La nueva ley equiparará las enseñanzas artísticas con las universitarias

La futura ley de enseñanzas artísticas, que se prevé aprobar en 2023, pretende asegurar la equiparación real de las enseñanzas artísticas con las universitarias, adecuarlas a las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior y responder a las demandas del sector.

El secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar Cendón, y el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, han detallado en un encuentro con la prensa las treinta propuestas del «documento base» de lo que será la futura ley de enseñanzas artísticas, que se prevé llegue al Congreso a finales del primer trimestre de 2023 –entre marzo y mayo–.

Con esta norma, ha afirmado Bar Cendón, se completa la reforma educativa emprendida por el Gobierno, desde la Lomloe (Ley Celaá) a las leyes de la ciencia y del sistema universitario, aún en trámite parlamentario esta última.

«Es una deuda histórica con las enseñanzas artísticas, ya que estaba contemplado en la Logse como enseñanza en régimen especial, pero ha tenido poco desarrollo. Y además del imperativo legal (de la Lomloe), responde al anhelo del sector profesional», ha subrayado.

Hasta la fecha, el Ministerio ha recogido medio centenar de aportaciones y en el futuro «vendrán más», ha añadido el secretario de Estado, quien ha explicado que hay consenso sobre la necesidad de sacar adelante esta ley, aunque combinar los intereses de todos los sectores, son colectivos muy diferentes y muchas especialidades, es un «encaje de bolillos».

Entre las ideas centrales del documento base de la futura ley, que parte de «cero» y está abierto al diálogo, están la de alinearse con Europa, ajustar la norma a las necesidades de los centros y la necesidad de establecer fórmulas que permitan hacer compatibles los rasgos propios de estas enseñanzas con las exigencias propias de Espacio Europeo de Educación Superior (Bolonia).

Una de las novedades es que aunque estos alumnos tenían derecho a becas se contempla que reciban la misma compensación en las tasas universitarias, así como que los profesores, que no solo enseñan sino que crean e investigan, «se le dé la posibilidad de hacer todo esto dentro de su marco laboral».

El secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, ha explicado que el objetivo fundamental es dar a estas enseñanzas la importancia que tienen y acercarlas a la Universidad, no solo que tengan la actual homologación de grado sino «ir más allá».

En este sentido, Pingarrón ha explicado que se baraja que los centros se puedan adscribir a la Universidad, establecer programas conjuntos de posgrado y de doctorado y, si hay una masa crítica, crear «un campus de las artes», es decir, la posibilidad de que haya agrupaciones de centros de distintas enseñanzas y niveles y establezcan sinergias entre ellos.

Pero quedan aún muchas cuestiones por definir y un amplio abanico de posibilidades, ha continuado Pingarrón.

«Queremos asegurar que los estudios de enseñanzas artísticas equivalentes a la Universidad cumplan los estándares de calidad del Espacio Europeo; abrir vías de integración del profesorado y un marco legislativo amplio para que haya un diálogo más natural» entre estas disciplinas y el resto de estudios universitarios.

En España, hay más de 5.500 profesores de plástica; casi 15.000 de música; 1.400 de danza y 737 de arte dramático, en total 22.370, mientras que los alumnos de enseñanzas artísticas superiores alcanzan en torno a 30.000.