Profesores y expertos ven «insuficiente» el plan de Educación de prohibir el móvil en primaria: «Hay que ir más allá»

¿Cuál es el futuro de los móviles en los centros educativos? La tecnología forma parte de todos los ámbitos, pero su uso en el aula está en entredicho. Educación ha propuesto a las comunidades autónomas abordar el problema de la presencia de los dispositivos móviles tanto en las aulas como en los colegios e institutos ante la preocupación creciente.

Aunque en un primer momento, la ministra del ramo, Pilar Alegría, comentó que «no se podían poner puertas al campo», ahora parece que, ante la presión de la comunidad educativa, está dispuesto a coger el toro por los cuernos.

La propuesta del Gobierno, una vez testada la «preocupación» de las familias y del mundo educativo, pasa por prohibir totalmente el uso del móvil en primaria y abordar su uso en secundaria, una etapa en la que la mayoría de los chavales empiezan a tenerlo.

«Tarde o temprano este magma tenía que salir del volcán. Todo lo que sea ir limitando el uso del móvil en los centros educativos es positivo», asegura a El Debate Pachi Abadía, director del IES Reyes Católicos (Ejea de los Caballeros, Zaragoza), un instituto pionero en tomar la decisión de desterrarlos por votación popular. «Nosotros ya constatamos el peligro que suponía para la salud mental en nuestros alumnos, y por ello hicimos una encuesta para prohibirlo en el horario lectivo».

Los recreos se nos fueron llenando de alumnos chateando, hasta que decidimos prohibirloOlga BallesterProfesora de instituto en Baleares

Para este docente, la iniciativa del ministerio de prohibirlo totalmente solo en primaria –no queda claro que pasará en secundaria– se quedaría corta. «No tiene ningún sentido. Yo lo ampliaría a los institutos. Me recuerda a cuando se prohibió fumar en los bares y restaurantes, que empezaron con una medida intermedia y cuando se vio que no funcionaba, se atrevieron a su prohibición total. Y fue mejor para todos».

Aunque la tecnología llegó a nuestras vidas con la promesa de ayudar y hacer la vida más fácil, también a profesores y estudiantes, pocos vieron venir los daños colaterales. «Los móviles son un instrumento innecesario dentro del horario escolar», añade Olga Ballester, profesora de instituto público en las Baleares. «Son una fuente de problemas de convivencia y de distracción entre los alumnos».

Esta maestra recuerda que precisamente la laxitud con la que se recibió a los dispositivos provocó esta situación, por lo que celebra que desde el Ejecutivo central por fin tomen cartas en el asunto. «Los recreos se fueron llenando de alumnos con móviles, algunos de ellos chateando a escondidas dentro del centro. En el instituto donde yo trabajo se prohibió este curso directamente ‘traer’ el móvil al centro, informando previamente a los padres, algo que ha mejorado la atención de los alumnos en el aula, ya que muchos de ellos eran incapaces de despegarse de él porque tenían la mano pegada por si vibraba».

Los resultados de PISA plantean una vuelta al papel, el lapiz y el cuadernoAmable CimaPsicólogo clínico y profesor del CEU San Pablo

Iniciativa corta e insuficiente

Aunque ya es un objeto cotidiano en nuestro día a día, el daño por el abuso del móvil en niños y adolescentes va más allá del desempeño escolar.

«No tiene ningún sentido que los chavales de esas edades dispongan de un artilugio que los acerca al mundo de forma indiscriminada. Son menores todavía, con una capacidad de toma de decisiones muy limitada a los que se les pone en sus manos una tecnología que excede la capacidad de control de los adultos», relata Amable Cima, psicólogo clínico y profesor en el CEU San Pablo.

Yo ampliaría la propuesta de Educación a los institutos. Prohibirlo solo para primaria no tiene ningún sentidoPachi AbadíaDirector IES Reyes Católicos (Ejea de los Caballeros, Zaragoza)

Para este psicólogo, quizás es hora de regresar también en la escuela a métodos de enseñanza más tradicionales, que quizás puedan convivir con la tecnología pero que cada vez se ven más apartada por ella. «Se entendió que desde el punto de vista educativo era positivo por la capacidad de acceder a múltiples recursos, pero los efectos devastadores de PISA plantean la pertinencia de volver a un modelo educativo basado en el lápiz y el cuaderno. Es decir, recursos cognitivos ya abandonados».

«Dentro del aula, no es que no tenga sentido ni en secundaria, es que ni un alumno de universidad debería estar con el móvil en la mano. Su uso ha de darse fuera de ese contexto», incide.

Los centros educativos han de ser un oasis para que el aprendizaje se desarrolle sin interferenciasMarina FernándezProfesora de la Abat Oliba CEU

«Si en primaria se restringe, y se deja la puerta abierta a lo que suceda en secundaria, nos parecerá insuficiente», alerta Marina Fernández, doctora en Neuropsicología y profesora en la Universidad Abat Oliba CEU, «porque la mitad de los niños de 11 años ya tienen un smartphone».

«El objetivo que buscamos no es solo ponernos de acuerdo en dar el primer teléfono a partir de los 16 años, sino ir todos a una, lo que pasar por hacer de los centros educativos un oasis donde se dé el aprendizaje sin la interferencia del móvil», concluye.