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El ya ex vicerrector de la Universidad de Barcelona, Jordi MatasPaula Andrade

Cataluña

Dimite el vicerrector de la Universidad de Barcelona por el acoso a una alumna, caso que el independentismo silenció

La joven había denunciado el caso y presentó los mensajes que le enviaba Jordi Matas, quien participó activamente en el 1-O y está a la espera de beneficiarse de la ley de amnistía

El vicerrector de la Universidad de Barcelona (UB), Jordi Matas, ha presentado su dimisión tras haber trascendido un presunto caso de acoso a una estudiante en 2016.

Según una información publicada en los últimos días por eldiario.es, Matas envió hace siete años, cuando era catedrático de Ciencia Política, unos mensajes sexuales a una alumna a la que le iba a dirigir el trabajo de final de grado.

En un comunicado, la UB ha anunciado que Matas ha presentado «la renuncia a sus responsabilidades de gestión para poder poner en marcha sin limitaciones institucionales las acciones legales que cree oportunas para defender su honorabilidad».

La Universidad, que estaba decidida a cerrar el caso, ha remarcado que los hechos que han trascendido en medios de comunicación «tuvieron lugar hace algunos años y fueron objeto de análisis e informe de acuerdo con el protocolo existente en ese momento», por lo que quedó zanjado.

En este sentido, la UB descarta abrir otra investigación: «Es absolutamente legítimo que con la mirada actual se puedan hacer valoraciones al respecto, pero lo que no es factible es asumir como cierto que los trabajos de aquellos momentos sobre los hechos den como consecuencia una resolución fallida que haya que reabrir».

Iniciar otra investigación, valora la institución, «implicaría la descalificación de las acciones realizadas por las personas que informaron y no existe ningún argumento para hacerlo, al contrario, los responsables son personas de trayectoria académica rigurosa y acreditada».

En todo caso, la UB ha dejado claro que el acoso «es una lacra horrible que debe combatirse con todos los recursos que el marco jurídico y sancionador ofrece, dando garantías a las personas, apoyo a las víctimas y ofreciendo mecanismos de prevención, tal y como viene haciendo la Universidad de Barcelona».

Pero a la vez, la UB «rechaza cualquier manifestación de violencia o de señalamiento público hacia las personas implicadas en este o cualquier otro asunto, pues la legítima preocupación no puede encauzarse a través de la difamación, ni del escarnio público, ni tampoco de las amenazas o conductas violentas».

Se da la circunstancia de que Matas formó parte, en diciembre de 2020, de la candidatura encabezada por Joan Guàrdia, en las elecciones al rectorado, y que recibió el apoyo de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), tras marcarse la entidad independentista el objetivo de acceder a los puestos de mando de las principales entidades de la sociedad civil de Cataluña.

«Hoy he vuelto a soñar contigo»

Los hechos se remontan al 2017, año en el que se produjo la denuncia interna de una estudiante de la UB de 21 años contra el entonces Catedrático de Ciencia Política.

«Hoy he vuelto a soñar contigo, nos lo pasábamos muy bien», era uno de los textos que le enviaba. Matas insistió en su presión y le dijo varias veces que quería verla. La joven finalmente confesó lo que sucedía a otro profesor y su denuncia acabó ante la Unidad de Igualdad. La investigación abierta por esta universidad concluyó que el hasta ahora vicerrector «no había cometido ninguna actitud reprobable».

Tras desvelarse los mensajes que presuntamente le habría enviado Matas a esta estudiante, el pasado martes, 200 alumnos del centro protagonizaron una sentada en el claustro de Letras para condenar el caso y para exigir la dimisión del catedrático. A su vez, un grupo de profesores habían firmado una carta abierta dirigida al rector donde piden «una investigación independiente», a su vez como la revisión integral de los procesos de evaluación en casos de acoso.

A la espera de la amnistía

El contexto de este caso de presunto acoso sexual tiene una ramificación política. Todo empieza cuando el separatismo se lanza a la conquista de los centros de poder en Cataluña. Tras hacerse con la Cámara de Comercio de Barcelona, la independentista ANC logró que su candidato, Joan Guàrdia, se impusiera en los últimos comicios al rectorado con el 54 % de los votos. En su candidatura figuraron independentistas como Jordi Matas, a la sazón vicerrector, y acusado por la Fiscalía de un delito de desobediencia tras el 1-O.

Ante el vuelo que ya empezaba a causar su caso de presunto acoso sexual, Guàrdia le hizo desaparecer de la lista que finalmente se llevó la victoria, pero meses después, el ya elegido rector le otorgó el vicerrectorado de Relaciones Institucionales, Comunicación y Política Lingüística, cargo que ocupaba en la actualidad.

Se da la circunstancia de que Matas se convertirá en uno de los beneficiados por la ley de amnistía que a día de hoy se tramita tras la negociación de los partidos separatistas con Pedro Sánchez.

Tras archivarse la denuncia de esta alumna, y en el marco de las leyes de desconexión del Parlamento catalán, Matas fue uno de los miembros de la Sindicatura electoral del referéndum, que se celebró el 1 de octubre, donde ejerció de presidente. Por ello la Fiscalía le juzgó por desobediencia y usurpación de funciones públicas.