Fundado en 1910

El lendakari, Iñigo UrkulluPaula Andrade

El lendakari imita el modelo catalán

Jaque a la concertada: el plan secreto de Urkullu para 'euskaldunizar' estos colegios

El Gobierno del PNV endurece las condiciones a los centros concertados como parte de un proyecto inequívoco: provocar su absorción por parte de la red pública

Según avanza el borrado del español en las aulas, al que la nueva ley educativa intenta arrinconar en lo posible bajo el barnizado de una supuesta coexistencia con el euskera, el PNV camina en paralelo con un plan de mucho mayor calado: la 'euskaldunización' de los centros concertados, que pueden acabar absorbidos por la red pública.

La norma, que se estructura en seis títulos con 102 artículos, pone el foco sobre la escuela pública vasca, el modelo sobre el que pueden extenderse los tentáculos del Gobierno. Para que los concertados, 412 'aldeas galas' repartidas por toda la comunidad autónoma, puedan sobrevivir, tendrán que adaptarse a los dictados que marca la ley.

Bajo el pretexto de perseguir un acceso a la educación más igualitaria, el anteproyecto endurece las exigencias a la concertada. Por ejemplo, se impedirá la separación de alumnos por su sexo –como ocurre en algunos centros concertados–, a los que se dejará de financiar. Además, estos centros no podrán imponer la obligación de realizar cuotas, aportaciones a fundaciones o asociaciones, ni establecer servicios obligatorios asociados a enseñanzas que afecten a ámbitos donde esté presente la financiación pública. En definitiva, se les cortará las vías de financiación.

En 2022, los colegios concertados de País Vasco pidieron 1.500 euros más por alumno al Gobierno para eliminar las cuotas

La ley apunta... pero no lo aclara

Es precisamente la redacción del anteproyecto de ley lo que ha hecho temerse lo peor a los centros concertados. La estrategia es sibilina. Avanzar en la senda del nacionalismo, pero tranquilizando a la opinión pública.

Las asociaciones de la educación concertada recuerdan el antecedente catalán, donde la Generalitat ya activó un procedimiento de integración de centros educativos a la red titularidad pública para, en la práctica, controlarlos a nivel educativo e idiomático.

El pasado curso, un 48,9 % del alumnado vasco estaba matriculado en la red concertada

Profesores que ejercen en la actualidad en el País Vasco así lo sospechan.

«El proyecto de ley apunta a esa posibilidad, pero es algo ambiguo, pero parece que esta será la tendencia. Aunque el Gobierno tampoco lo aclara, parece que a los concertados les darán la oportunidad de publificarse si cumplen una serie de condiciones como acoger un porcentaje de alumnos inmigrantes», opina un profesor.

Otro docente que, al igual que el anterior, pone la condición de no revelar su nombre para hablar con este medio, recuerda: «Se oye que, con el tiempo, los colegios concertados podrían pasar a la red pública, como ocurrió en los 90 con algunas ikastolas –centros de enseñanza privada en euskera–, que pasaron a ser públicas, adquiriendo sus profesores la condición de funcionarios sin haber pasado una oposición».

A medida de Otegi

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ha urgido al Gobierno Vasco a retirar «inmediatamente» el proyecto de ley de Educación, que considera «un artefacto incendiario» contra los modelos lingüísticos y la enseñanza concertada que ha sido diseñado «a medida de Otegi».

Aunque solo sobre el papel, como ocurre ahora, el nacionalismo ha intentado ocultar la 'euskaldunización' de la educación aludiendo a una supuesta coexistencia entre las dos lenguas oficiales del País Vasco, el español, y por ende, la libertad educativa, quedan arrinconados.

​Según una encuesta sociolingüística del Gobierno vasco, solo el 36 % de la población es vascoparlante, por lo que el Ejecutivo de PNV, así como sus antecesores, han entendido que la escuela debía ser el lugar que sustituyera a la calle y a la familia como vía de la transmisión de la lengua.

​Al respecto, Iturgaiz ha subrayado que «el proyecto del Partido Popular es «una enmienda a la totalidad a la gestión del PNV, que pretende convertir a Euskadi, en unos casos, en un batzoki [local frecuentado por militantes y simpatizantes del PNV] clientelar sólo para los nacionalistas» y que mantiene «pactos por encima o por debajo de la mesa con Bildu, como en el nuevo estatus para conseguir la independencia o la ley de Educación».