Estados Unidos
Destacados empresarios e intelectuales retiran la financiación a las universidades 'woke' de EE.UU.
Muchos de esos donantes, millonarios de origen judío, congelarán, reducirán o directamente eliminarán sus donativos a instituciones como Harvard como medida de protesta por su posición en contra de Israel
Las grandes universidades estadounidenses, centros de élite abrazados, en general, a la causa de la izquierda, pueden ver en peligro una parte de la financiación de la que siempre gozaron por parte de reputados empresarios, intelectuales o acaudalados filántropos.
Este tipo de donaciones son muy populares en Estados Unidos. Recientemente, Harvard aceptó 300 millones de dólares de un empresario, de nombre Kenneth Griffin, al que recompensaron poniendo su nombre al departamento de ciencias y arte.
Pero ahora, la situación de Israel tras los ataques terroristas de Hamas contra su población conlleva unas derivadas que pueden poner patas arriba la situación educativa del país. Como ya se ha denunciado, universidades de prestigio como la mencionada Harvard o Stanford han acogido en sus aulas, sin rastro de censura o al menos de réplica, a profesores y estudiantes que han manifestado sus posiciones en contra de la democracia israelí.
A pesar de los miles de muertos causados por el terrorismo palestino, así como otros heridos y secuestrados, la universidad, incluida la más elitista, sigue sintiendo una especie de fascinación por la causa palestina, lo que le lleva a condenar con mayor contundencia a Israel que a sus enemigos.
Algo está cambiando
Un estudio de la Universidad de Cambridge concluyó que, durante la pasada década, se encontró que por cada profesor universitario que se identificaba políticamente con los valores del Partido Republicano, había al menos unos once docentes que hacían lo propio con las posiciones del Partido Demócrata. Una proporción que a buen seguro es mayor entre los estudiantes de algunos centros superiores.
Sea como fuere, la tensión en Israel y las posiciones adoptadas por estas instituciones educativas han provocado un movimiento de consecuencias aun insospechadas.
Según recoge Libre Mercado, los donantes se estarían cansando de esta situación. Empresarios como Bill Ackman (Pershing Square Capital Magement) ha sido el primero en anunciar que reducirá o eliminará sus pagos. La reacción de las universidades de élite al conflicto en Israel ha sido mal encajado por estos millonarios, muchos de ellos de origen judío.
Para la CNN, es posible que la retirada de los principales donantes no provoque un daño financiero significativo a corto plazo a las instituciones ricas de la Ivy League con enormes dotaciones como Harvard o la Universidad de Pensilvania, pero podría perjudicar a estas escuelas a largo plazo.
Para el medio norteamericano, el hecho de que los grandes donantes corten sus lazos también podría convencer a los más pequeños para que dejen de contribuir, así como perjudicar las relaciones con los antiguos alumnos, afectar a las admisiones universitarias y presionar al presidente o a los miembros del consejo de administración.