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Dos niños hacen sus deberesGTRES

Las escuelas de élite vuelven al papel y el lápiz por la IA y el abuso de pantallas

Christopher Willard, académico de Harvard, aboga por limitar el uso de los móviles en las clases y los hogares y reforzar en su lugar el pensamiento crítico

La inteligencia artificial (IA) supone desde hace meses un desafío de primer orden para el ámbito educativo. Profesores, centros escolares y organismos oficiales se preguntan cómo lidiar con una tecnología que los alumnos no dudan en aprovechar maliciosamente para hacer pasar como propios trabajos hechos por máquinas.

Precisamente por este exceso de digitalización que tanto la sociedad actual como la enseñanza en particular acusa en su día a día, algunas escuelas han decidido desterrarlas de las aulas y volver a los métodos tradicionales.

«Hace 10 o 15 años los colegios decían 'vamos a conseguir más ordenadores en las aulas'. Y ahora, por el abuso de pantallas, las escuelas de élite anuncian que volverán al lápiz y papel y eliminarán los ordenadores. Es interesante ver cómo cambian las tendencias con el tiempo», declaró recientemente en una entrevista Christopher Willard, consultor y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.

Para Willard, la sobredosis de dispositivos y redes sociales entre los jóvenes son un elemento que causa más problemas que ventajas, y cuenta que sus dos hijos, de cinco y ocho años, no usan esas plataformas. «Cada vez más en todo el mundo, en las escuelas y en otros lugares, están prohibiendo teléfonos y pantallas. Sé que puede parecer extremo, pero lo que pasa es que se han dado cuenta de que los niños están realmente más felices sin ellas. Hablan más entre ellos, hay menos acoso escolar, estudian más duro y aprenden más», tercia.

Restringir los móviles

El reto, sin embargo, no es fácil, ya que más del 60 % de los niños de entre nueve y 16 años tiene móvil propio y, hasta el 90 %, al menos un perfil en redes. Por ello, Willard cree que no hay que proscribir los teléfonos, sino limitarlos. Para eso, dice, es importante «tener momentos y lugares establecidos para usarlos. Guardarlos al cenar, tal vez antes de acostarnos... También es importante que los adultos seamos un modelo a seguir de cómo establecer límites con nuestros dispositivos. Nuestra vida social debe ser una dieta equilibrada que incluya redes sociales, pero también contactos en persona en la vida real», receta.

Además de esto, el académico cree necesario enseñar «cómo pensar y cómo estar en este mundo de una manera diferente». Y más que nunca en el mundo actual, donde los estudiantes «no necesitan memorizar nada si pueden buscarlo en Google, o pueden usar calculadoras e IA para escribir sus trabajos».