante la importante demanda de estudiantes y empresas. Además, incorpora la obligatoriedad del sistema dual con un mínimo de horas que los alumnos tendrán que desarrollar en las empresas guiados por una figura de nueva creación que se encargará de supervisar su trabajo.
Mala imagen
Tradicionalmente, la Formación Profesional ha estado lastrada por su mala imagen y su escaso valor. Una encuesta de Sigma2 para Educa2020 de 2019 mostró que casi el 60 % de los padres españoles tenía una opinión negativa de este nivel educativo.
La realidad, sin embargo, indica que se trata de un sesgo sin ningún fundamento. CaixaBank Dualiza, en colaboración con el Instituto Vasco de Competitividad, analiza todos los meses la empleabilidad de los distintos ciclos formativos y sus resultados son contundentes: es una de las mejores opciones con una tasa de ocupación en grado superior del 71,8 %.
Salarialmente tampoco está mal. Ya que muchos ciclos superiores –y alguno medio– superan los 2.000 euros mensuales de media, por delante de los sueldos muchas carreras universitarias.
Aplicarlo a un modelo particular
Queda, no obstante, que ver cómo queda su aplicación en un modelo como el español. Esta ley toma muchos ejemplos del sistema alemán, donde la tasa de paro juvenil es prácticamente residual. Sin embargo, en España el tejido empresarial español está compuesto al 99 % por pymes con una mentalidad empresarial totalmente opuesta al Mittelstand germano.
Para Bragado, es fundamental «ponérselo fácil a las empresas para que sigan colaborando». «Nosotros hemos firmado acuerdos con 6.000 empresas de todos los tamaños para gestionar la Formación de Centros de Trabajo (FTC). Para las pymes puede suponer un esfuerzo, pero también son los grandes beneficiados ya que todo lo que puede aportar el estudiante redunda en el provecho de la propia empresa», concluye.