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Educación

El Congreso aprueba definitivamente la Ley Orgánica del Sistema Universitario: claves para entenderla

  • Se trata de la tercera reforma universitaria en democracia

  • Para recibir los fondos de recuperación europeos, el Gobierno se comprometió con la UE a reformar la universidad española

El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves la tercera reforma universitaria en democracia, una ley que nace con el objetivo de atajar la precariedad laboral del sistema y elevar –aunque sin compromiso escrito, solo con buenas intenciones–el presupuesto destinado a las universidades, que debería pasar del actual 0,7 al 1 % del PIB de aquí al 2030.

La norma, que sustituye a otra de 2001, ha salido adelante con los 182 votos a favor de ocho partidos diferentes (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Más País, Compromís, Teruel Existe y PDCAT), logrando así la mayoría absoluta necesaria. Desde el Ministerio de Universidades, promotor de esta nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), se asegura que las principales novedades son las siguientes:

  • Se estabilizan las plazas de profesorado asociado pasándolas a indefinidas.
  • Se reduce la temporalidad del profesorado del 40 % en la Ley actual al 8 %.
  • Se incorporan medidas para la promoción y mejora de las condiciones laborales del PDI.
  • La nueva norma topa el precio de las tasas universitarias. Solo podrán mantenerse o reducirse, nunca subir.
  • Universidad para todas las edades: hacer que las universidades estén dirigidas a todas las edades, para dar respuesta a las necesidades competenciales en la edad adulta y por el cambio demográfico previsto en los próximos años.
  • Internacionalización: la LOSU incorpora, por primera vez, un título dedicado a la internacionalización. Gobierno, CCAA y universidades elaborarán estrategias para internacionalizar el sistema universitario. Las alianzas universitarias europeas, euroregionales e internacionales se refuerzan, con el impulso de títulos compartidos.

Fracaso en la financiación

Aunque en una primera versión de la ley se obligaba a los gobiernos a destinar en 2030 un 1 % de su Producto Interior Bruto (PIB) a sus universidades, tras los vetos y las enmiendas, finalmente todo ha quedado en una simple recomendación a hacerlo.

La inversión en universidades ahora ronda un exiguo 0,7 % del PIB, y parece que esta ley tampoco será la solución a sus problemas de financiación.

El actual rector de la UCM, Joaquín Goyache, lo resumía así en una entrevista con El Debate: «El borrador inicial de la LOSU dio mucha ilusión a los rectores y rectoras de España porque se hablaba de intentar llegar en los próximos años al 1 % del PIB, lo que nos supondría pasar a jugar en primera división, aunque aún por debajo de otros países de nuestro entorno».

«En las modificaciones a la que la han sometido los partidos en su tramitación tanto en el Congreso como en el Senado se ha puesto la coletilla de que solo sucederá esto si existe suficiencia presupuestaria, que es como decir que entonces no nos lo van a dar. Es otra oportunidad perdida, aunque como digo, es una ley que en su primer borrador nos gustaba bastante, pero ha acabado por deteriorarse hasta el punto de quedar como la ley que no necesitamos. Tiene puntos positivos como la estabilización de los profesores asociados, pero al final volvemos a lo anterior, si no se nos garantiza la financiación, se ha quedado otra vez a medio camino».