Educación
La falta de profesores varones podría afectar al fracaso escolar de los chicos
Un estudio de Esade señala que «políticas encaminadas a contratar profesores con los que los estudiantes se sientan reflejados podrían mejorar el rendimiento educativo»
El fracaso escolar –o abandono escolar temprano, como prefiere la UE– en España es una de las asignaturas pendientes del sistema educativo. Aunque en los últimos años se ha logrado reducir considerablemente esta tasa, todavía estamos a la cola de Europa y lejos del objetivo marcado por Bruselas.
Es mucha la literatura que se ha publicado al respecto y, de hecho, el polémico sistema de titulación y promoción de la ley Celáa busca, haciendo trampas al solitario, reducir esta tasa que nos avergüenza frente a nuestros socios europeos desde hace años.
Un estudio de EsadeEcPol ha indagado en el tema, especialmente por su efecto en alumnos de bajo nivel socioeconómico. Entre otros factores, esta institución apunta a que se podría reducir hasta en un 30 % las diferencias de género en la repetición en favor de los chicos «mejorando el apoyo parental y la satisfacción de estos en la escuela».
Entre las medidas que propone para disminuir el fracaso escolar, el informe señala que varios estudios han mostrado evidencia que tener a un profesor «de tu misma identidad» puede afectar de manera positiva al rendimiento académico.
En España, el abandono escolar temprano afecta significativamente más a hombres que a mujeres. El porcentaje de profesores de sexo masculino además es muy bajo: el 100 % de los docentes de infantil, el 80 % de Primaria y el 72 % de ESO son mujeres.
Así, el estudio señala que aplicar «políticas encaminadas a contratar profesores con los que los estudiantes se sientan reflejados podrían mejorar el rendimiento educativo de aquellos estudiantes con mayor riesgo de fracaso escolar».
«Una mayor diversidad de género y de raza en el colectivo del profesorado podría ayudar a reducir el nivel de fracaso escolar de los dos grupos de estudiantes más afectados: los chicos, y los estudiantes de bajo nivel socioeconómico», concluye.