La Universidad Autónoma de Barcelona insulta a los defensores del bilingüismo: «Verdugos disfrazados»

El discurso inaugural de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) para el nuevo curso se saldó esta semana con una retahíla de insultos e invectivas contra los defensores del bilingüismo en las aulas. El escritor a cargo del soliloquio, Màrius Serra, tachó a las familias que piden cumplir con el 25 % de horas lectivas en español de «bilingüistas viles» y de «verdugos» del catalán «bajo el disfraz de víctima».

El discurso radical de Serra, quien acusó a los detractores del monolingüismo de no querer «aprender el catalán» y de buscar un «proceso de sustitución lingüística», ahonda la brecha entre ambos bandos. Pese a que el debate sobre ambos modelos es latente en el seno de la propia sociedad catalana, la universidad pública no ha dudado en posicionarse al respecto.

Y la elección de Serra, según recuerdan los críticos de esa postura, no ha sido casual, sino que obedece a la línea de politización que quiere imponer el rector Javier Lafuente. Sin ir más lejos, el título de la conferencia inaugural, Catalán, al ataque en la era del lingüicinismo, ya era un indicativo del rumbo que iba a tomar la intervención.

«La elección de la persona y del tema de la lección inaugural no debería ser cosa que se dejara al azar. La lección inaugural, de alguna forma, representa a la Universidad y no debe ser descuidada. No es un tema menor», ha denunciado Rafa Arenas, profesor de la UAB, en su blog.

En similares términos se ha manifestado la profesora de Comunicación Isabel Fernández Alonso, quien afirmó en su perfil en redes sociales que «es muy poco inteligente pensar que con insultos se puede modificar la posición de alguien que está convencido de sus ideas, argumenta y es respetuoso. Al contrario. Me parece una forma estupenda de fortalecerlo».

Aunque ambos forman parte de las principales entidades a favor del bilingüismo en la educación, otros docentes también han mostrado sus discrepancias al opinar que el acto debería haber sido «neutral», en aras del pluralismo.